Compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
Los verdaderos discípulos de Cristo no solo han de satisfacer las necesidades de los creyentes y los incrédulos con los que se encuentran, sino también buscar oportunidades de ayudar a quienes no conocen. Esa es la definición bíblica de hospitalidad. (Hebreos 13:2) nos dice: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.
Aprenda a considerar cualquier oportunidad de brindar hospitalidad como un feliz privilegio, no como una carga, «Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.» (1 Pedro 4:9)
Sin duda Gayo tenía esa actitud correcta en su hospitalidad con los maestros que pasaban por su ciudad, ya que el apóstol Juan lo elogió: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje” (3 Juan 5-6).
Lee, Medita y Aplica!