Romanos 12:15-16

Estándar

Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes…

Dios quiere que seamos sensibles ante las tristezas o dificultades de los demás. Eso es compasión, que por definición va más allá del deber de solidarizarse o simpatizar con alguien. Quiere decir entrar en el sufrimiento ajeno.

Dios es un Dios compasivo, «porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.» (Deuteronomio 4:31), “…nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana, grande es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:22-23). El Hijo de Dios era genuinamente compasivo, mostrando la compasión del Padre cuando lloró con María y Marta ante el sepulcro de su hermano Lázaro, «Jesús lloró.» (Juan 11:35).

Si usted es hijo de Dios, ¿cómo puede menos que demostrar el carácter compasivo de su Señor? “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”  (Colosenses 3:12).

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