Santiago 1:17

Estándar

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Lo que viene de Dios es bueno agradable y perfecto. Dios nunca pudiera producir lo malo porque su ­natu­raleza es buena. Más bien produce muchísimas buenas cosas. Mientras que nosotros tenemos una naturaleza que da origen al pecado, Dios no es así.

¿Por qué trataríamos de satisfacernos con malos deseos que dan por resultado la muerte cuando Dios está derramando todo lo que pudiéramos desear para nuestra satisfacción?  «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Romanos 6:23).

Solo un necio sería atraído con semejante trampa cuando tiene a su disposición toda la bondad de Dios por su misericordia. De igual modo puede compararse nuestra carne con un pozo de aguas estancadas. Es absurdo creer que pudiéramos satisfacernos bebiendo de él cuando podemos acudir a la fuente de agua viva misma que nos da toda buena dádiva y todo don perfecto. 

«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.» (Jeremías 29:11-13).

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