Apuntes a Génesis II

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TEMA 2. EL LLAMADO DE ABRAM (Génesis 12:1-20)

12:1 Y el Señor dijo a Abram:
Vete de tu tierra,
de entre tus parientes
y de la casa de tu padre,
a la tierra que yo te mostraré.

Que abandone 3 cosas: tu país, tus parientes, la casa de tu padre. Esto es grande. ¿Qué creen es lo más grande? Piensen en lo incómodo que resulta abandonar todo lo que te es conocido para irte a un lugar completamente desconocido. Es un llamado grande.
Y después que Dios ordena, entonces introduce su maravilloso pacto de gracia con Abram.
El llamado tiene un eco reminiscente del patrón de la Creación: anuncio, mandamiento (12:1), y reporte (12:4-9), agregándose promesas de Dios (12:2-3) para estimular a obediencia fiel.

2Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición.
3Bendeciré a los que te bendigan,
y al que te maldiga, maldeciré.
Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.

La repetición de “bendiciones” y “maldiciones” alude también al relato de la Creación. Estas pistas confirman que Abram proviene de la simiente de la mujer. Anticipa además el pacto de Moisés, la elección de Isaac en lugar de Ismael, de Jacob en lugar de Esau, de Judá en lugar de los otros hermanos.

El llamado contiene siete elementos:
te haré una gran nación
te bendeciré
te haré un gran nombre
serás de bendición a otros
bendeciré a los que te bendigan
maldeciré a los que te maldigan
bendeciré a través de ti a todas las naciones de la Tierra.

¿Cómo respondió Abraham?
4Entonces Abram se fue tal como el Señor le había dicho; y Lot fue con él. Y Abram tenía setenta y cinco años cuando partió de Harán. 5Y tomó Abram a Sarai su mujer, y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado, y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron.
6Y atravesó Abram el país hasta el lugar de Siquem, hasta la encina [terebinto] de More. Y el cananeo estaba entonces en la tierra.
7Y el Señor se apareció a Abram, y le dijo: A tu descendencia [simiente] daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar al Señor que se le había aparecido. 8De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí un altar al Señor, e invocó el nombre del Señor. 9Y Abram siguió su camino, continuando hacia el Neguev [región del sur].

Noten que Abram es presentado como un parangón de fe y obediencia. Dios habla, Abram guarda silencio. Parte de Harán sin saber adónde va. Hay dos discretas referencias a Lot, mmm. En el Cap. 11 cuando Taré salió de Ur se llevó a su hijo Abram, Sarai estéril y su nieto Lot; su otro hijo muerto -Harán- y Nacor quedado en Ur, solo permanece Abram como canal para perpetuar la familia. Pero Sarai es estéril. Las otras dos nietas son mujeres (Milca e Isca), no es descabellado suponer que, a ojos de Taré, la descendencia vendría por vía de Lot, el “presunto heredero.”

Observen que Dios habla otra vez DESPUES que Abram obedeció y salió. Dios confirma, asegura y da más instrucciones, noten aquí el cumplimiento de la primera promesa. De modo que esto elimina al “presunto heredero.”
¿Qué hace Abram? Algo muy significativo, construye un altar y adora al Señor. ¿Dónde? En el encinar de More (Deuteronomio 11:30 ¿No están ellos al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More?), algo que no parece la gran cosa hasta que aprendemos que los canaanitas adoraban sus dioses de la fertilidad en ese mismo lugar.

Abram está consagrando este lugar a la adoración del Unico Dios verdadero.
Luego planta su tienda, construye otro altar e invoca el nombre del Señor, es decir adora (fuera del Pentateuco la frase invocar implica peticiones). Noten que no se mudó a la ciudad canaanita, su tienda estaba en el campo.

10Y hubo hambre en la tierra; y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra.

Momento. Abram construye dos altares, invoca al Señor… ¿Por qué permite Dios el desastre si Abram hace lo que tiene qué hacer? Esto suena a contradicción pero es porque esperamos facilidad y comodidades al obedecer la Palabra de Dios. ¿Qué pasa aquí?
Noten el contraste: hay hambre y ¿qué hace Abram?
¿Qué está haciendo Dios? Haciendo crecer la fe de Abram.
¿Cómo fabrica Dios nuestra fe? Según P.Tripp: Dios nos hace ir adonde escogeríamos no ir, con el fin de lograr en nosotros que alcancemos lo que nunca podríamos.

