Hoy,
en el otoño de nuestras vidas,
abrazamos y acariciamos
con infinita nostalgia,
miles de recuerdos.
La travesura escondida,
los primeros besos fortuitos,
robado el amor imposible que nos ignoró siempre,
los nervios ante exámenes difíciles,
el vestido sin estrenar,
la amiga que nos traicionó
o aquella que alzó sus alas y nos dejó.
Hoy,
viviendo el otoño,
disfrutamos de las hojas caídas,
del sol brillante que anuncia los días,
de la luna traviesa que se esconde entre las nubes.
Hoy,
viviendo en el otoño existencial
nos reímos de aquello que nos atormentaba,
nos perdonamos por no haber llegado a donde quisimos llegar.
Viviendo el otoño de nuestras vidas
el valor de las cosas cambia de sentido.
Valoramos más los abrazos,
los amigos sinceros,
los besos furtivos de los hijos construyendo sus vidas,
los besos mojados de los nietos inquietos.
Amamos diferente y más profundamente al compañero de vida,
sí, ese que ha hecho la travesía vital a tu lado.
Valoramos la soledad y la compañía.
Esa doble dimensión de saber estar sola contigo misma
y compartir tu alma y sus anhelos con tus amigas.
Hoy,
viviendo mi propio otoño
no tengo lamentos, remordimientos y temores.
Solo quiero disfrutar cada día,
tener sueños,
planes y proyectos.
Y decir gracias al Dios de la vida
mientras espero el frío invierno existencial
y, por qué no, la despedida.
Mukien A. Sang Ben. Rep. Dominicana (1955 – )