Cosmovisión bíblica, no cultural

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Todos necesitamos una cosmovisión más afectada por nuestro entendimiento de la Escritura que por cómo fuimos criados o cómo nos afecta la cultura que nos rodea. La cultura nos afecta de modos profundos, de muchas maneras; aprender a ser dirigidos por la Escritura y no por la cultura, es como aprender a escribir con la mano izquierda luego de décadas de hacerlo con la derecha. Requiere concentrar pensamientos y pasos intencionales para romper viejos hábitos y colocar nuevas ideas. Hemos de disciplinar la mente para que gobierne nuestra mano, porque la mano irá instintivamente hacia lo que conoce, lo que es cómodo, lo que es natural.

Fui criada en iglesias independientes, fundamentalistas, bautistas. Estas iglesias me enseñaron a creer que la Biblia era la autoridad absoluta, final, en mi vida. Estaré siempre agradecida por esto. Estas iglesias me enseñaron a estudiar la Biblia y ser fiel a la iglesia. De nuevo, estaré siempre agradecida por estas disciplinas espirituales.

Pero varias también me expusieron a una fea verdad. No todo el que proclama la Biblia como su autoridad final, obedece la Escritura como su autoridad final. Desde la Grace Baptist Church en Orangeburg, SC hasta Mars Hill Church en Seattle, WA, aprendí de la peor manera posible que algunos que proclaman a los cuatro vientos la Biblia como su autoridad final, también manipulan la Biblia para manipular a otros. Hombres controlados por su cultura más que por su Creador, hacen que los buenos de la Escritura se parezcan a ellos y los malos luzcan como sus opositores culturales. Tuercen las Escrituras con el tema común de excoriar sus enemigos mientras que excusan la maldad de sus héroes. 

Tal abstinencia retorcida se muestra una y otra vez, generación tras generación.

Me ha obligado a volver al punto cero y pensar lo que la Biblia dice o no dice sobre la cultura religiosa que me rodea así como sobre mi propia zona de comodidad religiosa. ¿Dónde dice la Biblia que coma con la izquierda cuando mi cultura fundamentalista me dice que use la derecha?

He compilado algunos principios bíblicos que me han ayudado a formar una cosmovisión, una que creo es más centrada en la Biblia que en la cultura. Con todo, reconozco que soy susceptible a manipulación. Si usted no se siente constreñido por estos principios, eso es entre usted y el Espíritu Santo. Mi intento es explicar los principios que influyen en mí, no presionar a nadie a lo mismo. Pero quizás haya algo aquí útil para otros. Si es así, alabado sea Dios.

He aquí algunos principios que han dado forma a mi cosmovisión.

  1. Creo la enseñanza escritural que Jesucristo regresará a una Iglesia triunfante. Mi reino, dice Cristo, es como la levadura que leuda la masa. Vendrá. Creo que Mateo 24 se cumplió cuando la destrucción del Templo y la Diáspora judía alrededor del 70 DC. Last Days According to Jesus de RC Sproul es una lectura recomendable sobre el particular. Espero el regreso de Cristo, como Pablo señala en sus cartas, pero no como en la serie “Dejados Atrás.” Tal entendimiento es una relativa visión modernista de los Últimos Días, popularizada por Scofield y Darby en los últimos 150 años de historia eclesiástica. Saber que Cristo regresará me libera de preocupaciones sobre vacunas infectadas y otras teorías interesantes que han aumentado la marginalización gubernamental de los cristianos. No creo que el uso de mascarillas sea más invasivo que ponerse una camisa o zapatos para entrar a un restaurant, o llevar ropa interior en público. 
  2. No creo que mi oponente es mi enemigo. Tengo un enemigo singular, Satanás mismo. Pablo escribe que nuestros opositores son cautivos de nuestro verdadero enemigo, Satanás. Recuerdo que es la bondad de Dios que nos guía hacia el arrepentimiento y esto me da esperanza respecto a mi enemigo. Creo que la misma bondad de Dios será la que dirija mis opositores a Cristo, como lo hizo conmigo.

2 Timoteo 2:24-26

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

(3) La Biblia posee super fuertes mandamientos sobre amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos, su intención es que entendamos que nuestro vecino es cualquiera cercano o próximo a nosotros, no solo aquellos que conocemos y nos caen bien. Más todavía, la Biblia declara explícitamente que este amor es para nuestros opositores. Para individuos que nos enloquecen, con quienes estamos en manifiesto desacuerdo político. La Biblia explícitamente describe este amor. Es paciente y amable. Considera lo mejor y proporciona el beneficio de la duda.

Mateo 5:43-48

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

1 Corintios 13:4-7

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,  todo lo espera, todo lo soporta.

(4) En lo personal, trato de disciplinarme y alejarme de teorías conspirativas puesto que la Biblia explícitamente señala que se requieren dos o tres testigos para establecer una acusación.

Deuteronomio 19:15

No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.

(5) Si bien todos somos pecadores y alejados de la gloria de Dios, la Escritura con todo cuidado nos advierte de cierta clase de persona -del necio, el burlador, el escarnecedor- cuya destrucción es segura. En Hebreo, escarnecedor significa alguien que presume, maltrata, habla con arrogancia, se burla, menosprecia. Cuando veo líderes, ¿quién controla o no puede controlar su lengua; quién controla o no puede controlar su ira? ¿Quién es consistentemente sarcástico y áspero, que habla con amargura y malicia, que busca encender contiendas? No tocaría a tal persona ni con una extensión de 10 pies porque acarrean cierta clase de destrucción a quienes le rodean. Lo sabio es evitarlos.

Proverbios 19:29

Preparados están juicios para los escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios.

Proverbios 22:10

Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.

Proverbios 24:9

El pensamiento del necio es pecado, y abominación a los hombres el escarnecedor.

Salmo 1:1

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

(6) Creo firmemente que las instrucciones bíblicas sobre el lenguaje y tono cristiano deben constreñirme hoy. Malicia, calumnia, mentiras -estos son innegociables para creyentes que buscan ser fieles a la Escritura. Quita todo chisme, toda malicia, de tu presencia. Quita toda queja y amargura. Si entra por la televisión, apágala. Si llega por redes sociales, salte de ahí.

Efesios 4:31

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

Santiago 1:19-20

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

(7) Finalmente, no comparto la visión del Nacionalismo Cristiano/Americano sobre el patriotismo Americano como sinónimo de justicia Cristiana. Estoy agradecida de ser Americana [estadounidense] y particularmente agradecida de la libertad religiosa que damos por hecha aquí. Pero también creo que los Padres Fundadores eran hombres falibles con puntos ciegos mayores y de hecho algunos negaban la verdad bíblica. Algo muy fácil de probar pues quien escribió la Declaración de Independencia y la Ley de Derechos [Bill of Rights] rechazaba la resurrección de Cristo junto con todos los eventos sobrenaturales descritos en los evangelios.

Doy gracias a Dios por la época y lugar en que vivo, la libertad religiosa que disfruto, pero también reconozco la perversa depravación humana como una doctrina central del Cristianismo.

