C.S Lewis reconocía cómo el acto de dedicarse a cultivar nuestra vida interior podría convertirse en una trampa que nos impidiera ver la verdad sobre nosotros mismos:
“Mantén la mente de los hombres en la vida interior [la introspección]… estimula esto. Mantén su mente fuera de los deberes elementales al dirigirla a los más avanzados y espirituales. Agrava la característica humana más útil, el horror y la negligencia de lo obvio. Debes traerlo a una condición donde practique auto-examen durante una hora sin que descubra ninguno de los hechos de sí mismo que son perfectamente claros a cualquiera que haya vivido en la misma casa o trabajado en la misma oficina con él o con ella.”
The Screwtape Letters, C. S. Lewis, p. 21
O sea que el montón de introspección en que luego nos embarcamos no es otra cosa que en-si-mis-ma-mien-to, esto es, idolatría. ¡Hasta para auto-examinarse hay que tener moderación! no vaya a ser que descuidemos lo elemental: leer Biblia, orar, memorizar la Escritura…
🙂