Dios, que el mundo has hermoseado,
en mi corazón,
de tu Espíritu divino la hermosura pon.
Cual tus fuentes hazme puro
cual lo es el cristal,
hazme cual tus peñas grandes
firme contra el mal.
Como llena el sol el mundo llena tú mi ser,
como el pino recto y fuerte hazme así crecer.
Como son tus cielos altos
hazme en mí pensar;
todo sueño en obra noble
házmelo expresar.
Dios, que el mundo has hermoseado,
guarda tú mi ser
puro, verdadero y fuerte
por tu gran poder.
Jeremiah F. Rankin, USA (1828-1903)