Historia de la Redención (2)

Estándar

2. Vía de Salvación. El trato de Dios con la Nación de Israel.

(Génesis 12 -Malaquías)

A. Época de los Patriarcas (El Padre de la Nación) Génesis Caps. 12 al 50.

Abraham. Pueblo, tierra, nación, bendición. De todos los pueblos Dios se propuso escoger uno para completar la revelación de sí mismo, para mantener en alto la adoración del único y verdadero Dios en medio de un mundo que adoraba a muchos dioses.

Dios escogió a un hombre llamado Abram, hijo de Taré y descendiente de Sem. Abram nació en Ur de Caldea, la familia emigró hacia Harán, al noreste de la Mesopotamia. Estando Abram en este lugar Dios se le revela y le dice: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a una tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a lo que te bendijeren y maldeciré a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Ya que Abram era un hombre temeroso de Dios, creyó y le obedeció de todo su corazón, saliendo así sin saber exactamente a dónde iba. Al salir se llevó consigo a su esposa Sara y a su sobrino Lot, además de todos sus bienes, ganado y trabajadores. Salieron hacia una tierra llamada Canaán, tierra habitada por diversos pueblos llamados cananeos. Y Abraham (pues Dios le cambió el nombre) vio toda aquella tierra y se le apareció nuevamente el Señor y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y creyó Abraham a Dios. En el tiempo señalado, Sara dio a luz a un niño al cual llamaron Isaac.

Isaac. Ambos estaban felices y agradecidos de Dios, Abraham, el amigo de Dios, sabía que el Señor tenía un plan grande para su hijo ya que se le había prometido que él sería padre de muchedumbre de gentes, y naciones y reyes saldrían de su simiente. Pero un día el Señor le dijo a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac y él sabiendo que Dios todo lo puede no dudó en ofrecer a su hijo, pero Dios no buscaba derramamiento de sangre, sino probar la fe. Al ver el Señor la fe de Abraham y que no le había negado a su hijo Isaac, ratificó sus promesas con él y su descendencia jurando por sí mismo de que le bendeciría y multiplicaría y que en su simiente serían benditas todas la familias de la tierra. Luego de un tiempo Isaac se casa con Rebeca y tiene dos hijos, Esaú y Jacob.

Jacob. Esaú era diestro en la caza y Jacob era un hombre pacífico que habitaba en tiendas. A Esaú por ser el primogénito era al que le correspondían la bendición espiritual y los bienes de la familia. Pero Esaú no era un hombre temeroso de Dios: despreció las bendiciones de su primogenitura cambiándola a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Jacob vive un tiempo con su tío Labán y allí se casa con dos hermanas Lea y Raquel y procrea doce hijos y una hija. En esta tierra Jacob prosperó y se multiplicó, pero después de un tiempo decidió volver con toda su familia a Canaán pero el hecho de haber engañado a su hermano le traía temor a su corazón, sin embargo Dios le envía su ángel y éste le bendice y le cambia el nombre de Jacob por el de Israel.

José. De sus doce hijos, Jacob mostró una clara preferencia por José. Éste era el hijo mayor de Raquel, la esposa favorita. Esta actitud de Jacob provocó el disgusto de los hijos de Lea, su otra esposa. José mostró desde el principio una naturaleza espiritual y sensible. Dos sueños extraños que parecían mostrar la autoridad de José sobre sus hermanos y aún sobre sus padres, demostraron que la mano de Dios era sobre él.

Debido a estos sueños y a que su padre Jacob le señalaba como favorito, sus hermanos resolvieron, provocados por los celos y su malvado corazón, acabar con José y sus sueños. Un día Jacob envió a José donde sus hermanos pastaban el rebaño, al verlo los hermanos decidieron venderle a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto. Lo vendieron por veinte monedas de plata. Le quitaron su túnica y la mancharon con sangre de animal para simular su muerte delante de su padre Jacob.

Sin embargo Dios tenía un plan para José y para su pueblo; José se hizo grande en la tierra de Egipto porque había mostrado una sabiduría sin igual al haber interpretado los sueños del Faraón. José siempre le dio la gloria a Dios por la sabiduría que posaba sobre él. Luego de un tiempo sobrevino una hambruna sobre las naciones del Mediterráneo y las naciones vecinas venían a Egipto a buscar alimento, pues gracias a la administración de José esta tierra había sido librada de esta escasez de alimento.

Viendo Jacob que en Egipto había alimentos envió a sus hijos a comprar víveres. Cuando los hijos de Jacob llegaron a Egipto fueron atendidos por José, quien se reveló como el hermano que habían vendido tiempo atrás más no había nada que temer porque él los había perdonado, también les dijo que todo había sucedido por una buena razón: Dios había preservado su pueblo de esta manera.

Entonces José les dijo que volvieran a Canaán, trajeran a su padre Jacob y a todas sus familias y que vinieran a vivir a Egipto, a una tierra fértil y buena para el ganado llamada Gosén. Así lo hicieron ellos, trajeron a su padre y familias, todos ellos eran aproximadamente setenta personas.

Bianka Reyes de Suriel

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