Abram no pregunta al Señor por sustento (¡contrasta con el cordero cuando Isaac!). No pide nada a Dios. ¿Dónde tiene su tienda? ¡En la Tierra Prometida! Y sin embargo Abram elabora un plan y lo ejecuta.
Su plan es ir a Egipto, ¡Egipto!, que en toda la Escritura es el prototipo del hombre que vela por sí mismo o al mundo en busca de solución, no a Dios (Isaías 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al Señor).
Isaías habló tiempo después pero Abram está haciendo lo que dice este verso, buscando en Egipto en lugar de consultar a Dios.
La hambruna parece mayor que Dios, así que decide ir a Egipto.

¿Cuántas veces no hacemos lo mismo? Nos llega un reto inesperado, empezamos a planificar y ejecutar y luego, si somos honestas, ni consultamos al Señor porque sabemos lo que nos va a decir y no es precisamente lo que queremos.

11Y sucedió que cuando se acercaba a Egipto, dijo a Sarai su mujer: Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; 12y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: “Esta es su mujer”; y me matarán, pero a ti te dejarán vivir. 13Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti.

(¿Dónde anda Lot?) Para empezar Sarai tiene que haber sido una mujer extremadamente atractiva, ¡porque anda en los 65 años de edad!
Tiene razón al reconocer que está casado con una mujer extraordinariamente hermosa y tiene razón en que, como extranjero, es especialmente vulnerable. Es muy posible que las leyes de la hospitalidad, tan centrales en el pensamiento bíblico, estuvieran ausentes en otras culturas, por lo menos en la mente de Abram.
A un extranjero, en lugar de protegerlo y darle la bienvenida, es alguien de quien se toma ventaja.

En el v.13, en un intento de neutralizar la situación Abram le pide a su mujer que engañe a los egipcios. Una verdad a medias, sabido es que los hermanos serían tolerados pero los esposos no (como lo demostró el escándalo de Urías-Betsabé-David años después) en particular cuando la mujer es altamente deseable.
Primero la amenaza del hambre, ahora la amenaza son los mismos egipcios. ¡Lucen mucho más grandes que Dios! Abram se olvida de Quién es Dios y de las promesas recibidas.

14Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa. 15Y la vieron los oficiales de Faraón, y la alabaron delante de él; y la mujer fue llevada a la casa de Faraón. 16Y éste trató bien a Abram por causa de ella; y le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.

Se cumplen las peores sospechas. Noten que en todo el asunto no hay palabras de Sarai. ¿Qué pensará ella del esquema del marido? ¿Lo excusa al punto de aceptar voluntariamente? “El que calla otorga” dice un refrán.
Pero el asunto de pone color de hormiga porque es llevada nada menos que a la casa (léase harén) del mismo Faraón. Engaño y ahora vulnerabilidad extrema.

¿Por qué se colocó Abram en semejante situación?
¿Por qué creyó que tenía que utilizar engaños?
¡Qué diferente este Abram al que hemos visto en vv.1-9! ¿Será posible que esté pensando en las promesas recibidas y crea que Dios necesita un poco de ayuda…?

Por causa de Sarai el Faraón regala a Abram un montón de animales y siervos. Lo hace rico a cambio de su mujer. Proverbios 10:22a la bendición del Señor es la que enriquece; tesoros mal adquiridos no aprovechan (10:2). Nota que Proverbios atribuye toda pobreza a la pereza, un pecado; pero no atribuye toda riqueza a la virtud.

Ok, para nosotras ahora resulta fácil menear la cabeza.
Sin embargo, con honestidad la realidad es que es muy fácil caer en lo mismo que hizo Abram, especialmente cuando las circunstancias se ven tan negras como el hambre. Luchamos con el miedo a los hombres, con la preocupación, etc., de modo que nuestra oración debe ser constante “Señor dame tu perspectiva, sé Tú mi visión.”

Abram perdió la perspectiva. En el pánico, buscó auto protegerse al punto de colocar a su mujer como premio a ganar en las manos de un rey pagano, y hasta le pide a ella que engañe al susodicho. ¿Ven la falla? Su desconfianza en Dios lo conduce a no amar ni proteger a su mujer.

¿Mintió Abram? Sarai era su media hermana. Pero ¿cuál era la motivación? Engaño.