Nuestra nación no es perfecta, y a medida que Dios santifique Su iglesia y Su reino llegue a este mundo, espero ver cambios en nuestra nación que reflejen una más justa unión, respetando la total dignidad humana de gente hecha a imagen de Dios, nacida y no nacida. Nuestra nación ha estado sujeta a la misma depravación que ha afectado al mundo entero, razón por la cual todo el mundo necesita un Salvador.

Negar esto es negar lo más básico del Cristianismo.

En resumen, creo que Jesucristo regresará a una Iglesia triunfante, e incluso ahora, Su reino avanza justo como El dijo que será. Esta confianza me equipa para observar la política con esperanza, no con ira defensiva. Creo que los cristianos somos llamados a una postura de esperanza en nuestro país y en el mundo, confiados en que Dios hará todo lo que El ha dicho que hará

Espero que haya algo aquí que les sea de ayuda al navegar durante estos confusos días para creyentes en EEUU.

Wendy Alsup.

Sobre la autora

Wendy Alsup es autora de varios libros. Inició su ministerio público como diaconisa para mujeres sobre teología y enseñanza en su iglesia en Seattle. Ahora vive en un viejo rancho familiar de Carolina del Sur, donde enseña matemáticas en el colegio local y es madre de dos niños. También escribe en el blog gospelcenteredwoman.com y practicaltheologyforwomen.com

Es miembro de la iglesia local presbiteriana.

A Biblical, not Cultural, Worldview

¡500 años!

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Post tenebras lux (después de oscuridad, luz)

Sola Escritura. 2Pedro 1:21; 2Timoteo 3:16; Marcos 7:7; 1Corintios 4:6
Sola Gracia. Efesios 2:8-9; Tito 3:5; Romanos 3:24
Sola Fe.
Solo Cristo. 1Timoteo 2:5; Hebreos 7:23-25
Soli Deo Gloria. Isaías 46:5-11

El 31 de octubre de 1517 al clavar su lista de 95 tesis en las puertas de madera del castillo de Wittenburg, Lutero dio inicio a la Reforma.

¡Feliz día!

Historia de la Redención (7)

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Narrativa sobre el Nuevo Testamento

EL PRECIO de la Salvación, Los Evangelios. Jesús.

A. Pre-existencia.

Y la gloria de Dios fue manifiesta cundo llegó el tiempo de enviar a Aquel que fue prometido en el Edén, cuando el Dios eterno se hizo carne, descendió del cielo y habitó entre nosotros. Siendo Dios, por amor a su pueblo –nosotros- vino a ser inmolado para restaurar para siempre la comunión que se había roto y para dar a conocer a las naciones su Nombre.

B. Nacimiento, Infancia, Niñez.

El nacimiento de Dios fue virginal, pues la joven María no se había desposado con José, cuando conoció que estaba esperando un hijo. Un ángel se le aparece y tranquiliza sus corazones diciéndoles que el bebé era el que habían estado esperando para la liberación del pecado. Cuando nace, le ponen el nombre de Jesús; pues para esto vino, para salvar a los pecadores. Creció en perfecta obediencia a sus padres, pero siempre con la claridad de que había venido a cumplir la voluntad del Padre y de que él no era un niño común y corriente. Al crecer les da muestra a sus padres de su misión, cuando en un viaje al templo se queda atrás. Cuando preocupados lo encuentran, él les recuerda su misión y la autoridad suprema del Padre sobre él. Los años pasaron y Jesús siguió creciendo en sabiduría y gracia delante de Dios y los hombres.

C. Ministerio. Hechos y palabras de Jesús.

En el cumplimiento del tiempo Jesús decide iniciar su ministerio, anunciar que el reino de Dios había llegado, que el prometido está aquí.

Para iniciar su ministerio terrenal Jesús es bautizado en el Jordán por el profeta Juan el Bautista y es aquí donde Dios el Padre muestra su complacencia en el Hijo al descender sobre Jesús en forma de paloma. Luego de esto Jesús escoge a doce discípulos, hombres de distinto trasfondo y clase social. Entre ellos estaban Mateo, Juan, Jacobo y Judas, el que más tarde le entregaría. Visitó diferentes ciudades como Galilea, Capernaum, Samaria, llamando a las personas a que se arrepintieran de sus pecados.

Hizo muchos milagros de sanidad de diferentes enfermedades, convirtió el agua en vino, resucitó de los muertos, demostró su señorío sacando fuera a los demonios y demostró el celo por su padre sacando a los mercaderes de templo que en ese tiempo se había convertido en un lugar de negocio, perdonó pecados e hizo obras de misericordia.

Su mensaje estaba lleno de amor y compasión por los perdidos a la vez que condenaba la hipocresía de los sacerdotes y escribas de su tiempo. Explicó el verdadero significado de la ley enseñando con autoridad y practicando la justicia. Fue claro señalando el camino al Padre, llamándose a sí mismo como el que había de venir y sobre todo estaba deseoso de hacer la voluntad de Dios al morir por los pecadores.

D. Semana Santa, Muerte y Resurrección.

Pero ni aún el hijo de Dios ni su mensaje fueron recibidos en los corazones de esa generación pecadora, sino que levantó la envidia entre los sacerdotes de ese entonces quienes traman un complot en su contra. Anunciando Jesús a sus discípulos que la hora de su muerte estaba cerca y que pronto iría al Padre, estos se entristecieron y turbaron, pero les dijo que no estarían solos, que les enviaría al Consolador. Todos se angustiaron menos Judas a quien los sacerdotes y fariseos habían comprado por treinta monedas de plata para que lo traicionase. Antes de ser apresado celebró la fiesta de la pascua y los exhortó a amarse unos a otros. Cuando la hora se acercaba fue con sus discípulos a orar al Monte de los Olivos y descargando su alma oró al Padre. Sabía que estaba cerca la hora de experimentar la ira de Dios por nuestro pecados. Después de la oración llegaron los soldados y se lo llevaron a un interrogatorio, pero aunque no encontraron pecado ni transgresión no lo soltaron, mas bien lo sometieron a las autoridades romanas. Lo llevaron pues ante Poncio Pilatos quien lo sometió a burlas y azotes, aunque no encontró nada digno de muerte lo condenó a ella por temor a los hombres. Así el Hijo de Dios fue llevado a la muerte como estaba escrito. Colgado del madero recibió la ira de Dios y pagó por los pecados del mundo. Habiendo orado por sus enemigos entregó el espíritu. Su cuerpo fue entregado y lo sepultaron en un huerto en un sepulcro nuevo. Mas no quedó en la tumba, al tercer día resucitó de entre los muertos. Pagó nuestra deuda –la vieja deuda contraída por Adán y Eva- y nos abrió un lugar en los cielos de manera que todo aquel que cree en Jesús como Señor y Salvador ahora tiene vida eterna y comunión con el Padre.

