Deuteronomio 4:29

Estándar

Pero desde allí buscarás al Señor tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

Encontraremos a Dios cuando lo busquemos con todo nuestro corazón. Esa es una promesa bíblica en la que podemos confiar. Pero ¿qué hay que hacer para buscarlo?

Primero, debemos mostrar ciertas actitudes. Las Sagradas Escrituras nos instan a buscarlo de todo corazón, con diligencia, de continuo, con confianza y humildad. Estas cualidades son esenciales para el aprendizaje y el crecimiento espiritual.

Luego nos adentramos en la Palabra de Dios, estudiándola y meditándola con un corazón receptivo. También adoptamos la disciplina de la oración, porque es la manera principal de comunicarnos con Él, y Él con nosotros.

El siguiente paso es detenerse a pensar cómo está Dios trabajando en nuestras circunstancias. Piense en sus muestras de fidelidad para con usted en el pasado, y verá señales de cómo obró, aun en momentos de adversidad en su vida. Incluso, usted puede reconocer la participación del Señor en la vida de otros creyentes, y esa conciencia también puede enriquecer su crecimiento.

Cuando buscamos a Dios, descubrimos la capacidad de amarlo y servirlo. Si usted se ha sentido apático (indiferente o dejado) hacia el Padre celestial, piense en la posibilidad de buscarlo en una de las maneras que acabamos de describir, y ore para que eso despierte su amor por Él. 

«Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras.» (Salmos 145:18).

Lee, Medita y Aplica!

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