1 Corintios 2:12-14

Estándar

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Dios llama a sus hijos a vivir en santidad. No obstante, en nuestros intentos por obedecer este mandamiento, a menudo nos comprometemos a cambiar nuestra conducta, solo para fracasar unos días después. El problema es que empezamos en el punto equivocado.

Las acciones impías fluyen de pensamientos y actitudes pecaminosas, tales como egoísmo, codicia, celos, ira y resentimiento. Estos pueden ser cambiados solo cuando nuestra mente es renovada por el Espíritu Santo. Cuando pasamos tiempo cada día en las Sagradas Escrituras, el Espíritu Santo transforma nuestra mente y fortalece nuestro ser interior. Pero cuando descuidamos la Palabra de Dios, nos abandonamos a la influencia del mundo y de nuestra “carne”, que se oponen a la vida piadosa. Entonces, si tratamos de cambiar nuestro comportamiento sin ajustar nuestro pensamiento, nos encontraremos haciendo justo lo que queremos evitar, «Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.» (Romanos 7:15).

La santidad, en cambio, abarca todo nuestro ser, por lo que Cristo dijo que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas, «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.»(Marcos 12:30). Es un proceso que dura toda la vida y que requiere guardar y adoptar los pensamientos de Dios. Entonces, en la medida en que el Espíritu Santo desarrolle en nosotros la mente de Cristo, nuestras acciones serán más santas.

«sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.» (1 Pedro 1:15-16).

Lee, Medita y Aplica!

Deja un comentario