TEMA 5. FE GENUINA Y FAVORITISMO. 2:1-13
Hemos aprendido que la fe genuina es obediencia activa a la Palabra de Dios. Vimos la importancia de no solo escuchar sino de ser transformadas por la Palabra. Aprendimos que quienes actúan conforme a la Escritura serán bienaventuradas en lo que hacen, y examinamos diferencias entre religión falsa y verdadera. Santiago capitulo 1 termina en un reto, gastamos tiempo en nuestra apariencia exterior pero nos da mucho trabajo mirar en el espejo interno.
Ahora ampliaremos nuestra comprensión de fe genuina al estudiar la manera como tratamos a quienes estén a nuestro alrededor.
discriminar
Del lat. discrimināre.
1. Seleccionar excluyendo.
2. Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, etc.
acepción de personas
1. Acción de favorecer o inclinarse a unas personas más que a otras por algún motivo o afecto particular.
1Hermanos míos, no tengáis vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo [sin acepción de personas].
2Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro [dedos llenos de anillos] y vestido de ropa lujosa [brillante, satinada], y también entra un pobre con ropa sucia [andrajoso], 3y dais atención especial al que lleva la ropa lujosa, y decís: Tú siéntate aquí, en un buen lugar; y al pobre decís: Tú estate allí de pie, o siéntate junto a mi estrado; 4¿no habéis hecho distinciones entre vosotros mismos, y habéis venido a ser jueces con malos pensamientos?
5Hermanos míos amados, escuchad: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que le aman?
6Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No son los ricos los que os oprimen y personalmente os arrastran a los tribunales? 7¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual habéis sido llamados?
Ser hacedores de la Palabra (v.22), la perfecta ley (v.25), incluye compasión a los indefensos (v.27). Si favorecemos al rico y menospreciamos al pobre, contradecimos directamente este mandato central de la ley. Porque la ley, interpretada y aplicada por el mismo Jesús -Señor y Rey- es precisamente amar al prójimo (v.8; 1:25).
Luego entonces, discriminar al pobre es violar la ley y nos coloca en posición de ser juzgados por ella (v.9-13). Estamos engañados sobre la realidad de nuestra relación con Dios.
El punto principal del pasaje es la no discriminación. Santiago ofrece 3 razones específicas de por qué es maldad mostrar favoritismo al rico y discriminar al pobre.
a) Tal actitud entra en franca contradicción con la evaluación del mismo Dios, quien honra al pobre (v.5-6a);
b) Favoritismo al rico revela mentalidad servil -porque los ricos son los mismos que perseguían la comunidad cristiana (v.6-7);
c) Discriminar al pobre viola el mandato de amar al prójimo, la pieza central del resumen hecho por Cristo sobre la ley de Dios (v.8-13).
Tal parece que el problema era algo común. Santiago pinta la escena de una reunión de adoración cualquiera donde los ujieres -con aprobación tácita de los líderes- hacen acepción de personas.
Pero lo primero que vemos es que Santiago vuelve y llama “Señor” a su hermano mayor, y de hecho la traducción literal va más allá : “fe en nuestro Señor JC, la gloria.” ¿Por qué? Isaías 40:3-5 declara que JC “es la gloria del Padre.” Dios muestra Su gloria en la persona de JC (Hebreos 1:3a El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder).
¿Qué está haciendo Santiago?
Nos hace ver la maldad de atribuir gloria a los hombres (Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro [dedos llenos de anillos] y vestido de ropa lujosa [brillante]…). Piensen en el contraste: ambos, el rico y el andrajoso llegan al culto de adoración. En una iglesia pequeña todo el mundo se conoce, de modo que los personajes son visitantes a una iglesia de creyentes, ok?
Santiago nos pide que valoremos la reacción que tenemos con la gente que llega de visita a una de nuestras reuniones de adoración (¿eres de las que voltean la cabeza al menor ruido? ¿de las que siguen con la mirada quién entró al pasillo?).
En las antiguas sinagogas había muy pocos bancos, la mayoría o estaba de pie o sentada en el piso.
O sea que si le ofreces asiento al rico, estás desplazando a una de tu gente; mientras que al pobre lo mandas al rincón o que se acomode al lado de la banqueta donde reposas tus pies.
4¿no habéis hecho distinciones entre vosotros mismos, y habéis venido a ser jueces con malos pensamientos?
¿En qué consisten los malos pensamientos?
En asignar gloria al hombre, inmerecida por demás. ¿Por qué hacemos esto?
¡Porque queremos algo de ellos! Tiene algo que me puede beneficiar; el otro, en cambio, es un atentado contra mi seguridad… Hay un estándar pecaminoso para la toma de decisiones o para la sentencia final.
¿Peligro de mostrar favoritismo en una comunidad de creyentes?
Que estaremos enseñando algo que no es verdad acerca de Dios a quienes nos rodean. Somos primicias de Sus criaturas, ¿recuerdan?
La palabra “favoritismo” tiene una raíz griega que significa “examinar la cara” hacer juicio de alguien según su apariencia externa (vestido, color de piel, apariencia física; etnicidad, género, posición social…). La Escritura enfatiza que Dios es imparcial, no hace acepción de personas (Deuteronomio 10:17-18; Levítico 19:15; 19:18). Dios no es como nosotros. El no necesita ni obtiene nada de nosotros.
De modo que si nos comportamos así estamos enseñando una mentira acerca de Dios a quienes nos rodean, familia, trabajo, hijos.
