Compartiendo para las necesidades de los santos…
La sociedad dice que cada uno de nosotros tiene determinadas posesiones, pero Dios dice que no tenemos nada. Somos sencillamente administradores de aquello con lo que Dios nos ha bendecido. Y parte de esa responsabilidad administrativa es compartir los recursos personales con los hermanos necesitados.
El espíritu de compartir se vio de inmediato en la iglesia primitiva cuando los creyentes después de Pentecostés “perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones… [y] todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas” (Hechos 2:42, 44); vea también, «Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;» (1 Timoteo 6:18). Pídale al Señor que lo ayude a demostrar ese mismo espíritu de compartir.
Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado. (Proverbios 11:24-25).
Lee, Medita y Aplica!