Naturalmente, fue mal estudiante.
De Hipócrates prestado el juramento,
se vino a esta ciudad lo más contento,
bajo el brazo su título flamante.
Puso una enorme chapa deslumbrante,
adoptó un aire grave de juramento,
e hizo un maravilloso casamiento
con la hija de un vasco rozagante.
Ahora, pasada ya cuarentena,
rotundo abdomen, colosal cadena,
de arriba abajo en riguroso negro,
está jugando un dominó imponente
con un rábula, un cura y un teniente
Baldomero Fernández Moreno. Argentina (1886-1950)
*rábula: abogado ignorante y charlatán