«Si deseas determinar la legitimidad de un placer, sigue esta regla:
– Todo aquello que debilite tu razón, perjudique la sensibilidad de tu conciencia, oscurezca tu sentido de Dios o arrebate el entusiasmo de las cosas espirituales, todo aquello que aumente la autoridad de tu cuerpo sobre tu mente, eso es pecado.»
Susana Wesley,
Citado por el P. Marcos Peña de IBSJ, Sermón sobre «El énfasis descuidado de la libertad cristiana» predicado el 20 de mayo de 2015.
Digno de ser reproducido y profundamente meditado en nuestro andar diario.
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Este es mi Rey!
La Biblia dice que mi rey…
Es rey de los judíos,
Él es el rey de Justicia
Él es el rey de los siglos
Él es el rey de los cielos
Él es el rey de Gloria
Él es el rey de Reyes
Y señor de Señores
¡Ese es mi Rey!
¿Me pregunto… Lo conoces?
Mi rey, es un rey Soberano
Él es perdurablemente fuerte
Él es completamente sincero
Él es eternamente inconmovible
Él es inmortalmente benévolo
Él es majestuosamente poderoso
Es imparcialmente misericordioso
¿Lo conoces?
Él es el hijo de Dios
Él es el salvador de los pecadores
Es el centro de la civilización
Él es incomparable
Él es inigualable
Él es la idea más noble en la literatura
Él es la personalidad más elevada en la filosofía
Él es el milagro de los tiempos
Él es el único capaz de ser el suficiente salvador
Me pregunto si ¿Lo conoces hoy?
Él da fuerza al débil
Él se compadece y salva
Él fortalece y sostiene
Él cuida y guía
Él sana a los enfermos
Él limpia a los leprosos
Él perdona a los pecadores
Él libera a los deudores
Él libra a los cautivos
Él defiende al endeble (a los débiles)
Él bendice a los jóvenes
Él sirve a los desafortunados
Él estima a los ancianos
Él recompensa a los diligentes
Y embellece a los mansos
¿Te pregunto si lo conoces?
Bueno…
Él es la clave del entendimiento
Él es la fuente a la sabiduría
Él es la puerta de la libertad
Él es la senda de la paz
Él es la calzada de la justicia
Él es la carretera de la santidad
Él es la entrega a la gloria
¿Lo conoces?
Bien…
Su oficio en múltiple
su luz es sin igual
Su bondad no tiene límite
Su misericordia es para siempre
Su amor nunca cambia
Su palabra es suficiente
Su gracia es basta
Su reinado es justo
Su yugo es fácil y su carga es ligera.
Cómo me gustaría poder descrubirlo
Él es invencible
Él es irresistible
No lo puedes sacar de tu mente
No lo puedes quitar de tu mano
No puedes vivir más que Él
Y no puedes vivir sin Él.
Los fariseos no lo soportaban
Pero se dieron cuenta que no lo pudieron parar
Pilatos no encontró culpa en Él
Herodes no lo pudo matar
La muerte no pudo con Él
El sepulcro no lo pudo detener
Siiiiiiiiiiiiii
¡Ese es mi Rey!
¡Mi Rey!
Dr. S. M. Lockridge.
(1913-2000)
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