TEMA VI. MELLIZOS Génesis 25:19 hasta Génesis 28
De nuevo confrontamos la verdad de que los escogidos de Dios son seres fragmentados, manchados, para que sepamos que nuestra salvación “no depende de voluntad humana, sino de Dios, quien tiene misericordia” (Romanos 9:16).
Notarán que pasamos mucho tiempo hablando de Abraham, pero no hay mucho qué decir sobre Isaac. De hecho un comentarista ha escrito que “Isaac fue el hijo ordinario de un gran padre, y el padre ordinario de un hijo extraordinario.”
¿Quién fue Isaac? ¿Cómo fue su vida familiar?
19Estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac.
Estas son las generaciones… Cada vez que leemos esta frase en Génesis indica que se abre una sección nueva. En el v.12 fue para notar la descendencia de Ismael, ahora se refiere a Isaac aunque el recuento histórico recae principalmente sobre Jacob.
20Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, arameo de Padán-aram, hermana de Labán arameo. 21Y oró Isaac al Señor en favor de su mujer, porque ella era estéril; y lo escuchó el Señor, y Rebeca su mujer concibió. 22Y los hijos luchaban dentro de ella; y ella dijo: Si esto es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar al Señor. 23Y el Señor le dijo:
Dos naciones hay en tu seno,
y dos pueblos se dividirán desde tus entrañas;
un pueblo será más fuerte que el otro,
y el mayor servirá al menor.
24Y cuando se cumplieron los días de dar a luz, he aquí, había mellizos en su seno. 25Salió el primero rojizo [pelirrojo], todo velludo como una pelliza, y lo llamaron Esaú. 26Y después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y lo llamaron Jacob [el que toma por el talón, suplantador]. Isaac tenía sesenta años cuando ella los dio a luz.
El marco de la escena lo conforma la edad de Isaac: 40 a 60 años. Significa que se ha pasado veinte años orando por la infertilidad de su mujer, mientras que Ismael se reproducía como un conejo. Ups. “¿Se habrá olvidado de mí el Señor?” “¿Por qué estoy aquí, como si nada se mueve?”
Interesante, vean la noticia: Dios separa. Desde el mismo principio Dios da a conocer Su voluntad sobre el vientre abultado de Rebeca (¡un ultrasonido celestial!).
Isaac fue el único patriarca monógamo, no recurrió al concubinato, pero la mujer indicada es estéril, resaltando una vez más el poder de Dios para proveer descendencia. Cualquier pretensión de futuro asegurado por derecho o reclamación es un error.
Ahora bien, la soberanía de Dios está llena de misericordia (Romanos 9:10-15).
Esta generación tiene que aprender lecciones de fe (Juan 1:1-13; Gálatas 1:15; Santiago 1:18) y entender que su semilla no es natural, sino sobrenatural.
Los hijos pelean dentro del vientre materno, la rivalidad progresa desde el útero, el problemático nacimiento, sus diferentes ocupaciones, el favoritismo de sus padres.
27Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del campo; pero Jacob era hombre pacífico [íntegro, civilizado], que habitaba en tiendas. 28Y amaba Isaac a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.
Uno era el tipo deportista, dirigido a lo inmediato; otro el tipo civilizado, con miras más largas. La caracterización sirve para exhibir lo inmerecido de uno sin exagerar el valor del otro.
En la Escritura, la frase “diestro cazador” no tiene buena reputación.
Observen la nota, ¿por qué amaba Rebeca a Jacob? Porque se parecía a ella: una mujer de ciudad, civilizada. En cambio Isaac se proyecta en la vida de Esaú: el hijo lleva la vida que al padre le hubiera gustado ser, observen que apela a sus sentidos físicos, le gustaba lo que cazaba.
Como padres, somos así. Y luego ni siquiera nos damos cuenta.
Un matrimonio hecho en los cielos puede terminar disfuncional cuando un esposo prioriza el gusto de los sentidos sobre la voz del corazón.
Esaú es el favorito de Isaac, el escogido por antonomasia, el primogénito. Noten el paralelo con Abraham e Ismael, quien en un momento dado hizo el mismo tipo de elección.
Abraham falleció cuando los muchachos tenían 15 años de edad, así que conocieron al abuelo. Es fácil imaginarlos sentados en sus rodillas contándoles las bendiciones de la familia así como las promesas divinas. Pero estos jóvenes tendrán que realizar sus propias elecciones y encarar sus propias pruebas.
29Un día, cuando Jacob había preparado un potaje, Esaú vino del campo, agotado; 30y Esaú dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer un poco de ese guisado rojo, pues estoy agotado. Por eso lo llamaron Edom. 31Pero Jacob le dijo: Véndeme primero [hoy] tu primogenitura. 32Y Esaú dijo: He aquí, estoy a punto de morir; ¿de qué me sirve, pues, la primogenitura? 33Y Jacob dijo: Júramelo primero; y él se lo juró, y vendió su primogenitura a Jacob.
primogenitura
1. Dignidad, prerrogativa o derecho del primogénito.
Primogenitura implica honor y responsabilidad.
Vemos aquí cómo Jacob explota la miseria del hermano, lo considera presa fácil. Su falta de compasión y de hospitalidad es notable, ¡hasta comparado con Lot! En la traducción se pierde un poco el sentido, pero la forma como Jacob habla es la de un superior a un inferior, y además con sentido legal, un juramento.
