Santiago 1:5

Estándar

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Cuando se le esté probando, reconozca que necesita fortaleza, y buscar un mayor recurso para resistir en medio de la prueba: Dios mismo. La búsqueda de la sabiduría es la búsqueda suprema del hombre. A quienes conocen y aman al Señor, Él provee de esa sabiduría.

Esa sabiduría no es especulación filosófica, sino los absolutos de la voluntad de Dios; la sabiduría divina que es pura y pacífica, «Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.» (Santiago 3:17). La sabiduría divina da por resultado la debida conducta en todos los asuntos de la vida. Cuando algunos cristianos tienen problemas, su primera reacción es acudir de inmediato a algún otro recurso humano. Aunque Dios puede obrar por medio de otros creyentes, su reacción inicial ante las pruebas debe ser pedirle a Dios directamente la sabiduría que le permitirá a usted sentir gozo y ser obediente en la búsqueda y el cumplimiento de la voluntad de Dios.

El versículo de hoy es una orden de orar. Es tan obligatoria como la orden de Pablo de “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Las pruebas tienen el propósito de que seamos más dependientes de Dios al hacernos comprender que no tenemos suficientes recursos humanos. 

«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.» (Juan 15:4-5).

Lee, Medita y Aplica!

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