Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Cristianos presumidos y egoístas son una seria contradicción. Si hemos de seguir a Cristo, hemos de someternos a la voluntad de Dios como presenta en su Palabra. Cualquier confianza que usted tenga en sí mismo, en su propia sabiduría o en sus talentos naturales ha de subordinarse a los mandatos del Señor.
De ninguna manera ser presumido, ni en ningún sentido considerarse mejor que los demás. Más bien, Dios quiere que usted acepte y abrace a cada miembro del cuerpo de Cristo: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.»(Filipenses 2:3-4).
Lee, Medita y Aplica!