EL CAMINO DEL GUERRERO 4: RESPONDIENDO AL MALTRATO
Texto: Romanos 12:19-21
Lecciones particulares:
— Cuando seas maltratado, nunca (o sea, ni siquiera una sola vez, ni siquiera en las cosas que parezcan sin importancia) busques “equilibrar la balanza” y dar retribución por ti mismo (v.19a).
— Más bien, hazte a un lado y permite que Dios sea quien pague a aquel que te ha herido. No te preocupes: Dios pagará exactamente lo que la otra persona merece y lo hará con pasión (v.19b).
¿Y por qué? ¿Por qué no puedo vengarme yo mismo?
— Bueno, hay varias razones, pero la más elemental es bien sencilla: Dios se ha reservado el derecho de pagarle a cada quien según sus obras (v.19c). No tiene que ver con si eres justo o no, si eres capaz o no… Cuando decidimos pagar mal por mal, cuando decidimos vengarnos, estamos diciéndole a Dios “No me importa lo que pienses…Yo voy a tomar tu derecho y yo pagaré”.
Y, entonces, ¿qué hago? ¿Qué opción me queda?
— No permitas que el mal, tu vieja naturaleza centrada en ti mismo (en tus sentimientos y necesidades), sea la que triunfe y te controle. Más bien, destruye tus viejos impulsos a través de vivir en tu nueva naturaleza (v.21): cultiva el carácter de Dios (i.e. ama y coloca a los demás primero) y vencerás tu tendencia de pensar primero (y muchas veces únicamente) en ti mismo.
¿Cómo logro esto? ¿Cómo cultivo el carácter de Dios en mí?
— No seas pasivo. Cultiva el camino del guerrero en ti:
- Imita a Jesús y esfuérzate en fijarte en las circunstancias y necesidades de la persona que te hirió, en lugar de centrarte en ti mismo y tus circunstancias (v.20a). No te engañes ni te des excusa: todos sufrimos y tenemos necesidades.
- Activamente, decide usar el conocimiento acerca de quien te ha herido para hacerle bien, en lugar de hacerle mal (v.20a). Y, luego… ¡hazle el bien! Considera todas las maneras indirectas en las que pudieras herir al otro (e.g. chisme) y decide no llevarlas a cabo.— Si haces esto con sinceridad, no nada más en lo externo, sino desde el corazón, sucederán dos cosas:
1.La ira de Dios tendrá lugar y Dios pagará: en lugar de haber quitado la razón para el pago de Dios (cf. Proverbios 24:17,18), vas a acumular razones, “carbones encendidos”, sobre la cabeza de esa persona para que Dios juzgue.
2.Habrás vencido tu vieja naturaleza y cada uno de estos pasos en el camino del guerrero habrán hecho tu carácter más y más como el de Dios (v.21). Dios no es ciego: Él te recompensará (cf. Proverbios 25:21,22).
Este es un tema difícil de tratar (nota cómo Pablo abre la discusión diciendo “amados”). De hecho, esto no puede ser logrado si uno no es capaz de confiar plenamente en Dios. Para poder vivir de esta manera es necesario (1) creer que Dios existe y (2) creer que Él realmente es galardonador, sea para bien o para mal. Es necesario cultivar la capacidad de, en medio de la ira, en medio del ultraje, ser capaz de mantener la vista fija en la realidad de que Dios existe, está en control, y pagará.
Preguntas de introspección:
- ¿Qué define tu vida, la comodidad en tus viejos hábitos o la lucha por ser hijo de Dios? (Efesios 5:1,2) ¿Qué es lo que hace que te sea tan difícil no buscar venganza? ¿Por qué es tan difícil perdonar? ¿En qué te estás enfocando cuando buscas la venganza? ¿Qué rol tiene Dios en tu vida en el momento en que estás pensando en vengarte?
- ¿Por qué es la venganza un paradigma del viejo hombre? ¿Qué pasa con el carácter de Dios formándose en ti cada vez que prefieres ignorar a Dios y vengarte?
- ¿Cómo se relacionan el rencor y la venganza? ¿A quiénes les guardas rencor ahora mismo? ¿De qué formas te estás vengando de ellos?¿Te has detenido a pensar la cantidad de veces que personas malas no han recibido su verdadero pago simplemente porque quien fue herido decidió tomar la venganza en sus propias manos y alegrarse en el mal del otro?
- Historia sugerida: Historia de la crucifixión (Mateo 27:27-44; Lucas 23:33-38; esp. v.34).