[1] La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.
[2] El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos lo menosprecia.
[3] En la boca del necio está la vara de la soberbia; mas los labios de los sabios los guardarán.
Bendito y amado Padre Celestial, cuán grandes y maravillosas son tus obras. Eres nuestro Padre, el dueño absoluto de nuestras vidas . Y aquí estamos de nuevo con corazones agradecidos por este nuevo despertar. A ti y solo a ti pertenecemos, tú nos creaste, nos diste vida y en Jesucristo tenemos vida eterna. Que gran privilegio es tenerte y disfrutar de tu Santa presencia, buscar tu consejo, tu dirección, tus misericordias y esa paz que solo en ti podemos encontrar. No importa la situación que atravesamos, sabemos que estas ahí, atento y dispuesto a darnos la salida y solucionar cada cosa, solo debemos esperar paciente y confiar en tu poder y buena voluntad.
Dios nuestro, seguimos clamando por nuestras familias, nuestros hijos, nietos; ayúdanos, abre sus ojos del entendimiento. No permitas que se pierdan, sálvalos y tráelos hasta ti. Este es nuestro mayor anhelo. Gracias porque en Jesucristo hay perdón y vida eterna.
Alabado sea tu nombre, te damos la gloria por siempre, amén.