Apuntes a Santiago. 5:7-11

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TEMA 10. FE GENUINA Y PACIENTE ORACION. 5:7-11

7Por tanto, hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. 8Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca. 9Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas. 10Hermanos, tomad como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. 11Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron [perseveraron]. Habéis oído de la paciencia [firmeza] de Job, y habéis visto el resultado del proceder [fin] del Señor, que el Señor es muy compasivo, y misericordioso.

Vuelve a llamarles “hermanos” señalando la intención de enfocarse explícitamente en las actitudes que el pueblo de Dios necesita adoptar a la luz de la perspectiva bíblica sobre este mundo y el juicio venidero.
Y no hay duda de cuáles actitudes son:
(1) Ser pacientes (v.7,8)
(2) Paciencia (v.10)
(3) Soportar
(4) Perseverando (v.11)

En vista del pronto retorno de Cristo como Juez y Libertador, el creyente ha de imitar al agricultor y a los profetas exhibiendo paciencia con su situación y con cada otro, e imitar a Job en su perseverancia en medio de difíciles circunstancias.

La Biblia contiene una enseñanza escatológica esencial: que la vida fácil del rico y el sufrimiento del pobre en esta vida será revertido en la vida que vendrá. El ejemplo más claro lo encontramos en el Salmo 37, un maravilloso salmo de estímulo al justo.
Descritos como pobres y necesitados (v.14), bajo persecusión de los malvados (v. 12-15, 32-33), tentados a envidiar la prosperidad de los malos (v.1,7) y hasta desear que reciban su castigo; el salmista estimula a estar “quietos delante de Dios” (v.7), evitar la ira (v.8) porque Dios vindicará al justo, especialmente al pobre, que sufre en tales circunstancias.
Por tanto… veremos la plenitud de las riquezas de nuestra herencia como hijos de Dios.
Ahora bien, hay diferencia entre esperar con paciencia y esperar con impaciencia.
¿Les ha tocado alguna vez esperar junto a alguien que espera con impaciencia? ¿Haciendo fila, por ejemplo? ¿Cuál es la escena frecuente?
Por lo general encontramos dos tipos de personas: unas que aprovechan para contestar su correo o algún mensaje de texto, leer el periódico, conversar en voz baja… y otros, que se paran, se sientan, dan la vuelta, vocean, se quejan y murmuran de modo que todo el mundo los oiga…

¿Cómo esperamos la venida del Señor?
Cuando llega la adversidad, ¿somos capaces de decir “seré paciente, voy a perseverar”? O eres de los que saltan con “quiero que Jesús vuelva mañana!”
¿Conocen lo que significa ‘mentalidad escapista’?

Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra
¿Recuerdan la parábola del sembrador? ¿Quién es el sembrador? Dios. Dios planta la semilla del evangelio, conoce cuándo será la cosecha; entiende el paso de las estaciones, la llegada de la lluvia temprana y la tardía… (Deuteronomio 11:14). Sé paciente como tu Padre es paciente, la cosecha estará lista cuando esté lista.

8Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
¿Por qué necesito paciencia si la venida del Señor está cerca? Porque sabemos que está cerca, pero no cuán cerca. Tengo 60 años de edad, a lo sumo restan 10, quizás 20… somos un vapor, una neblina, quiero esperar con paciencia y ya sea que El venga mañana o que yo vaya a su encuentro, quiero emplear el tiempo con sabiduría, que me acerque más al Sembrador, y que cuando la cosecha esté lista, yo también esté lista.

Como hijas de Dios tenemos que aprender esta idea de la gratificación retardada; vivimos en la sociedad de lo instantáneo, y luego nos preguntamos por qué nuestros hijos no saben esperar, si les damos todo lo que piden, cuando lo piden, todo el tiempo.
Amadas, si apreciamos que Dios está detrás de todo lo bueno, que nos enseña a no desesperar en la espera, ¿saben cómo empezar? En la toma de pequeñas decisiones. En las cosas pequeñas.
Ten mente alerta a las pequeñas oportunidades para enseñar, no existe tal cosa como “tiempo de calidad” una falacia si no tienes tiempo en cantidad. Y aprende a esperar el retorno, la cosecha.
Algo más: quien espera con paciencia el regreso de Cristo no tiene que andar modificando conductas por la sencilla razón de que quien vive lo que cree, ¡estará siempre lista!

9Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas.

Vaya, el tema de la murmuración otra vez. A primera vista como que no tiene nada que ver con el resto, pero recuerden que Santiago nos viene haciendo advertencias contra el problema de la pecaminosidad del discurso y ahora el contexto particular es murmuración cuando estamos bajo presión o ante situaciones adversas en contra de gentes cercanas.
Ventilamos nuestra frustración contra la cuerda más débil, la que está más cerca.