 6. PROCLAMACION de Salvación. Hechos

A. La gran comisión, Ascensión, Venida del Espíritu Santo. Hechos 1-2

Antes de ascender nuevamente a los cielos Jesús apareció a sus discípulos y los comisionó para ir a hacer discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo. Dicha estas palabras una nube los separó y fue llevado a los cielos. Luego estando los discípulos reunidos celebrando la fiesta de Pentecostés, que celebraba la cosecha del trigo entre los judíos, sucedió que descendió el Espíritu Santo sobre los discípulos y hablaron en diferentes idiomas el mensaje de Dios, testificando que Jesús era el Hijo de Dios y que había sido entregado y llevado a la muerte tal como estaba escrito. El derramamiento del Espíritu mostraba la exaltación de Jesús y señalaba su mesianismo y señorío. En esta ocasión Pedro les instó a arrepentirse y a bautizarse como símbolo de fe. Más de tres mil se arrepintieron y bautizaron. Los que creyeron perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos a otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

B. Proclamación en Jerusalén. Hechos 2-7

Los discípulos siguieron anunciando el mensaje de salvación, encabezados por Pedro y se seguían añadiendo creyentes, reuniéndose y viviendo en comunión. La palabra de Dios era confirmada por medio de los milagros de sanación que fueron realizados por Pedro. Con esto Dios estaba manifestando su agrado en la proclamación de su Palabra. Pero esta creciente popularidad de Jesús y sus nuevos seguidores provocó la molestia de las autoridades religiosas y civiles, por esta causa empezaron a ser perseguidos y encarcelados. Lamentablemente esta revuelta cobró la vida de dos discípulos: Esteban y Jacobo. Pero estas muertes no pudieron impedir que esta semilla se fuera esparciendo por toda la región de Jerusalén.

C. Proclamación en Judea y Samaria Hechos 8-12

Uno de los grandes enemigo de los discípulos era un hombre llamado Pablo, quien había conseguido permiso de las autoridades para perseguir a los que profesaban fe en Jesús. En uno de sus viajes el Señor se le apareció y este hombre fue transformado. De enemigo pasa a ser fiel servidor y proclamador del mensaje que antes perseguía.

Además de los judíos este mensaje es dado a conocer a los gentiles (los no judíos) por medio de Felipe y Pedro, dando a entender que ya no había diferencia entre judío y gentil.

Ahora todos, sin distinción de raza o nación, son parte de un mismo cuerpo. Por eso Dios envió este evangelio a diferentes hombres; sus discípulos predicaron delante de reyes, nobles, hombres poderosos y personas comunes y corrientes.

Así se siguió proclamando esta verdad por todas las regiones de Judea, Samaria y a las regiones vecinas.

D. Proclamación hasta lo último de la tierra * Hechos 13-28

Este mismo Pablo a quien Jesús apareció fue encomendado para que diera a conocer el nombre de Dios a los gentiles. Así lo hizo Pablo, durante toda su vida hizo varios viajes misioneros a tierras llenas de idolatría y a culturas de hombres amadores de sí mismos. Como judío ciudadano romano tuvo oportunidad de enseñar a gentiles y a judíos que vivían en otras tierras, plantó iglesias y fue un estandarte del poder transformador de Dios. Obedeciendo la gran comisión de Jesús, pronto el Evangelio traspasó los límites de Jerusalén, y se adentró a territorios romanos y griegos.

También hubo otros hombres que llevaron el mensaje de Jesús, hombres como Bernabé y Marcos. Otros abrieron sus casas para ser usadas como iglesias y así continuar brindando el mensaje del perdón de pecados a través de la muerte expiatoria de Cristo.

7. EXPLICACION de la Salvación. Epístolas.

Al ir creciendo el número de creyentes y al formalizarse las reuniones de los cristianos en iglesias, hombres inspirados por el Espíritu como Pablo, Santiago, Juan, Pedro, escribieron cartas a estas iglesias explicando el cumplimiento del Antiguo Testamento en la persona de Cristo. Este mensaje de parte de Dios era de reconciliación en su sangre y en la dependencia de la gracia en vez de las obras.

También Dios dejó instrucciones para la vida cristiana, el gobierno de la iglesia, el uso de los dones, la vida en la eternidad, etc. el mensaje de estas cartas fue traducido a diferentes idiomas y así este Evangelio se ha ido esparciendo a través de los años a las demás naciones de la tierra.

8. CULMINACION de Salvación. Apocalipsis.

Cuando este mensaje haya llegado a todos los rincones de la tierra, como Jesús prometió, vendrá el día de su regreso. Aquel día los muertos resucitarán y todos seremos juzgados, ya no habrá más esperanza ni oportunidad de arrepentimiento.

Todos aquellos que escucharon la voz de Dios y creyeron en su Hijo vivirán para siempre en gloria eterna; quienes rehusaron creer serán echados al infierno junto con Satanás y sus demonios. Ya no habrá más muerte y viviremos en cielos nuevos y tierra nueva.

Bianka Reyes de Suriel

Historia de la Redención (6)

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D. Judá queda sola (Caída de la Nación). 2 Reyes 18-25, 2 Crónicas 10-28.

Judá ocupó el territorio circundado por el mar Muerto y la porción inferior del Río Jordán en el oriente; su capital era Samaria. Este Reino del Sur gozó la ventaja de un centro fijo de adoración y de gobierno, tenían potentes fortificaciones y un hermoso templo.

Por lo general las tribus del sur permanecieron más leales a Dios, lo que no ocurrió en el norte. Como ejemplo de esto tenemos a rey Josías, que reinó conforme al corazón en los caminos del Señor e intentó llevar el corazón del pueblo a Dios, eliminando la idolatría.

El reino del Norte tuvo por capital a Jerusalén, sus reyes decidieron llevar al pueblo a la idolatría a pesar de que Dios siempre les envió profetas. Tal es el caso de Elías y Eliseo. Esta generación no conocía a Jehová y los grandes portentos que había hecho. Fácilmente le dieron la espalda como habían hecho sus padres. Sin embargo el Señor seguía enviando a sus profetas para llamarlos al arrepentimiento, pero ellos preferían hacer pactos y alianzas con sus enemigos egipcios cuando fueron amenazados por los asirios en vez de volverse a Dios. Así que, llegado el tiempo, Dios envió juicio sobre este pueblo y en el reinado de Oseas, subió Salmanasar, rey de Asiria, invadió todo el país y tomó su capital; llevando gran parte de los habitantes del reino a poblar las tierras de Asiria y trajo a los asirios para que poblaran Samaria y se mezclaran con el pueblo. De esta unión nacieron los que se conocen como samaritanos y se le dio fin al reino del norte ya que nunca más volvieron a ser una nación. A pesar de que Dios les dio muchas oportunidades para el arrepentimiento, nunca le escucharon a Él ni a sus profetas. Después de esto, sólo quedó el reino del sur o Judá como pueblo de Dios en posesión de la tierra.

E. La cautividad (Sometimiento de la nación a extranjeros). Daniel, Ezequiel.

Judá también se sumergió en una serie de reinados malvados hasta que llega Ezequías, quien vuelve su corazón a Dios. En su reinado, estando los asirios en Samaria intentan tomar a Judá pero Ezequías, volviéndose a su Señor, es liberado del enemigo.

Tristemente sus sucesores no conocieron a Jehová ni a sus profetas, así que Él envió otro pueblo para que les castigaran, los babilonios con su rey Nabucodonosor. Estos, durante el reinado de Sedequías, invaden a Jerusalén, quemando a su paso las casas de todos los príncipes y las casa de la ciudad, destruyen sus murallas y saquearon y quemaron la casa de Jehová. Los babilonios también llevaron cautivos a la mayoría de los hijos de Judá durante setenta años a Babilonia y pusieron a sus gobernantes en todo Judá. Pero el Señor no abandonó a su pueblo a pesar de haberlos enviado a una nación idolatra, Dios se reservaba un remanente.

