¡Ay de los hijos rebeldes declara el Señor que ejecutan planes, pero no los míos, y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado! Isaías 30:1…Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos, hijos que no quieren escuchar la instrucción del Señor;
Isaías 30:9.
Todos queremos lo mejor del Padre celestial para nuestra vida, pero a veces nos interponemos en su camino. Ese fue ciertamente el caso de Israel. El pasaje de hoy de Isaías comienza diciendo: “¡Ay de los hijos rebeldes!’ —declara el Señor—‘que ejecutan planes, pero no los míos’” (Isaías 30.1).
En vez de confiar en las promesas y el poder de Dios, Israel se centró en la amenaza de un enemigo. Decidieron que lo más seguro era confiar en la ayuda de Egipto, aunque el Señor les había dicho que la solución era arrepentirse y confiar en Él. Al sustituir el plan de Dios por el de ellos, se perdieron lo mejor de Dios para la nación y sufrieron las consecuencias.
«El amparo de Faraón será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto, vuestra humillación.” (Isaías 30:3).
Cuando usted tiene que tomar una decisión, ¿se enfoca en el Señor y en su Palabra o en el problema que está enfrentando? ¿Se apresura a aceptar el consejo de otras personas antes de buscar dirección en las Sagradas Escrituras? Aunque su plan pueda parecer la opción más prometedora, si ha dejado a Dios fuera es muy posible que se haya convertido en un obstáculo para lo que Él desea para usted.
Cuando se sienta tentado a tomar los asuntos en sus propias manos, recuerde la guía del Señor: «Porque así ha dicho el Señor Dios, el Santo de Israel: En arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en quietud y confianza está vuestro poder…» (Isaías 30:15). Cuando lo siga, Él le guiará hacia el mejor camino para su vida.»
Lee, Medita y Aplica!
Anónimo