SEGUNDA ADVERTENCIA: NO SEAIS COMO LOS ISRAELITAS EN EL DESIERTO
El Nuevo Testamento ofrece testimonio de una interpretación temprana de la obra redentora del Señor en términos de un nuevo éxodo. La muerte misma de Cristo es llamada “éxodo” (Lucas 9:31 quienes apareciendo en gloria, hablaban de la partida [exodo] de Jesús, que El estaba a punto de cumplir en Jerusalén), la verdadera Pascua sacrificada por su pueblo (1 Corintios 5:7b porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado), Cordero sin tacha y sin mancha (1 Pedro 1:19 sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo). Como Israel en los primeros días, fueron la “iglesia en el desierto” (Hechos 7:38 Este es el que estaba en la congregación [iglesia] en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida para transmitirlas a vosotros) y Cristo, la Roca viviente, su guía (1 Corintios 10:4b porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo).
¿Por qué este recordatorio?
Pablo mismo responde (v.6) “estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron.” ¿Quiénes Pablo? Los israelitas en el desierto.
Harry Randall Truman (1896-1980) vivió cerca del volcán St. Elena en Washington los últimos 50 años de su vida, cometía toda clase de tropelías (pescaba en aguas de los indios, cazaba en terrenos prohibidos, destilaba whisky, etc.); tenía una cabaña a orilla del Spirit Lake en la falda de la montaña. Cuando empezaron temblores 2 meses antes y amenazas de erupción volcánica, este hombre rechazó una y otra vez ser evacuado de su cabaña a punto tal que se convirtió en una leyenda anti-gobierno.
Cuando el volcán explotó, ¿qué creen que pasó? Se calcula que la fuerza de la primera explosión volcánica fue el equivalente a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima.
Ahora vayamos a Números 14:1-4 y después Números 14:20-24.
7Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz,8no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, como en el día de la prueba en el desierto,9donde vuestros padres me tentaron al ponerme a prueba, y vieron mis obras por cuarenta años.
10Por lo cual me disgusté con aquella generación, y dije: «siempre se desvían en su corazón, y no han conocido mis caminos»; 11como juré en mi ira:«No entrarán en mi reposo».
Primero muestra a Moisés como siervo, ahora va directo a los acontecimientos sucedidos cuando Moisés servía en la casa de Dios: la rebelión y dudas del pueblo sobre Dios. Reflexionemos esto.
El pueblo en esclavitud en Egipto, ¿cogieron sus cadenas y se fueron? No.
Vinieron 10 plagas, luego las manifestaciones de Quien dice Dios que Es, luego la salida de Egipto. ¿Y entonces? Separa el Mar Rojo, atraviesan el desierto, y cada vez que pueden se quejan y murmuran. ¿Agua? les dio agua. ¿Carne? les trajo aves? ¿Pan? Maná del cielo. Una y otra vez Dios dando testimonio de Su verdad, de Quien es El.
¿Y?
Una y otra vez asentían intelectualmente a la verdad de Dios.
Pero lo que querían es lo que realmente deseaban, como muchos en la Iglesia de hoy, buscan no a Dios sino lo que El pueda hacer por ellos.
El autor de Hebreos utiliza un tema familiar. Basa su argumento en el Salmo 95. Este Salmo puede dividirse en dos partes.
- llamado a la adoración (v.1-7a)
- advertencia contra la desobediencia (v.7b-11)
Este Salmo sigue empleándose por los judíos para inaugurar el reposo del sábado, y por cristianos como parte del servicio de oración matutino. El salmo no debiera disociarse: es bueno adorar a Dios, pero hechos y palabras de adoración son aceptables solo si proceden de corazones sinceros y obedientes.
Observen que el Salmista introduce a Dios hablando: “como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz,8no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, como en el día de la prueba en el desierto,” es decir, “como en Meriba -rebelión; Massah -contender o probar” (Números 20:13; Exodo 17:2; 7 Y puso a aquel lugar el nombre de Masah y Meriba, por la contienda de los hijos de Israel, y porque tentaron al Señor, diciendo: ¿está el Señor entre nosotros o no?). Pero no fue la única ocasión, sino que repetidas veces en 40 años ‘probaron’ a Dios, en el sentido de tratar de ver cuán larga era su paciencia o cuánto aguantaría frente a la dureza de sus corazones.
Ahora bien, para entender el tratamiento hay que conocer la enfermedad. ¿Cómo se endurece un corazón?
Todo empezó muy bien, pero terminó tan mal. De 600,000 hombres, solo 2 mayores de 20 años alcanzaron la Tierra Prometida unos 40 años después. El resto quedó tendido en el desierto.
Vean la terrible y gran lección de la historia de Israel: es posible comenzar bien y terminar mal.
De hecho, esta trágica tendencia humana domina mucho en la experiencia espiritual humana.
Duda → Incredulidad →Dureza de corazón → Menosprecio a Dios → Conductas
Tim Keller lo escribe así: “la fe sin algunas dudas es como un cuerpo humano con cero anticuerpos. Aquella persona que va por la vida demasiado ocupada o indiferente para hacer preguntas difíciles sobre por qué cree lo que cree, se encontrará sin defensas al experimentar una tragedia o frente a las preguntas de un escéptico inteligente. La fe de una persona puede colapsar de la noche a la mañana si tal persona no ha escuchado con paciencia o dado mente a sus propias dudas, las cuales debiera haber descartado luego de seria reflexión.”
Kent Hughes: “dureza de corazón proviene de incredulidad, lo cual produce desdén hacia Dios, que a su vez se muestra en distintos patrones de conducta -negatividad, murmuración, pleitos,, contiendas, desobediencia. Desarrollemos esta práctica de colocar el espejo de la Palabra de Dios frente a nuestro corazón y tomarnos el pulso espiritual como debe de ser. ¿Qué indica mi conducta? ¿Un corazón endurecido, incrédulo? ¿O la bendita ternura de un corazón fiel?
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