Aún en medio de esta opresión había corazones temerosos de Dios. Tal es el caso de Mesac, Sadrac y Abeg-Nego, jóvenes que servían en la corte del rey y que prefirieron ser expuestos a la muerte antes de adorar a otros dioses. Dios hizo un portento más cuando libró a estos jóvenes del horno de fuego al que fueron condenados, dando a conocer que el Dios de ellos era el Dios verdadero sobre toda la tierra y que fuera de él no había otro.

Tal fue la influencia de algunos del remanente en Babilonia, que al caer este imperio delante de los persas, siendo Darío rey medo-persa, Dios dio en su profeta Daniel gran aceptación delante de sus ojos. Esto trajo envidia entre los hombres perversos de la corte y tramaron una trampa contra Daniel que resulto en que fuera echado en el foso de los leones. Pero Dios estaba con él y le salvó de la muerte. Nuevamente Dios dio muestra de su poder a sus hijos en el cautiverio. Durante este tiempo Dios no se apartó completamente de su pueblo, pues les enviaba a sus profetas como lo eran Jeremías, Ezequiel y Daniel con el propósito de que el pueblo pudiera ver Su mano a pesar de las condiciones y mantuvieran la esperanza de volver a la tierra.

F. Restauración (Regresa el Remanente del Pueblo a su tierra) Esdras, Nehemías, Ester.

Cuando Ciro derroca a Nabucodonosor Dios pone en su corazón que otorgue permiso a los judíos para que vuelvan a su tierra y la reconstruyan, lo que una parte del pueblo hizo. Después de setenta años en cautiverio podían regresar a su tierra. La prosperidad que muchos habían logrado explica por qué no todos regresaron a Jerusalén.

Durante el imperio persa Dios levanta a una mujer llamada Esther y la lleva a gobernar como reina. Mediante la sabia intervención de esta mujer Dios preserva al pueblo que todavía estaba en Persia de ser exterminados.

Más adelante durante el reinado de Darío I se le da permiso a los judíos de regresar a reconstruir la ciudad y el templo proveyéndole de los recursos y protección de sus gobernadores en Jerusalén. Así se reconstruye el Templo, aunque este último tenía menos gloria que el de Salomón y lamentablemente sin el arca. La vida religiosa no se restauró con la fidelidad requerida ni sin dificultades por la constante oposición de los samaritanos. Así que Esdras obtiene permiso para viajar a Jerusalén y a lo largo de trece años, aproximadamente, logra restaurar la adoración a Dios. Después de un tiempo también a Nehemías se le permite regresar y éste emprende la labor de la reconstrucción de las murallas. Finalizada esta obra, el pueblo estaba deseoso de escuchar la palabra de Dios. Esdras y los escribas explicaron la ley de Jehová y se celebró la fiesta de los Tabernáculos, esta vasta convocación no se había visto desde los tiempos de Josías.

G. PREPARACION para la Salvación.

Período entre Antiguo y Nuevo Testamento / 400 años de silencio.

Sucedido estas cosas llegó un tiempo de silencio de parte de Dios, alrededor de cuatrocientos años, cuando en el pueblo de Israel no hubo profeta. Durante este período el Señor guardó su remanente en la familia del sumo sacerdote Matatías al oponerse a la idolatría, aunque no puedo ver la libertad religiosa obtenida por otro Macabeo, la firmeza que tuvo de parte del Señor fue un motor impulsador de gran valentía. Judas Macabeo obtuvo la libertad religiosa y esta obra fue seguida por su hermano Simón. Así permanecieron hasta la llegada del Imperio Romano, aunque esta libertad religiosa y nacional no significa que no fueron influenciados por la cultura helénica que sucedió a la siria.

Dios siguió preparando el camino a través de la historia permitiendo que los romanos, grandes constructores, invadieran Judea de mano de Pompeyo. Roma con su gobierno republicano puso un gobernador tras otro en Judea. Ninguna de esta influencia pudo frenar la obra que Dios estaba preparando, preparando al pueblo para la llegada de Aquel que derrotaría el imperio de la muerte. Preparando la expansión de su palabra a todas las naciones de la tierra y quienes mejor que los romanos para preparar el camino por donde esa palabra se llevaría, facilitando el camino para la salvación de los gentiles. Ciertamente la gloria de Dios alumbraría el mundo.

Bianka Reyes de Suriel

 

Historia de la Redención (5)

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Época de los Jueces.

A. Época oscura de la nación. Jueces, Rut.

Pero luego se levantó una generación que no conocía a Jehová y empezó en Israel una época oscura. No habiendo ley cada quien hacía lo que bien le parecía. Se entregaron a la idolatría y a mezclarse con los pueblos vecinos. Empezaron a vivir como las naciones vecinas, aceptando y practicando sus costumbres. Ciertamente esta generación olvidó el pacto de ser un pueblo santo, una nación selecta para Dios. Al ver todo este mal el Señor les enviaba pueblos que los oprimieran y lo obligaran a servidumbre. Seguido de este padecimiento venía el arrepentimiento del pueblo, Dios en su misericordia les escuchaba, perdonaba y les enviaba un libertador o juez. A esto le seguía un tiempo de relativa paz hasta que ese juez y generación vivían; pero luego se levantaba otra generación mala, que no conocía a Dios y este siclo iniciaba nuevamente.

Se cuentan siete siclos de esta naturaleza en Israel lo cual demuestra la longanimidad, amor y misericordia de Dios hacia su pueblo enviándoles trece jueces. Y aconteció que en este tiempo hubo y una hambruna en Israel y Elimelec, su mujer Noemí y sus hijos salieron de la tierra y moraron en los campos de Moab. Estando allá sus hijos se casan con dos moabitas Orfa y Rut. Transcurrido el tiempo Elimelec y sus hijos mueren, dejando a sus mujeres viudas. Entonces Noemí oyendo que Dios había visitado a su pueblo decide volver, y le dice a sus nueras que están libres y que si quieren se pueden quedar en su tierra, a lo que Rut le dice que la acompañaría y que su pueblo será su pueblo y su Dios será su Dios.

Al volver, Noemí le pide a un pariente lejano de su marido, hombre muy rico llamado Booz, que le permitiera ir a su campo a recoger la sombra de sus sembrados. Este hombre justo así se lo permitió. Después de un tiempo sucedió que Booz tomó a Rut como su mujer y el Señor le permitió que concibiera y diera a luz a Obed. Ciertamente Dios tenía un plan especial para esta familia y su descendencia, pues de ella vendrían grandes hombres de Dios y reyes de Israel.

Hubo en Israel un hombre llamado Elcana y su mujer era Ana, la cual era estéril. Un día estando ella en la casa de Dios ofreciendo sacrificio, le pidió al Señor un hijo y le prometió que si le fuese concedida esta petición ella le dedicaría su hijo. Al cabo del tiempo ella concibió y dio a luz a un niño y lo llamó Samuel e hizo tal como había prometido; llevó a Samuel para que ministrara en el templo. Samuel creció y la mano del Señor era con él, lo bendijo Dios de tal manera que por medio de Samuel que durante su administración Israel descansó de sus enemigos.