Dios ve. Dios nos ve. Oye nuestras palabras y conoce nuestras motivaciones. ¿Cómo interactuamos con nuestros hermanos creyentes mientras esperamos con paciencia la venida del Señor? ¡El Juez está a la puerta!

10Hermanos, tomad como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. 11Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron [perseveraron]. Habéis oído de la paciencia [firmeza] de Job, y habéis visto el resultado del proceder [fin] del Señor, que el Señor es muy compasivo, y misericordioso.
De nuevo Santiago alude al Sermón del Monte: si fuésemos perseguidos como lo fueron los profetas seremos bienaventurados. Makarios = bienaventurados. Ser bienaventurados no es lo mismo que ser felices.
Estar felices es eso, un estado emocional; bienaventurado es el estado objetivo de nuestra relación con Dios.

Perseverantes, ¿qué tan perseverantes?
(Hebreos 11:32-38… de los cuales el mundo no era digno)
Decimos que seguimos a Cristo. ¿Diremos que los tales fueron bienaventurados? ¿Apedreados, aserrados por la mitad?
¿Dirá el mundo de mí cuando me vaya “no éramos dignos de esta persona”? ¿Tiene valor para ti ser identificada como de Cristo? ¿De quien el mundo no fue digno, quien fue rechazado? ¿Hay alguna área de tu vida donde luches por paciencia y esperar en el Señor?

Santiago nos trae un ejemplo curioso de ‘perseverancia.” Job. Sinceramente, no pocos diríamos que Job se defendió con uñas y dientes exhibiendo su propia justicia de modo insistente, buscando explicaciones del mismo Dios.
Sin embargo Job no abandonó su fe en Dios, nunca; incluso en lo peor de su incomprensión se aferró a Dios y continuó teniendo esperanza en El (no apagó la llama de fe que había en su corazón). Por favor no mal interpreten. Sufrir es malo. Nadie desea sufrir.
Hay una razón del por qué miramos al cielo en el sufrir: porque allí no habrá sufrimiento; sin embargo sabemos que bajo la soberana mano de Dios sufrir es bueno, porque todas las cosas obran para bien dice la promesa. Luego entonces sufrir es un regalo. Y es lo que vemos con claridad en la historia de Job: aunque sufrió por largo tiempo, se le permitió procesar lo que estaba sufriendo y en Su soberanía Dios permitió que la historia llegara hasta nuestros días para que también nosotros encontremos consuelo conociendo que Dios tiene propósito en todo.
Hay propósito en todo.

Y al final de cuentas, el sufrimiento presente no es el “final” de la historia; Dios ciertamente transformará nuestra situación para bien cuando Cristo sea revelado en gloria.
Porque el Señor es muy compasivo, y misericordioso.
Santiago quiere que enfoquemos nuestra mente en esta cita del AT, donde es la primera vez que Dios hace una descripción afectiva de Sí mismo.
Exodo 34:6-7 Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad [verdad]; el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
Santiago nos recuerda el carácter de Dios. El propósito de tu sufrir está apoyado en un Dios que, cuando se describe a Sí mismo, señala su compasión, misericordia, fidelidad, verdad, lento para la ira (¿donde más habremos oído esto?), abundante.

¿Por qué ser pacientes? Porque el Dios a quien servimos abunda en paciencia y fidelidad hacia Su pueblo.
Si recuerdan el contexto de Exodo 34, Israel no se distinguía precisamente por su fidelidad, y con todo Dios se describe como lleno de compasión. OJO: la compasión tiene un objeto: nosotros.
Saber que el Señor viene, ¿debiera cambiar la forma en que vivimos?
Quien espera pacientemente el regreso del Señor no tiene necesidad de cambiar su conducta porque está viviendo su vida de tal forma que si Cristo vuelve la encontrará lista.

La frase “y sobre todo” marca el inicio del fin de la carta, Santiago toca tres temas que considera críticos para la comunidad, noten que cada uno de ellos tiene algo que ver con el discurso.
(1) en el último ensayo de un tema claro, Santiago prohibe la clase equivocada de discurso -en este caso, repetir votos con frivolidad (v.12).
(2) Santiago estimula a la oración mutua tanto para necesidades físicas como espirituales (v.13-18).
(3) Exhorta a tomar las enseñanzas de la carta y aplicarlas a quienes estuvieran pecando en cualquiera de las formas que ha señalado (v.19-20).

Pero esto lo veremos en la próxima, 🙂

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