TEMA 2. FE GENUINA Y PRUEBAS 1:3-8
3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia [perseverancia]
4y que la paciencia [perseverancia] ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.
5Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Característicamente, Santiago introduce -encapsula- un tema que luego desarrolla más tarde. Para que Dios haga Su obra completa en y por medio de nosotros es necesario que seamos dóciles y comprender que en Su misericordia Dios usa las pruebas para fortalecer y perfeccionarnos.
dócil
Del lat. docĭlis.
1. Suave, apacible, que recibe fácilmente la enseñanza.
2. obediente.
3. Dicho de un metal, de una piedra o de otra cosa: Que se deja labrar con facilidad.
Pero observen el arte de escribir: combina palabras y frases clave. En el v.3 escribe perseverancia al final de la frase, en el v.4 es la primera expresión.
Ahora, termina el v.4 con “sin que os falte nada” e inicia v.5 con la misma frase pero con inmensa ternura “si alguno le falta…” ¿A quién no le falta sabiduría?
¿Recuerdan la biografía de Salomón? Pidió sabiduría y Dios se complació tanto que le dio eso y más (1 Reyes 3:9-11). Y casi de inmediato (v.16) Salomón fue puesto a prueba: el caso de las dos prostitutas y del hijo; Salomón medita un momento (v.23) y ordena traer una espada y partir al niño (v.24-25). Observa que Salomón no se puso a orar en ese momento a que el Señor le revelara quién era la verdadera madre, ¿saben por qué? Porque Dios le había dado algo mejor: sabiduría. Sabiduría es la capacidad de tomar los hechos y realizar con ellos la mejor decisión. Luego queremos que Dios nos de hechos (que si la carrera, que si la escuela, que si Fulanito, etc.) pero lo que El nos ha prometido (y dado) es sabiduría: la capacidad de escoger lo recto entre las opciones disponibles (y en caso de dos iguales, nos permite preferir). Hay una gran diferencia.
¿Crecemos en sabiduría? ¿Cómo educas a tus hijos? ¿Cómo les enseñas a pensar? Recuerdo cuando eran pequeños, solía contestar la mayoría de sus preguntas; les enseñé a “pensar antes de actuar: hacer buenas preguntas” y al ser mayorcitos los hacía buscar la respuesta, pensar en ello, que desarrollaran capacidad de decisión y pudieran operar por sí mismos. ¿Con qué proverbios equipas a tus hijos?
La madurez proviene de ser sabios, no de acumular conocimiento.
El primer requisito para tal fe es comprensión piadosa. La fe fuerte, sana, no está basada en emociones sino en conocimiento y comprensión de las promesas de la verdad de Dios, esto es, en sabiduría espiritual (Proverbios 3:5-7 Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal; Job 28:12-22… la última respuesta de Job a sus amigos y presuntos consejeros).
5Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago sabe comunicarse con prosa directa, sencilla, al grano.
a) Necesidad. “Yo sé que no lo admitirán, pero necesitan sabiduría.” Es una cláusula condicional “si”, el tema es delicado, porque a nadie le gusta reconocer su estupidez o que comete errores o que necesita ayuda. Por naturaleza somos independientes. La paciencia se ejercita pero la sabiduría hay que pedirla, es una virtud divina, pertenece a Dios. “Si alguno…” ofrece la oportunidad de auto examinarnos.
b) Pedir. ¿Por qué a Dios? Porque es la Fuente de Sabiduría. (Proverbios 2:6 Porque el SEÑOR da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia; 1 Corintios 1:30). Salomón equivale sabiduría con entendimiento y conocimiento. Entre los judíos, la sabiduría es uno de los atributos de Dios e identificado con el Espíritu de Dios. Si sabiduría es uso correcto del conocimiento, luego entonces sabiduría perfecta presupone conocimiento perfecto. Esto es, para alcanzar madurez y ser completos, hemos de pedir sabiduría a Dios, quien la da a todo el que pida con humildad, en abundancia y sin reproche.
c) Regalo. Observen que la frase no tiene condiciones: “a todos abundantemente y sin reproche.” Dios no es parcial. Su regalo es libre, sin intereses, sin que haya que pagar. Gratis. Salomón no terminó bien, sin embargo Dios no le puso un condicional para otorgarle sabiduría “si te portas bien… te daré sabiduría.” Dios no condiciona cuán buenas somos; pero hay un punto para comenzar: el principio de la sabiduría radica en el temor a Dios (Proverbios 1:7 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción). El problema es que no todo el mundo anhela temer a Dios -no, no hablamos de miedo- todo el mundo quiere sabiduría pero no quiere pagar el costo. Temor a Dios es reverencia a Quién es El. ¿Pides sabiduría? Empieza por el temor a Dios, es decir tribulaciones. El Señor nunca lanzará el mínimo reproche sobre aquel hijo suyo que busca sabiduría en tiempo de aflicción y prueba. Dará su divina sabiduría con generosidad.