 B. Reino unido. (Época dorada de la Nación) 1 Reyes 1-11, 1 Crónicas, 2 Crónicas 1.9

Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso por jueces a sus hijos, pero sus hijos no andaban en los caminos de Jehová. Entonces los ancianos de Israel le pidieron a Samuel que le constituyera un rey que saliera con ellos a la guerra, un rey como las demás naciones; olvidando así todo lo que el Señor había hecho con ellos desde que los sacó de Egipto.

A Samuel esta idea no le pareció nada bien pues era muestra de que rechazaban a Dios y su reinado sobre ellos. El Señor le habla a Samuel y le dice que escuche al pueblo y que les escoja rey, solamente que les recordara cómo les trataría un rey humano. El pueblo no le hizo caso; más bien insistió en el asunto. Entonces eligieron por rey a Saúl, que era un hombre hermoso de apariencia pero no tenía un corazón para Dios. No pasó mucho tiempo para evidenciar el corazón de Saúl, en una ocasión usurpó el oficio de sacerdote y en otra permitió que el pueblo tomara del anatema, del cual Dios les había prohibido que tomarán parte.

Para Saúl, satisfacer su deseo de popularidad era más importante que obedecer a Dios. Así que Dios lo desechó y cortó su descendencia para que siguiera el reinado. Dios le dijo a Samuel que se buscaría otro rey, uno conforme a su corazón. Le dijo que fuera a la casa de Isaí hijo de Obed, hijo de Booz, y de los hijos de Isaí el Señor escogió a David.

El reinado de David fue próspero y pudo organizar un imperio. Se reconoce de él su gran valentía en las batallas y el amor a su Señor reflejado en sus salmos. También organizó la vida religiosa del imperio y logró que el arca fuera restaurada a su lugar. David reinó sobre todo Israel por treinta y tres años, a su muerte lo sucedió su hijo Salomón.

A Salomón se le conoce como el rey sabio, reinó sobre todo Israel y durante su reinado la nación gozó de una riqueza y esplendor sin igual, también se gozó de paz con las demás naciones. El principio de su mandato estuvo marcado por la devoción a la causa de Dios además de la escritura de muchos proverbios en los cuales reflejaba la gran sabiduría que le había sido otorgada por Dios. Su mayor legado fue sin dudas la construcción del templo del Señor, el primer templo permanente de adoración a Dios que tuvo el pueblo de Israel. Este templo fue majestuoso, adornado con detalles magníficos y su dedicación fue un día de restauración de votos del pueblo hacia su Dios. Pero no todo fue esplendor en su reino ya que Salomón tuvo un período de oscuridad y apostasía. Durante un tiempo se volvió a los ídolos, lujuria y toda clase de excesos; tuvo un período de decadencia espiritual. Él, al igual que el pueblo, se corrompieron y no tuvieron un corazón firme para el Señor. No obstante, Dios fue fiel y Salomón reinó sobre todo Israel hasta el final de sus días.

C. Reino Dividido (Decadencia de la Nación) 1 Reyes 12-22, 2 Reyes 1-17, 2 Crónicas 10-28.

El reino de Salomón se dividió en dos casi inmediatamente después de su muerte. Un hombre llamado Jeroboam, de la tribu de Efraín, al oír de la muerte del rey regresa de Egipto con ambiciones de poder y arma un complot contra el sucesor al reino, Roboam, hijo de Salomón. Ya que el pueblo estaba siendo oprimido con altos impuestos por el sucesor al trono, no dudaron en agruparse y rebelarse contra su reinado. El deterioro espiritual y la vida entregada a la idolatría impidieron que el pueblo y su rey buscaran el consejo de Dios en este asunto.

El reino se dividió en dos: las tribus de Judá y Benjamín formaron el reino del norte, las diez tribus restantes el reino del sur. Roboam y Jeroboam fueron los primeros reyes de estos reinos respectivamente. El reino del norte (Israel) tuvo diecinueve reyes, todos reinaron de espaldas a Dios y sumergidos en la idolatría, pero Dios no les dejó en oscuridad, levantaba sus profetas aún en medio de un pueblo de dura cerviz. El reino del sur (Judá) también tuvo diecinueve reyes y una reina; algunos tomaron a Jehová como su Dios, otros no, también contó con el favor de Dios al hablarles por medio de sus profetas. Después de todo esto el pueblo de Israel fue de mal en peor y nunca más fue el reino esplendoroso que un día fue, nunca más fue un solo pueblo.

Bianka Reyes de Suriel

Historia de la Redención (4)

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Israel se revela y anda errante por el desierto (12 espías), serpiente de bronce.

Llegó el día de partir y todo el pueblo levantó el campamento y se dispuso a partir hacia la tierra que Dios les había prometido. En el transcurso del camino Israel se queja nuevamente por falta de carne, a lo que Dios les respondió enviándoles codornices.

Después de dos meses llegan a Cades-Barnea y desde allí envían espías para que fueran a explorar la tierra que Dios les había prometido. Cuando estos espías entran, notan que era una tierra fértil, tal como Dios les había dicho. Sin embargo al retornar y dar su reporte dicen que no podrán poseerla porque está habitada por gigantes. Sólo Josué y Caleb, quienes traen uvas como muestra de la fertilidad de la tierra, dan un reporte esperanzador; pues llaman al pueblo a confiar en el Dios que los había sacado de Egipto. Sin embargo el pueblo, falto de fe, decidió creer en el reporte negativo de los diez espías. Aquí nuevamente el pueblo se rebela contra Dios y desea su muerte.

Entonces Dios viendo la rebelión del pueblo, habla con su siervo Moisés y le dice que verdaderamente ninguno de esa generación entraría a la tierra, excepto Josué y Caleb. Después de esto el pueblo peregrinó en el desierto hasta que toda esa generación incrédula pereció. Aquí también murieron María y Aarón hermanos de Moisés. Tristemente Moisés ve llegar sus últimos días en este lugar, no pudiendo entrar a la tierra prometida al igual que sus hermanos. Sólo pudo verla de lejos ya que Dios le permitió verla. Finalmente, sabiendo él que sus últimos días habían llegado comisiona a Josué para que sea el nuevo líder, el que introduciría el pueblo a la tierra. Moisés deja este mundo no sin antes exhortar al pueblo a la fidelidad, adoración y obediencia al único Dios verdadero.

Josué entra, conquista y habita Canaán (12 tribus).

Estando Josué al mando del pueblo, Dios nuevamente ratifica su pacto con este pueblo y le dice a Josué que no temiera porque Él no abandonaría a su pueblo, más bien lo introduciría a la tierra que había jurado a sus padres.

Al igual que Moisés, Josué envió a dos espías a Jericó para que la inspeccionaran; pero estos dos espías fueron descubiertos y perseguidos. Ellos se escondieron en la casa de una ramera llamada Rahab. Esta les salvó la vida y les hizo jurar por el nombre de Jehová su Dios que cuando Jehová le entregara la ciudad ellos salvarían su familia. Así lo prometieron y salieron de la ciudad descolgados por un cordón de la casa de esa mujer. Este cordón ella debía colgarlo para que la ubicaran el día de la batalla y todo el que estuviera en su casa fuera librado de la muerte.

