Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
Como una de las muchas advertencias de la Biblia, Proverbios 28.13 insta al pueblo de Dios a arrepentirse, ya que “el que encubre sus pecados no prosperará”. Pero muchos dudan en hacerlo ya que no es fácil mirar nuestro pecado, renunciar a él y llenarnos de valor para dejarlo.
La buena noticia es que el proverbio termina prometiendo que, “el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Dios no espera que hagamos el trabajo sin Él, su presencia y compasión siempre están a nuestro alcance, «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.» (Isaías 41:10).
En otras palabras, al sentir por primera vez un indicio de culpa, pidamos al Señor la gracia para arrepentirnos. O, cada vez que sintamos miedo de enfrentarnos al pecado, pidamos la valentía para mirar nuestro interior. Y si no estamos listos para dejar algún pecado, podemos orar para que Él nos prepare para abandonarlo.
Dios está presente en todos los aspectos del arrepentimiento y quiere que acudamos a Él en cada paso.
PIENSE EN ESTO:
¿Existe algo de lo que necesite arrepentirse? ¿Cómo puede invitar a Dios a que le ayude a dar ese paso?»
«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» (1 Juan 1:9)
Lee, Medita y Aplica!