Apuntes a Mateo 5:7 (parte 1)

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7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

  1. ¿Cómo se hace misericordioso un corazón? O, ¿de dónde proviene la misericordia?
  2. ¿Qué es misericordia? O ¿cómo luce alguien misericordioso?
  3. ¿Deberá alguien misericordioso mostrar siempre misericordia? o ¿puede un creyente ser un fiscal acusador?
  4. ¿Por qué solo el misericordioso encontrará misericordia de Dios en el día de juicio final, si la salvación es por gracia mediante la fe?

Hay un cambio de dirección en las bienaventuranzas. En las primeras cuatro vimos la relación del hombre con Dios, una relación vertical: el proceso de salvación pasa a ser proceso de santificación (pobres en espíritu, renacemos nuestra condición, nuestra carencia de recursos espirituales y como resultado, nos dolemos, crecemos en humildad), y a medida que maduramos aumenta nuestra hambre y sed no por nuestros deseos, sino de justicia en Cristo.

Y Cristo extiende bendición sobre nuestras necesidades. Ahora veremos como Cristo bendice nuestras obras. Las bienaventuranzas guardan cierta similitud con el decálogo de la Ley, que inicia con esa misma relación vertical entre Dios y el hombre y luego se enfoca en temas como no mentir, no codiciar, asuntos entre los hombres, etc.

Tiene sentido. Cristo mismo dice que “vino a cumplir la ley y los profetas.” La regla de oro: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, fuerza y mente (vertical), y a tu prójimo como a ti mismo (horizontal). El mismo patrón, siempre verdadero. Las primeras cuatro nos enseñan el proceso de arrepentimiento (pobreza de espíritu, duelo, humildad, hambre y sed), las segundas cuatro tienen que ver con los resultados -el fruto- del arrepentimiento. ¿Cómo respondemos al mundo que nos rodea? Cristo señala misericordia, pureza, reconciliación e identificación.

Quizás, la mejor ilustración de misericordia se encuentra en la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo). El escriba haciendo preguntas trampa (capciosas), pero los judíos son expertos en responder preguntas con otra pregunta. 🙂 Observen que en la respuesta final el escriba evita utilizar la palabra “samaritano” de modo que Cristo ilustra la amplitud de ese segundo mandamiento (ama a tu prójimo) e incluyendo la misericordia con una descripción muy gráfica.

Tenemos una fotografía bien detallista aquí:

  1. la misericordia ve la desgracia ajena (v.33)
  2. la misericordia responde compasivamente hacia la persona en desgracia (v.33)
  3. la misericordia responde en lo externo con algún esfuerzo práctico para aliviar la desgracia ajena (v.33)
  4. la misericordia actúa incluso cuando la persona en desgracia sea enemiga (v.33)

Ojos para ver, corazón compasivo, esfuerzos de ayuda, a pesar de enemistad. Eso es misericordia. Igual que en Mateo 9:13 (Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio): el sacerdote y levita como ejemplos del formalismo religioso. Cuidémonos de no ser víctimas del formalismo, de permanecer en rutinas mecánicas de actividad religiosa, sin ojos para ver la desgracia ajena, sin corazón para responder, sin hacer esfuerzo alguno para llevar el consuelo del evangelio.

Misericordia no es un sentimiento, es algo que nos lleva a la acción. Observen las palabras del escriba “el que usó de misericordia”; misericordia es algo práctico, parte de lo cotidiano. El samaritano buscó obrar en el contexto de la necesidad inmediata puesta delante de él, y trajo alivio. 

Miserere = miseria, necesidad, compadecerse, compasión (valor que conjuga la empatía y la comprensión hacia el sufrimiento ajeno); Cordis, de Cor = corazón; ia = hacia los demás. Misericordia es la capacidad de sentir compasión y brindar apoyo; capacidad de sentir la desdicha ajena y ofrecer ayuda. Pero OJO: misericordia no es lástima, lástima es enternecimiento y compasión provocada por males de otros, lástima es un sentimiento temporal que no mueve a la acción, no necesariamente termina en un acto bondadoso. No hay que irse a un país lejano para ser misericordioso, empecemos con los de cerca, pues todos somos pastores los unos de los otros.

Hemos conocido la progresión de las BV donde el Señor describe el carácter cristiano, el ADN del ciudadano de la ciudad celestial: quien ama la justicia crece en santidad y estará lleno de misericordia. 

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