Brevitas et Claritas: Santiago 5:10-11

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Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. Santiago 5:10-11. 

Aun cuando lo que sentimos nos parezca aplastante y nuestra fe comience a flaquear, hemos de mantenernos firmes en la verdad de las Sagradas Escrituras.

Podríamos pensar que nuestra teología y nuestra actitud sobre el Señor es evidente por lo que decimos creer. Pero cuando nuestras oraciones no son respondidas, y las circunstancias no cambian, la manera como esperamos dice mucho sobre lo que realmente creemos.

Job era un hombre que temía a Dios, que soportó la pérdida de sus hijos, de su salud y de sus bienes. Sin embargo, se mantuvo fiel al Señor durante todas las tribulaciones, a pesar de su apremiante necesidad de saber la causa de su aflicción. En medio de su sufrimiento, Job clamó: “¡Quién me diera que mi petición se cumpliera, que Dios me concediera mi anhelo!” (Job 6.8). Cada día estaba lleno de un dolor implacable, pero su consuelo y su alegría eran que, “…no [había] negado las palabras del Santo” (Job 6.10).

El mundo que nos rodea juzga a Dios como injusto, indiferente o maligno, pero nunca debería ser nuestro caso. Cuando el Señor guarda silencio en nuestros momentos de adversidad o confusión, acudamos a su Palabra para descubrir lo que dice sobre Su manera de ser y Sus caminos. Aun cuando lo que sentimos nos parezca aplastante y nuestra fe comience a flaquear, podemos mantenernos firmes en la verdad de las Sagradas Escrituras.

Lee. Medita. Aplica.

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