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6Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.
Santiago cambia ahora del Padre deseoso al hijo que espera, pone en claro que el Señor requiere que le pidamos como debe ser, correctamente, con fe, sin dudar nada: solicitud respaldada por verdadera confianza en Su carácter, propósito y promesas.
O sea que ¡es irrelevante si tu piensas que no mereces recibir tal o cual regalo!
Otros pelean contra Dios porque piensan que no merecen tal o cual calamidad…
Amadas, una petición que no considere lo que Dios mismo ha dicho, que duda de Su capacidad o Su fidelidad, es arrogante, sin valor, y es una afrenta al mismo Dios.
El que pida, no dude. El que duda… ¿Es la duda pecaminosa siempre? No, no necesariamente. Por ejemplo, la duda puede aparecer como asombro, perplejidad. Cuando los judíos oyeron la predicación apostólica en Pentecostés se asombraron y estuvieron perplejos (Hechos 2:12 Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?). Les resultaba incomprensible lo que estaba sucediendo: el derramamiento del Espíritu Santo en hombres sencillos, pero luego de la predicación de Pedro se convirtieron 3,000; sin embargo otros se burlaron feamente (v.13), esta gente rechazó aceptar la verdad de Dios por causa de sus dudas. En ellos, la duda expresada como incredulidad fue pecado porque cuestionaron la esencia misma, el carácter de Aquel que promete.
perplejidad
Del lat. tardío perplexĭtas, -ātis.
1. Irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en algo.
a) Contraste. Es evidente que Dios pide sinceridad de corazón. Dios da generosamente, sin reservas; por tanto espera que el creyente se acerque igual, sin reservas. Fe y duda no coexisten al mismo tiempo: si crees, no dudes. Si dudas, no hay fe (Hebreos 11:6 Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan; Mateo 21:21-22 En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: «Quítate y échate al mar», así sucederá. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis). Quien ore a Dios con un corazón lleno de dudas tenga la seguridad de que Dios no responderá. Porque duda de la capacidad de Dios para ayudar, esta persona reafirma su independencia.
b) Ilustración. Santiago creció en Nazaret, unos 30 km del mar de Galilea y del Mediterráneo. Los oyentes entendían perfectamente la ilustración: inestabilidad e inquietud, así es la persona que duda.
7No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor,
8siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos
Luego confesamos ser débiles y tímidas, luchamos con períodos de duda. ¿Somos la gente que Santiago pinta? ¿Empujadas de un lado a otro? ¿Perdemos el derecho a las bendiciones por ser de fe débil?
¿Qué dice Santiago?
No se refiere a la persona que evita dudas, sino a la persona que tiene una mente doble, dos personalidades o literalmente dos almas. Esquizofrenia espiritual. Alguien que pide algo a Dios de acuerdo a Su carácter y luego duda que El tenga ese carácter para cumplir. Una calumnia contra el carácter de Dios. Es alguien que afirma ser creyente pero su conducta muestra que es incrédulo: se vuelve a recursos humanos, o se amarga y resiente y no busca ayuda, no abandona a Dios pero actúa como si El no existiera o no se interesara o no pudiera librarlo. La persona de doble ánimo intenta servir a dos señores (Mateo 6:24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas).
“Ese hombre…” ¡Santiago lo menosprecia! Porque duda la veracidad del poder y las promesas de Dios: pide sabiduría pero duda si la dará, en un momento ora pero en otro momento ignora; tal oración carece de fe.
Observen que no es lo mismo al cuadro del padre del hijo epiléptico (Marcos 9:24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad). Jesús oyó y contestó esta oración. El padre luchaba contra su incredulidad y pidió ayuda.
Dios quiere que le oremos porque El quiere ser nuestro Dios.
El es inmutable en todo (Malaquías 3:6 Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.; Hebreos 6:17-18 De la misma manera Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su propósito, interpuso un juramento, a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, seamos grandemente animados los que hemos huido para refugiarnos, echando mano de la esperanza puesta delante de nosotros) y espera de nosotras lo mismo; el Señor detesta la inestabilidad, la mente doble, la duda.
Necesitamos pensar en esto, ser hombres y mujeres de una sola mente. Mentes de un solo propósito. ¿Crees en Aquel que ha prometido ser fiel? Cada vez que le preguntaron a Cristo “¿Por qué haces lo que haces?” Su respuesta invariable fue “Porque he venido a hacer la voluntad de Mi Padre.” Cero dudas.
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