Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
Nadie puede ir a Jesucristo a menos que se arrepienta. Jesús comenzó su ministerio proclamando la necesidad del arrepentimiento «Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.» (Mateo 4:17) y Pedro y Pablo siguieron proclamando. El arrepentimiento es una decisión consciente de apartarse del mundo, del pecado y del mal. ¡Es algo decisivo!
«Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Romanos 6:23).
Si usted acudió a Jesucristo pensando que lo único que tenía que hacer era creer, pero que no tenía que confesar su pecado ni estar dispuesto a apartarse de la maldad de este mundo, no ha entendido el mensaje de salvación. La vida de muchas personas no ha cambiado nada desde que supuestamente creyeron en Cristo. Por ejemplo, algunas eran inmorales y siguen siendo inmorales. Algunas cometían adulterio y siguen cometiendo adulterio. Algunos cometían fornicación y siguen cometiendo fornicación. Pero según las Sagradas Escrituras los fornicarios y los adúlteros no heredarán el reino de Dios.
Si verdaderamente usted es salvo, se esforzará por apartarse de los placeres, y del sistema anti-valores y anti-Dios, que impera en este mundo caído.
«El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.»(Proverbios 28:13).
Lee, Medita y Aplica!