Los espías llegan a Josué y le dicen que ciertamente el Señor había entregado la ciudad en sus manos pues el temor llenaba los corazones de todos sus habitantes. Josué organiza el pueblo camino a Jericó, los sacerdotes delante con el arca y el ejército detrás. Al llegar a las poderosas murallas de Jericó, el Señor les dice que la rodeen por seis días y que al séptimo se prepararan porque sus murallas caerían.

Sucedió tal como Dios había dicho, los israelitas destruyeron la ciudad menos a los de la casa de Rahab. Después el ejército de Israel derrota la ciudad de Hai, a los amorreos y a otros pueblos más, aunque no exterminaron por completo a todos los pueblos aledaños que habitaban en aquella región.

Finalmente, llega el momento de repartir y poseer la tierra entre las tribus de Israel. La repartición de la tierra entre las nueve tribus y media se llevó a cabo por medio de suertes, bajo la vigilancia de Josué y el sumo sacerdote Eleazar. A cada tribu se le dio conforme a su necesidad y tamaño. Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés habían tomado posesión al este del río Jordán. Para los hombres de estas tribus era tiempo de volver a sus familias pues ya habían cumplido lo prometido a Moisés de luchar junto al pueblo hasta la conquista de la tierra. Así habitó Israel la tierra que Jehová había prometido a sus padres Abraham, Isaac y Jacob.

Al igual que lo hiciera Moisés, Josué ya siendo viejo dio un discurso final recordando al pueblo la fidelidad de Dios, sus portentos y milagros. Les pidió que se esforzaran en guardar todo lo que estaba escrito en la ley de Moisés y que no se apartaran ni a derecha ni izquierda; que guardaran con diligencia sus corazones para amar a Jehová. Después de estas cosas murió Josué a la edad de ciento diez años y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.

Bianka Reyes de Suriel

Historia de la Redención (3)

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B. De Egipto a Canaán (El crecimiento del pueblo de Dios) Éxodo – Josué.

Dios preserva a su Pueblo en Egipto. Crecimiento, Moisés, las 10 plagas, Pascua, Liberación.

Dios bendijo grandemente a su pueblo en la tierra de Egipto, los libró de la hambruna y les multiplicó grandemente. Después de un tiempo, llamó Jacob a sus hijos, los bendijo y profetizó sobre ellos y sus descendencias las obras maravillosas que Dios haría con ellos. También les dio mandamientos sobre dónde debían sepultarlo y al terminar entregó el espíritu.

Pasó un tiempo y José procedió igual, llamó a sus hermanos y les dijo que moriría, pidió que tomaran sus huesos y los llevaran a la tierra que Dios juró a sus padres que les daría; porque el Señor les visitaría y ciertamente les haría subir allá. Al tiempo se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no tenía el mismo trato con la familia de José, al contrario, les veía como una amenaza. Así que ideó un plan para someterlos a esclavitud y así fue. Además quiso impedir que siguieran multiplicándose y le dijo a las parteras que mataran a todo niño varón al momento de nacer. Pero el Señor puso su temor en sus corazones y no lo hicieron.

Por esta amenaza, cuando una familia de los hijos de Leví tuvo un hermoso niño quisieron salvarlo colocándolo en el río, cerca de donde se bañaba la hija del Faraón. Ésta, al verle, le tomó como su hijo. El nombre de ese niño fue Moisés. Moisés vivía con los privilegios del hijo de la hija del Faraón, pero Dios tenía un plan para él y su pueblo que estaba siendo maltratado en esa tierra. El Señor siguió multiplicando a su pueblo en esta tierra hasta que llegó en momento de sacarlos y llevarlos a la tierra que Él había prometido a sus padres. Para esta tarea Dios llamó a Moisés para que fuese el líder del pueblo y le pidiera al Faraón que dejara ir a su pueblo. Pero el corazón de Faraón se endureció y dijo que no les dejaría ir.

Dios entonces, para mostrar su poder y la gloria de su gran nombre, envió sobre los egipcios diferentes plagas: ranas, moscas, muerte del ganado, tinieblas y otras más. Pero el corazón del Faraón seguía endurecido. Entonces habló Jehová a Moisés y le dijo que hablara a toda la congregación que todas las familias tomaran un cordero sin mancha y lo comieran con panes sin levaduras y hierbas amargas. Además debían tomar la sangre del cordero y colocarla en los postes y en el dintel de la casa en donde estuvieran celebrando la pascua, así lo hizo todo el pueblo de Israel. Y pasó el Señor aquella noche por toda la tierra de Egipto, tal como lo había dicho, e hirió con la muerte de todo primogénito de esa tierra. Toda esa tierra lloró a sus hijos menos los Israelitas, pues fueron librados por la señal de la sangre del cordero. Sólo después de esto faraón dejó salir al pueblo de Egipto. El número de ellos era aproximadamente dos millones y medio de personas. Realmente Dios hizo de la descendencia de Abraham un pueblo numeroso.

La provisión de Dios para Su Pueblo antes del Monte Sinaí.

Mar Rojo, agua, maná, Amalec.

No pasa mucho tiempo cuando Faraón decide perseguirlos y vengar la muerte de los primogénitos. Ya los israelitas se encontraban en el desierto y con el Mar Rojo en frente. Cuando vieron que los egipcios los perseguían se llenaron de temor y empezaron a quejarse con Moisés. Así que Dios habla a Moisés y le dice al pueblo que marche hacia adelante. Entonces Dios, dando muestra de su gran poder, divide el Mar Rojo en dos y su pueblo pasa por el medio del mar como por tierra seca. Intentando hacer lo mismo los egipcios, Dios cierra el mar con ellos dentro y todos perecen. Así libró el Señor a su pueblo de los egipcios, con su gran poder y su mano extendida.

Estando ya en el desierto los hijos de Israel empezaron a quejarse contra Moisés porque no tenían qué comer. Dios entonces dice a Moisés que hablara con el pueblo para que salieran en la mañana a recoger pan del cielo o maná, la provisión que Él haría fielmente cada día. Y así sucedió.

El pueblo siguió desplazándose por el desierto y nuevamente se quejó contra Moisés a causa del agua. Nuevamente Dios proveyó para su pueblo haciendo brotar agua de entre las rocas. Durante todo el tiempo que estuvieron en el desierto el pueblo nunca tuvo necesidad de nada, Dios fue su proveedor fiel. Aunque Israel tenía un corazón quejoso Dios nunca apartó su misericordia de ellos.

El pueblo siguió avanzando por el desierto y llegaron a Refidim. Allí fueron atacados sorpresivamente por los Amalecitas. Este pueblo atacó traicioneramente a Israel por la espalda, cuando estaban cansados e indefensos. Entonces Moisés le manda a Josué a preparar al pueblo para enfrentar al enemigo. Josué organiza a los varones israelitas para luchar contra Amalec. Entre tanto el pueblo luchaba, Moisés oraba a Dios y sucedía que cuando él oraba con sus manos arriba el pueblo tomaba ventaja en la batalla así que Moisés perseveró en la oración y Dios le dio la victoria a su pueblo. Dios también les prometió que exterminaría de la tierra a los amalecitas. Todo el pueblo estaba muy agradecido por haber sido librado y Moisés edificó un altar un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi. Después de lo sucedido Jetro, el suegro de Moisés, viendo el gran trabajo de su nuero, le aconseja que seleccione hombres sabios para que lo ayuden a lidiar con un pueblo tan grande. Así lo hizo y fue así como principió el largo proceso de organizar al pueblo.

