Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.
El Señor describió a David como un “varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”. ¿No le gustaría que dijera lo mismo de usted? Es obvio que David no era perfecto. De hecho, cometió adulterio y un homicidio, pero confesó su pecado y se apartó del mal, «Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.» (Salmos 32:5). Fue evidente que amaba al Señor y deseaba obedecerlo. Lo que lo distinguía era la prioridad que daba a su relación con el Padre celestial.
David se deleitaba en conocer al Señor y lo buscaba con ahínco. Declaró que el amor de Dios era mejor que la vida y se comprometió a alabarlo todos sus días, «Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.» (Salmos 63:3-4). Meditaba en su Palabra y en su naturaleza, y a menudo clamaba a Él con oraciones de desesperación, dependencia y confianza. Cualesquiera que fueran sus circunstancias, procuraba verlas desde una perspectiva centrada en el Padre celestial.
La única manera de ser una persona conforme al corazón de Dios es recibir un nuevo corazón. Y eso es justo lo que ocurre en la salvación, «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.» (Ezequiel 36:26-27). Si usted es cristiano, tiene todo lo que necesita para cultivar un corazón que busque al Señor y le obedezca. Meditar en la naturaleza y la Palabra de Dios alimentará su deleite en Él. Y orar como lo hizo David aumentará su confianza para que dependa del Señor por completo.
Lee, Medita y Aplica!