Así dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podrías edificarme? ¿Dónde está el lugar de mi reposo?
Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a ser -declara el Señor. Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
Isaías 66:1-2