Dios revela su palabra en el Monte Sinaí. Ley moral, ley civil y ley ceremonial.

Cuando salieron de Refidim, el pueblo llegó al desierto del Sinaí y allí acamparon por un tiempo. Dios llama a Moisés para que le diga al pueblo, de parte de Dios, que si ellos caminaban en los caminos de Dios y guardaban su pacto, ellos serían su especial tesoro sobre todos los demás pueblos sobre la tierra. Esto era sin lugar a dudas un privilegio enorme, debían estar agradecidos de la misericordia del Dios que los había librado de la esclavitud. Luego Dios señaló el día cuando descendería sobre el Monte Sinaí, todos debían bañarse y vestirse para este día especial. Nadie podía subir al monte, sólo Moisés podía, y así lo hizo. Estando Moisés en el monte Dios le entrega las leyes que regirán al pueblo en todos los aspectos de la vida.

Como ellos eran el pueblo de Dios debían conducirse diferentes a todos los pueblos sobre la tierra. Dios le dio tres tipos de leyes: Moral, Civil y Ceremonial. La primera parte de la ley divina contenía Los diez Mandamientos, los principios fundamentales sobre la moralidad y la religión. Se prohibía idolatría, robo, adulterio, etc. También se prohibía cualquier clase de crueldad e injusticia y se protegía a los menos privilegiados y al menesteroso. En la ley ceremonial se incluía todo lo relacionado a la adoración, al cómo conducirse en la casa de Dios, el tabernáculo, las ofrendas y los sacrificios. Todo esto habló Dios a Moisés, para sacrificarse para sí un pueblo santo, donde su Nombre se diera a conocer sobre toda la faz de la tierra. Y cuando acabó Dios de hablar a Moisés le dio las dos tablas del testimonio, escritas con su dedo.

Rebelión de Israel. Becerro de oro.

Viendo el pueblo que Moisés tardaba mucho en descender del monte Sinaí, se acercaron al hermano de Moisés llamado Aarón para que levantase dioses que fueran delante del pueblo pues creyeron que Moisés había muerto.

Nuevamente vemos como este pueblo es rápido en darle la espalda a Dios y dudar de su fidelidad. Aarón accedió débilmente a la petición y fabricó un becerro de oro de los adornos que le trajeron. Entonces Jehová le dice a Moisés que descienda del monte porque el pueblo se había corrompido. Al regresar, descubre con horror que el pueblo estaba practicando la idolatría. Tirando las tablas de la ley al suelo tomó el becerro de oro y lo fundió, haciéndole beber a todos. Entonces oró Moisés a favor del pueblo, para que este pecado de idolatría fuera perdonado y la presencia de Dios no se apartara del pueblo. El Señor escuchó el clamor y les perdonó y ratificó su pacto de bendecirles y hacerles el bien haciéndoles entrar en la tierra prometida.

La provisión de Dios para su pueblo después del Monte Sinaí. Agua, maná.

Entre tanto Dios seguía afirmando su pacto, su presencia se seguía manifestando. De día con una nube y de noche con una columna de fuego. Cuando se movían, el pueblo partía del sitio donde estuvieran. Antes de salir del campamento del Sinaí, se censó al pueblo, los varones de veinte años para arriba. El resultado fue de 603,550 individuos. En este tiempo ya el tabernáculo estaba en uso y se acercaba el primer aniversario de su liberación. El pueblo estaba contento y preparándose para celebrar la pascua nuevamente. Durante todo este tiempo ellos habían disfrutado de la misericordia de Dios y de su longanimidad. Cada día seguía dándoles maná y agua para el pueblo y en ganado.

Bianka Reyes de Suriel

Historia de la Redención (2)

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2. Vía de Salvación. El trato de Dios con la Nación de Israel.

(Génesis 12 -Malaquías)

A. Época de los Patriarcas (El Padre de la Nación) Génesis Caps. 12 al 50.

Abraham. Pueblo, tierra, nación, bendición. De todos los pueblos Dios se propuso escoger uno para completar la revelación de sí mismo, para mantener en alto la adoración del único y verdadero Dios en medio de un mundo que adoraba a muchos dioses.

Dios escogió a un hombre llamado Abram, hijo de Taré y descendiente de Sem. Abram nació en Ur de Caldea, la familia emigró hacia Harán, al noreste de la Mesopotamia. Estando Abram en este lugar Dios se le revela y le dice: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a una tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a lo que te bendijeren y maldeciré a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Ya que Abram era un hombre temeroso de Dios, creyó y le obedeció de todo su corazón, saliendo así sin saber exactamente a dónde iba. Al salir se llevó consigo a su esposa Sara y a su sobrino Lot, además de todos sus bienes, ganado y trabajadores. Salieron hacia una tierra llamada Canaán, tierra habitada por diversos pueblos llamados cananeos. Y Abraham (pues Dios le cambió el nombre) vio toda aquella tierra y se le apareció nuevamente el Señor y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y creyó Abraham a Dios. En el tiempo señalado, Sara dio a luz a un niño al cual llamaron Isaac.

Isaac. Ambos estaban felices y agradecidos de Dios, Abraham, el amigo de Dios, sabía que el Señor tenía un plan grande para su hijo ya que se le había prometido que él sería padre de muchedumbre de gentes, y naciones y reyes saldrían de su simiente. Pero un día el Señor le dijo a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac y él sabiendo que Dios todo lo puede no dudó en ofrecer a su hijo, pero Dios no buscaba derramamiento de sangre, sino probar la fe. Al ver el Señor la fe de Abraham y que no le había negado a su hijo Isaac, ratificó sus promesas con él y su descendencia jurando por sí mismo de que le bendeciría y multiplicaría y que en su simiente serían benditas todas la familias de la tierra. Luego de un tiempo Isaac se casa con Rebeca y tiene dos hijos, Esaú y Jacob.

Jacob. Esaú era diestro en la caza y Jacob era un hombre pacífico que habitaba en tiendas. A Esaú por ser el primogénito era al que le correspondían la bendición espiritual y los bienes de la familia. Pero Esaú no era un hombre temeroso de Dios: despreció las bendiciones de su primogenitura cambiándola a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Jacob vive un tiempo con su tío Labán y allí se casa con dos hermanas Lea y Raquel y procrea doce hijos y una hija. En esta tierra Jacob prosperó y se multiplicó, pero después de un tiempo decidió volver con toda su familia a Canaán pero el hecho de haber engañado a su hermano le traía temor a su corazón, sin embargo Dios le envía su ángel y éste le bendice y le cambia el nombre de Jacob por el de Israel.

