Apuntes a Mateo 5:5

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5“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Los mansos. Ummm…

¿En qué consiste ser manso, mansa? 

Solemos ver esa característica como una debilidad. Tomas Watson escribe que se trata de la “gracia que nos capacita por el Espíritu Santo para moderar nuestras pasiones.” Constituye una fortaleza de carácter, poder bajo control. Alguien que sabe dominarse y se somete voluntariamente bajo el gobierno de otro. Voluntariamente coloca las necesidades ajenas por encima de las propias, hace a un lado su agenda y su voluntad. 

Ahora bien, no se trata de cobardía, tampoco es indolencia (insensibilidad, que no se afecta o conmueve). Y tampoco confundir con “buena educación.”

Mansedumbre es parte del fruto del Espíritu. Observen que en las bienaventuranzas hay una progresión: alguien con pobreza de espíritu se lamentará de su pecado y lo expresará siendo mansa. No se trata de algo aprendido, ni es natural. Ser mansas es el producto de un nuevo entendimiento, una visión adecuada de lo que somos delante de Dios (Mateo 7:26-30 …Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora).

Somos llamadas a ser mansas delante de Dios y delante de los hombres.

Mansedumbre hacia otros significa que somos enseñables, que sobrellevamos insultos, ofensas y malos tratos (Mateo 11:29 llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas). Porque recordamos quiénes somos delante de Dios, y porque sabemos que no se devuelve mal por mal.

La mansedumbre hace el bien incluso a quienes lo aborrecen (Mateo 5:43-48 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.) Pero además, porque entendemos que hemos pecado contra el Dios santo, ¡no tenemos derechos! Este concepto es difícil de aceptar, pues somos ciudadanas de los cielos porque somos hijas de Dios a causa del evangelio, ¿no es así?

Es decir que una persona mansa no se victimiza, no cae en la autocompasión o autoconmiseración [compasión que se tiene del mal de alguien]. 

¿Acaso no tengo derecho a ser libre, gozar la vida, acumular cosas, perseguir la felicidad?

Mmm, ¿perseguir felicidad? La felicidad suele estar ligada a las circunstancias, que cambian a cada momento.  Muy diferente al contentamiento, el cual se encuentra ligado a Dios, y Dios no cambia.

¿Se dan cuenta que tener derechos nos hace sentir bien?

Luchamos contra el tema de mansedumbre porque lo sentimos extraño a nuestra naturaleza, sin embargo, hay una realidad presente: los mansos heredarán la tierra en tiempo futuro, pero ahora, quien niega sus derechos hereda la tierra ahora. ¿Por qué? ¡Porque es la única persona con real contentamiento! 

Porque mi fe está anclada en el carácter de Dios, no en mis circunstancias. Mientras el resto del mundo anda persiguiendo felicidad, la mujer mansa está en paz, contenta cualquiera sea su situación (Salmo 37:16 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.; Proverbios 15:16 Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación).

Tener carácter es negarse a uno mismo. Es ser sumisas a la voluntad de Dios (Salmo 39:9 Enmudecí, no abrí mi boca, porque tú lo hiciste) y a las necesidades de otros. Ser mansas es ser flexibles a las enseñanzas de la Escritura, una mujer que procura conformar su mente a la mente de Dios (Santiago 1:21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas).

Está dispuesta a perdonar y a pedir perdón cuando el caso lo requiere. 

Perdón real, no un simulacro, o sea no volver a tocar el tema ni de chiste, rechazar incluso la tentación de re-pensar el asunto. El perdón que otorga es total y es constante (Salmo 103:1-5; Santiago 3:2 …Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo).

Nuevamente la progresión, características del carácter: 

Carácter confiesa necesidad. Forma profunda de arrepentimiento.

Carácter es dolerse del pecado propio.

Ahora agregamos carácter es negarse a una misma. El producto de un nuevo entendimiento: al conocer a Cristo y su salvación, nos vaciamos de nosotras mismas, vemos nuestra pobreza espiritual y lloramos por lo terrible de nuestro pecado, de donde se desprende que amemos la voluntad de nuestro Dios. 

¿Ven por qué Mateo presenta el reino de los cielos como quien encuentra una perla de gran precio? 

La mansedumbre es una joya que completa nuestra vestimenta real (Colosenses 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia), un verdadero adorno que atrae a los demás. Considera la tranquilidad de un espíritu afable y apacible, de gran estima delante de Dios! 

Mateo 11:29 llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 

¿Como aprender mansedumbre?

Meditando a menudo en la persona de Cristo y aprender de ello (Mateo 11:28-30 …Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga). (Jeremias 6:16 Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos). 

¿Por qué algunos son mansos mientras que otros no? Sencillamente porque los unos están más cerca de Cristo (Filipenses 2:5 haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo), continuamente transformados. Dice Sugel Michelén que meditar es el aparato digestivo del alma.

Orando a diario que el Espíritu Santo nos supla de la gracia necesaria para controlar nuestras pasiones.

Considerando a menudo quiénes somos delante de Dios. La raíz de la mansedumbre empieza en la pobreza de espíritu.

Cultivando contentamiento cristiano. Ser mansas y estar contentas son gracias paralelas (Filipenses4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación). El árbol de la mansedumbre crece en el terreno del contentamiento.

Ponte en guardia ante las primeras manifestaciones de ira (un pequeño fuego en la cocina). Aplica de inmediato principios escriturales (Efesios 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo. Proverbios 17:14 El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas;Deja, pues, la contienda, antes que se enrede).

En adversidad u oposición, que sean pocas tus palabras. Prudencia es pensar antes de hablar (Proverbios 10:19 en las muchas palabras no falta pecado, mas el que refrena sus labios es prudente. Amós 5:13 por tanto, el prudente en el mal tiempo calla, porque el tiempo es malo).

¡Es obvio que lo vital es contar con un corazón regenerado para aplicar tales principios!

El proceso no termina aquí, pues se repite en nuestra santificación: hacer lo que es justo.

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