La fealdad del carácter de Jacob es para recordarnos que gracia divina no es la recompensa de, sino la fuente, de rasgos nobles. Jacob necesita la gracia transformadora de Dios. Gracia que vence al pecado y transforma la naturaleza humana.
Primogenitura son los derechos del primer hijo (Exodo 4:22; Jeremías 2:3; 31:9). Tenía estatus privilegiado (Génesis 43:33; 49:3) y derecho sucesoral (2 Crónicas 21:3). Recibía doble porción de la herencia paterna (Deuteronomio 21:17); si, por ejemplo, habían 9 hijos, el primogénito recibía 2 y los otros 8 hijos se repartían 7 porciones. Si solo habían dos hijos, el primogénito heredaba todo.
La responsabilidad consistía en ser líder y protector de la familia.
La primogenitura era transferible; el hijo menor podía desplazar al mayor como en los casos de José/Judas y Rubén, Efraín/Manasés, Moisés/Aarón, David/sus 6 hermanos mayores, Salomón/Adonías.
En la familia de Abraham, quien poseyera el derecho de primogenitura heredaba el pacto de Abraham. Hebreos lo muestra como unidad (Hebreos 12:16-17).
34Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas; y él comió y bebió, se levantó y se fue.
Así menospreció Esaú la primogenitura.
El staccato de los verbos representa la conducta de este hombre: tan cruda e irreflexiva como sus palabras. Sacrifica lo permanente en el altar de la satisfacción inmediata.
Ni siquiera las hijas de Lot merecieron un juicio como el que Moisés escribe aquí de Esaú (Malaquías 1:3; Hebreos 12:16-17).
El narrador de Génesis define la naturaleza del pueblo escogido, al contrastar entre Jacob y Esaú: los escogidos, aún con sus imperfecciones, se caracterizan por compromiso a ser herederos de Abraham, hombres y mujeres de fe.
Los no escogidos carecen de este sentido de esperanza. Jacob se equivocó al crear esquemas contra su hermano, pero lo hizo porque creía, correctamente, que la primogenitura del linaje de Abraham e Isaac confería bendiciones y promesas tremendas. Con todas sus debilidades, Jacob mantuvo una visión de fe.
Isaac es el recipiente de la bendición familiar, poseedor de riquezas en ganados y tierras fértiles, de seguridad en medio de filisteos hostiles. Sin embargo la escena nos provee una visión íntima de los conceptos de primogenitura y bendición, nos enseña que el conflicto familiar no es la falta de bendición por parte del Señor, sino la falta de fe por parte de la familia de Isaac.
Dios siempre estará más preocupado con lo que hay dentro de nosotros, no con los sucesos a nuestro alrededor.
Saben, como ovejas de Su prado somos de las primicias de Sus criaturas (Santiago 1:18 En el ejercicio de su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas), primogénitas del Señor. ¿Valoramos este conocimiento? ¿Llevamos el honor y la responsabilidad del cargo? ¿O vivimos para la gratificación instantánea?
Lee ahora Génesis 26:1-35
La fe se manifiesta de maneras diversas. Abraham exhibió fe al obedecer los mandatos del Señor. Isaac al tener disposición de aceptar “piedras” (hambruna) dentro de la voluntad de Dios en lugar de buscar pan fuera de la voluntad divina. Cristo haciendo ambos, obedeciendo y aceptando (Mateo 4:3-4).
Ningún patriarca es perfecto. Isaac comparte algunas de las debilidades paternas, pero al igual que Abraham, no permite que sus fallas dañen su fe de modo permanente (bueno, no hasta ahora). A veces somos fuertes, a veces somos débiles.
Los fieles celebran la gracia de Dios y no se dejan abrumar por sentidos de culpa o ser destruidos por autocompasión.
Dios habla directamente a Isaac y claramente le dice “no vayas a Egipto.” ¿Por qué? Porque Isaac estaba en camino, en la misma dirección que su padre tomó años atrás.
Tristemente comete después el mismo error de Abraham con el otro Abimelec (parece que este nombre es más bien un título, como Faraón), y de nuevo vemos a un rey pagano con una moralidad superior al hijo de la promesa.
Mas para sorpresa nuestra, a este Isaac desobediente, miedoso, mentiroso, engañador… ¡Dios lo bendice ricamente! ¡¿Cómo?!
¡Ah la soberanía de Dios! Dios bendice a quien El quiere bendecir. El hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si alguna vez llegamos a creer que El nos ha dado gracia porque de alguna manera la merecemos, estaremos profundamente equivocadas.
Dios bendice a quien El quiere bendecir.
Dios tiene misericordia de quien El quiera tener misericordia.
Isaac recibe las bendiciones de Dios, pero como veremos más adelante, las bendiciones no son suficientes. De hecho Isaac no permanece obediente a los planes de Dios (que conocía perfectamente), y el costo a pagar será muy alto. Para colmo, los filisteos andan muy nerviosos, llenos de envidia.
Vemos también, en este asunto de los pozos, cierta actitud de indiferencia o pasividad por parte de Isaac. Abre un pozo, lo corren, se va, abre otro pozo, lo corren… hasta que Abimelec se da cuenta que el hombre es “bendito del Señor” y viene a ofrecer un “tratado de paz.”
Abraham hizo un tratado, fue respetado por todos, hasta que murió. Su hijo hace una fiesta, en lugar de traer a la memoria el tratado anterior.
Tampoco vemos un Isaac preocupado en la provisión de su casa. ¿Con quién se casa Esaú? <{{{{<<