José. De sus doce hijos, Jacob mostró una clara preferencia por José. Éste era el hijo mayor de Raquel, la esposa favorita. Esta actitud de Jacob provocó el disgusto de los hijos de Lea, su otra esposa. José mostró desde el principio una naturaleza espiritual y sensible. Dos sueños extraños que parecían mostrar la autoridad de José sobre sus hermanos y aún sobre sus padres, demostraron que la mano de Dios era sobre él.

Debido a estos sueños y a que su padre Jacob le señalaba como favorito, sus hermanos resolvieron, provocados por los celos y su malvado corazón, acabar con José y sus sueños. Un día Jacob envió a José donde sus hermanos pastaban el rebaño, al verlo los hermanos decidieron venderle a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto. Lo vendieron por veinte monedas de plata. Le quitaron su túnica y la mancharon con sangre de animal para simular su muerte delante de su padre Jacob.

Sin embargo Dios tenía un plan para José y para su pueblo; José se hizo grande en la tierra de Egipto porque había mostrado una sabiduría sin igual al haber interpretado los sueños del Faraón. José siempre le dio la gloria a Dios por la sabiduría que posaba sobre él. Luego de un tiempo sobrevino una hambruna sobre las naciones del Mediterráneo y las naciones vecinas venían a Egipto a buscar alimento, pues gracias a la administración de José esta tierra había sido librada de esta escasez de alimento.

Viendo Jacob que en Egipto había alimentos envió a sus hijos a comprar víveres. Cuando los hijos de Jacob llegaron a Egipto fueron atendidos por José, quien se reveló como el hermano que habían vendido tiempo atrás más no había nada que temer porque él los había perdonado, también les dijo que todo había sucedido por una buena razón: Dios había preservado su pueblo de esta manera.

Entonces José les dijo que volvieran a Canaán, trajeran a su padre Jacob y a todas sus familias y que vinieran a vivir a Egipto, a una tierra fértil y buena para el ganado llamada Gosén. Así lo hicieron ellos, trajeron a su padre y familias, todos ellos eran aproximadamente setenta personas.

Bianka Reyes de Suriel

Historia de la Redención (1)

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Nuestra amada hermana Bianka ha preparado una breve historia sobre la redención del hombre que abarca desde Génesis hasta Apocalipsis. Disfruten.

Narrativa sobre el Antiguo Testamento.

Creación y propósito del hombre. Génesis Caps. 1,2 En el principio de los tiempos, decidió Dios crear, y creó Él, con su palabra y en espacio de seis días, la Tierra y todo lo que existe. Hizo Dios el universo y todo lo que contiene, sus grandes planetas y estrellas luminosas. A la tierra le dijo que produjera diferentes plantas buenas y deliciosas para comer. Hizo también los animales que viven en el mar, en la tierra y los que pueden volar. Todo lo hizo Dios bueno y hermoso en gran manera en un espacio de seis días. Para culminar su obra y la gloria de su Nombre y para que usaran y gobernaran sobre todo lo creado creó al hombre, varón y hembra los creó. Este hombre era perfecto, tenía su complacencia en Dios y disfrutaba de su comunión.

  1. El Trato de Dios con el mundo entero antes de escoger la nación de Israel. Necesidad de Salvación. (Génesis Caps. 3 al 11).

Caída (Pecado). Pero el estado de perfecta armonía entre el Creador y sus criaturas no fue perdurable, ellos decidieron desobedecer a su Creador, escuchando las falsas promesas de Satanás. Se volvieron en contra de Dios y comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal que se les había prohibido. Eva comió primero y después Adán, muriendo espiritualmente en ese mismo instante. Por esta desobediencia entró el pecado al mundo y toda la creación fue afectada.

La relación entre Dios y ellos se rompió, ya no existía esa comunión abierta entre ellos. Dios es santo y sin relación con el pecado. Sin embargo, Dios, mostrando su infinito amor y misericordia antes de echarlos del huerto les promete un Redentor, uno que saldría de la simiente de la mujer y que destruiría para siempre el dominio del pecado y de Satanás, uno que restauraría nuevamente la comunión entre Dios y la raza humana.

Primer Homicidio. Ahora viviendo el hombre fuera del huerto, en un estado de pecado, sufriendo las maldiciones de Dios sobre la tierra y todo su fruto; Eva concibió y trajo al mundo una descendencia pecadora y apartada naturalmente de Dios. Los primeros hijos de Adán y Eva fueron Caín y Abel, uno agricultor y el otro pastor. No pasó mucho tiempo para que empezaran a cosechar los frutos amargos del pecado. Sucedió un día que vinieron a adorar a Dios y cada uno trajo su ofrenda, pero Dios no se agradó de la ofrenda de Caín. Caín, gobernado por su ira y celos mató a su hermano Abel. Previamente vemos cómo Dios le sale al encuentro al pecador, primero haciendo ver en qué consiste el dominio del pecado, luego preguntando a Caín por su hermano. Esto así para llamarlo al arrepentimiento al cual éste nunca procedió.

Diluvio. La inclinación natural del hombre siguió siendo de continuo hacia el mal y las generaciones venideras así lo demostraron. Su corazón siempre inclinado a apartarse de Dios y su gobierno. El pecado prevaleció tanto y la maldad se volvió tan grande en la mente y acciones de los hombres, que Dios decidió destruir esa generación maligna y perversa a fin de hacer un nuevo principio.

Hubo un hombre llamado Noé que andaba en los caminos de Señor, Dios ordena a Noé que construya un arca muy grande donde él, su esposa, sus tres hijos y las esposas de ellos serían librados del juicio que Él traería sobre toda la faz de la tierra. Los hijos de Noé se llamaban Cam, Sem y Jafet. Dios también le dijo a Noé que llevara dentro del arca las parejas de animales que Él le indicaría. Ciento veinte años duró Noé construyendo el arca y en todo ese tiempo no hubo un solo corazón que se volviera hacia Dios.

Finalmente envió Dios un diluvio que duró cuarenta días y cuarenta noches y toda la faz de la tierra fue inundada, sobreviviendo únicamente Noé, su familia y los animales que estaban con él. Al salir del arca, Noé alabó y adoró a Dios construyendo un altar donde ofreció sacrificio. Noé y familia recibieron la promesa de que Dios no volvería a destruir la tierra con un diluvio y les dio como señal el arcoíris. Sus descendientes aumentaron rápidamente y se esparcieron por los valles fértiles de aquella tierra. (Asia Menor).

Torre de Babel

El Comienzo de Naciones. Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras, pero esto no significaba que los hombres se reunieran a alabar en nombre de Dios y contar sus maravillas o las grandes obras que había hecho a favor del hombre; más bien se pusieron de acuerdo para construir su propio gobierno y dijeron: vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre por si fuésemos esparcidos sobre la faz de la tierra.

Este plan no fue del agrado de Dios, pues sabía que la motivación de sus perversos corazones era que Él no gobernara sobre ellos. Él sabía que los hombres no desistirían de este plan puesto ya se había puesto de acuerdo. Por tanto dijo: Descendamos y confundamos allí su lengua para que ninguno entienda el habla de su compañero. Entonces cada uno se agrupó con aquellos que tenían el mismo idioma.

Así esparció Dios toda aquella gente desde allí sobre toda la faz de la tierra y así dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra.

Bianka Reyes de Suriel