Romanos 5:15

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DIOS ES QUIEN ELIGE… DIOS ES TAMBIÉN QUIEN ENDURECE 2

Texto: Romanos 11:7-10

Idea central: Nuestro corazón es endurecido cuando Dios nos entrega a nuestros deseos y emociones desenfrenados, de manera que no podemos apreciar su gloria ni hacerle caso a sus palabras.

Lecciones particulares: ¿Qué podemos aprender acerca del endurecimiento del corazón?

—  Aunque en el ámbito puramente humano podemos decir que uno mismo se endurece contra Dios, si tomamos en cuenta la visión más exhaustiva, Dios es quien lleva a cabo el endurecimiento (v.8a).

—  “Endurecimiento” significa tener ojos que no pueden apreciar la gloria de Dios (v.8b; cf. Romanos 1:19,20) y tener oídos que no pueden escuchar su voz (v.8c; cf. Ro. 1:21,25). No significa salir de en medio de los que adoran a Dios; significa estar en la presencia de Dios y no poder percibirle (v.8a).

—  La manera en que este endurecimiento sucede es que aquello en lo que uno se apoya, en lo que uno confía y se deleita, se convierte en una trampa, enredándonos y enamorándonos (v.9a), oscureciendo nuestros ojos para que no podamos ver la realidad más allá (v.10a). El endurecimiento sucede cuando nos enfocamos tanto en algo que se convierte en una interferencia en el camino a Dios (v.9b).

—  En otras palabras, el endurecimiento del corazón es lo que sucede cuando Dios entrega a una persona a sus propios dioses, cualesquiera que estos sean, convirtiéndolo en un esclavo de sus pasiones y deseos (v.10b). Es la retribución, el pago obtenido (v.9b), de la labor de desechar a Dios y darle su lugar a cualquier otra cosa en nuestras vidas (cf. Ro. 1:23,26,28).

Preguntas de introspección: Nuevamente, ¿es Jehová un dios domesticado, o reconocemos que Él es indomable? ¿Cómo podemos congraciar el hecho de que Dios es justo (por tanto, con derecho a juzgar) con el hecho de que Él es quien endurece (ver lección 5.4)?

¿Has considerado con sobriedad lo que significa “estar endurecido”? ¿Entiendes que puedes estar endurecido en medio del pueblo de Dios, en medio de su iglesia, en medio de cristianos? ¿Qué evidencia tienes en tu vida de que aprecias la gloria de Dios? ¿Qué evidencia tienes de que escuchas su voz?

¿Qué cosas, legítimas o no, están distrayéndote de tu relación con Dios? Repasa la parábola del sembrador… ¿Qué aprendes acerca de la semilla que cayó entre espinos? ¿Qué pasos prácticos puedes llevar a cabo para disminuir la influencia del mundo y de tus deseos sobre ti y tu relación con Dios? Si Dios es quien endurece, ¿por qué debiéramos nosotros estar en guardia contra el endurecimiento?

Historia sugerida: Historia de Judas, el traidor (Lucas 6:12-16; Juan 6:67-71; 12:3-6; Mateo 26:6-16; 13:21-30; Lucas 22:47,48; Mateo 27:1-8; Hechos 1:15-20).

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