17Pero el Señor hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram. 18Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me avisaste que era tu mujer? 19¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, de manera que la tomé por mujer? Ahora pues, aquí está tu mujer, tómala y vete.
20Y Faraón dio órdenes a sus hombres acerca de Abram; y ellos lo despidieron con su mujer y con todo lo que le pertenecía.

¿Cómo respondió Dios? Hiriendo a Faraón. ¿Por qué hiere a Faraón si es Abram quien peca?
No solamente Sarai ha guardado silencio, también Jehová. Pero ahora surge un cambio de “la historia según el controlado plan de Abram… a la historia bajo el plan controlado de Dios.”

Sarai es la figura central. Abram prospera por causa de ella. Faraón sufre por causa de ella.
Es verdad que Faraón actuó en ignorancia, sin embargo es culpable.
En el Antiguo Testamento el pecado de la ignorancia tiene dos formas:
a) negligencia, el pecador sabe que lo hecho está mal pero no lo hizo a propósito;
b) ignorancia, el pecador no sabe que lo hecho estaba mal;
Faraón peca en ignorancia. Con todo, el AT no exonera al pecador. Para que ocurra expiación debe haber confesión. Sorprendentemente el sistema de sacrificios estaba diseñado para los hijos de Israel, no para faraones de Egipto; sin embargo incluso este personaje fuera del pacto tiene que rendir cuentas de los crímenes perpetrados incluso en ignorancia.

Su esposo no la protegió, Dios mantuvo Su palabra. Dios protege a Sarai, hiere a Faraón para proteger a Sarai; el texto no dice por ninguna parte que el Faraón haya llegado a tocar a Sarai.
Dios intervino y la protege, directamente.
Otra razón, posible, es que se nos ofrece una imagen del Exodo. ¿Recuerdan quien escribe Génesis? Moisés. ¿Dónde escribe? Cuando andan por el desierto. ¿De donde salieron? De Egipto. Abram fue a Egipto por el hambre, la casa de Faraón fue herida y Abram sale rico.
Dios actuando en Su soberanía, con una imagen mucho mayor en mente.

Por último, Dios hiere a Faraón porque está ejecutando Su plan y manteniendo Su pacto.
Dios no está recompensando la desobediencia de Abram.
Dios se está mostrando infinitamente más grande que incluso las fallas de Abram (2 Timoteo 2:13 si somos infieles [incrédulos], El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo).
Abram sale de Egipto hecho más rico, pero también más humilde, por lo que vemos más adelante.

Hay que darle un poco de crédito al Faraón. ¿Cómo se enteró de la verdad? No sabemos, pero observen que no interpreta las plagas como castigo y devuelve a Sarai de inmediato (aunque el término “mujer” denota trato de objeto, no de ser humano). Tal parece que reconoció la providencia como protección sobre Sarai (¿le habrá ella dicho algo?).
Los tres ¿Por qué…? del texto revelan que este rey sabe que el adulterio es un mal moral.
¡El Faraón revela mayor sensibilidad moral que el mismo Abram!

Ordena a sus hombres que cuiden al patriarca y no exige el retorno de los animales. La única razón posible es que este rey se dió cuenta del poder de la Deidad de Abram.

La escena es una prueba: hambre y piedras dentro de la voluntad de Dios, o pan fuera de ella. Abram falla la prueba, pero nuestro Señor Jesucristo la pasó (Lucas 4:1-4). Nosotros, que hemos de vivir por fe, también encontraremos este tipo de tentaciones.
¿Piedras dentro de la voluntad de Dios o iremos por pan fuera de la voluntad del Señor?
Fuera podremos encontrar pan, pero estaremos viviendo en el mundo de Satanás y hambrientos en lo espiritual.

Eticamente, Abram teme que su único escape es engañando y comprometiendo el honor y la pureza de su esposa. ¿Es mejor ser corruptos que estar muertos?
Si actuamos por miedo, no actuamos por fe. Sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6), y lo que no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:23). Por otra parte el cobarde niega a Dios la oportunidad de glorificarse a Sí mismo: a menos que tomemos Su cruz, no somos dignos de ser sus discípulos (Mateo 16:24-27).

Abram falla, Dios es fiel (2 Timoteo 2:13) y tiene cuidado de sus hijos (Salmo 103:13 Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen).
Interviene y protege, aunque no siempre es así (1 Reyes 18:13; Hebreos 11:35b-38).

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