[40] Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
[41] Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
[42] Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
Bendito Dios , Padre nuestro que moras en los cielos y en nuestros corazones, alabado y exaltado seas en todo el universo. Agradecidas por este nuevo despertar y por el descanso a nuestro cuerpo. Gracias porque estamos de pie y estamos aquí nueva vez recibiendo tu cálido abrazo, tus bendiciones y el favor de tus misericordias . Te pedimos perdón, oh Dios , por nuestras debilidades, límpianos de toda maldad , así como hiciste con el leproso, solo dices la palabra y al instante seremos limpios. Oh Señor queremos llegar hasta ti con olor fragante, puros y sin manchas. Tu mereces toda la adoracion, por lo cual nos humillados y postramos a tus pies. Ayúdanos, Señor, pues solas no podemos. Aleja todo camino de perdición y enfoca nuestra mirada hacia ti, Rey de los Ejércitos. Ayúdanos a hacer lo bueno, a mostrar tu amor, a ser compasivos con los necesitados, caminar por fe junto a ti siempre, pues eres nuestro galardón.
Padre, he aquí también te presentamos a nuestras familias, te suplicamos por su salvación, no permitas que se pierdan, vuélvelas hasta ti y perdona sus culpas. Te llevamos nuestras súplicas en el nombre de tu hijo amado, Jesucristo, nuestro Salvador y redentor. Amén.