Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti.
¡Señor, oye mi voz!
Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. Señor, si tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién oh Señor, podría permanecer?
Pero en ti hay perdón, para que seas temido.
Espero en el Señor; en El espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. Mi alma espera al Señor más que los centinelas a la mañana; sí, más que los centinelas a la mañana.
Oh Israel, espera en el Señor, porque en el Señor hay misericordia, y en El hay abundante redención; El redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
Salmo 130:1-8