Gálatas 3:28 describe esa comunidad donde no hay distinciones de ninguna clase.
Observen que hablamos de valores, mismo valor de hombres y mujeres delante de Dios.
Tendemos a gravitar hacia personas que vemos o pensamos son autoridad, o tienen algún don particular; estas personas reciben toda la atención pero la que trabaja con los bebés pues sigue allá, olvidada en un triste rincón…
favoritismo
De favorito e -ismo.
1. Preferencia dada al favor sobre el mérito o la equidad, especialmente cuando aquella es habitual o predominante.
Nuestra familia es la comunidad de fe más pequeña. ¿Se dan cuenta del peligro de favorecer a un hijo por encima de otro, o de compararlos? Luego pasa que alguno de ellos como que nos avergüenzan en público (o los hermanos se quejan), y es duro amarle igual que al otro que todo lo hace bien. ¿Ves el principio negativo? Obtienes algo de uno y pierdes algo con el otro; como madres hemos de esforzarnos para que cada uno de nuestros hijos sea el favorito, la favorita, porque eso ilustra el carácter de Dios.
Algunas conocemos el daño de no haber estado entre los favoritos de la casa; algunas el daño de haber estado.
Ok, no tienes hijos, pero sí padres. Es el mismo juego.
Si necesitas aprobación de uno de tus padres, tendrás favoritismo.
Si uno de tus padres requiere tu perdón, porque lo has dejado fuera… ama a tu madre como tu madre favorita, ama a tu padre como tu padre favorito. Así es como Dios nos ama, no según nuestras obras, sino según lo que El hace por nosotros.
La advertencia es a no tener un corazón dividido en nuestra relación con Dios y con los demás. El favoritismo mostrado revela la doble mente existente.
Conducta cristiana consistente proviene de un corazón y mente consistentemente cristiano.
5Hermanos míos amados, escuchad: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que le aman?
a) Tal actitud entra en franca contradicción con la evaluación del mismo Dios, quien honra al pobre (v.5-6a);
b) Favoritismo al rico revela mentalidad servil -porque los ricos son los mismos que perseguían la comunidad cristiana (v.6-7);
c) Discriminar al pobre viola el mandato de amar al prójimo, la pieza central del resumen hecho por Cristo sobre la ley de Dios (v.8-13).
Dios ha sido muy cuidadoso en proveer a los pobres, Cristo ciertamente lo hizo. Cristo tocaba a los pobres, los fariseos ni en sueños. Piensa: Cristo tocó a los intocables desde la cuna hasta la tumba, nació en un establo con un montón de pastorcillos mirando y murió entre dos ladrones. Cristo entendió a los pobres, les dignificó.
¿Percibimos a los indefensos a nuestro alrededor? ¿Buscamos a quienes nos necesitan, a quienes son pasados por alto?
6Pero vosotros habéis menospreciado [insultado, afrentado, deshonrado] al pobre.
En pocas palabras, ¿cuál es nuestra práctica diaria? (los que piden en la calle, los sirvientes, los empleados públicos, secretarias, etc.). Los saduceos eran un grupo de ricos y educados judíos, que quizás habían venido a menos debido a la persecusión, en el exilio, incapaces de reanudar el comercio con otros judíos… y Santiago les pregunta ¿por qué discriminan a los que tienen menos que ustedes?
Patrón clásico: los que no tienen, se sienten oprimidos, señalan a otros como inferiores y los discriminan. Amadas, no busquemos elevarnos oprimiendo -pisando- a otros.
7¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual habéis sido llamados?
Denota violación, de palabra por lo general, de la Persona de Dios (Mateo 9:3; 26:65; Marcos 3:28-29) pero puede extenderse a toda calumnia contra Dios, incluso indirecta -por ejemplo críticas dirigidas contra conductas cristianas (1 Corintios 10:30; Romanos 14:16; 1 Pedro 4:4).
8Si en verdad cumplís la ley real conforme a la Escritura:AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO, bien hacéis.
9Pero si mostráis favoritismo, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos. 11Pues el que dijo: NO COMETAS ADULTERIO, también dijo: NO MATES. Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley.
12Así hablad y así proceded, como los que han de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia; la misericordia triunfa sobre el juicio.
Sabemos que es ley real porque fue el Rey quien dijo “amarás a Dios…y amarás a tu prójimo…en esto se cumple la ley. Mateo 22:37-40” ¿Cómo queremos que nos traten?
Con honestidad, queremos la preferencia; no deseamos que nos traten ni siquiera con justicia sino que nos den lo mejor de lo mejor. Bueno, pues la ley real dice que así tratemos a los demás, con preferencia, por encima de nosotros.
9Pero si mostráis favoritismo, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores…
Err… por si acaso, Santiago va directo al grano! Transgresores, culpables, ¿por qué? Porque si toda la ley se resume en amar a otros con preferencia, ¿cómo es que cometeremos adulterio o asesinato o cualquier otra cosa contra nuestro prójimo?
¿Acaso discriminaremos si nos ocupamos de elevar a los otros por encima de nosotras mismas? ¿Se dan cuenta?
Parcialidad es pecado porque viola la Ley del Amor. Santiago insiste que daremos cuenta a Dios de nuestras acciones contra el estándar de Su Ley. El énfasis sobre obediencia como criterio para el juicio nos vuelve al tema de la verdadera fe (1:21-27) y anticipa el argumento de fe genuina vista en tus obras (2:14-26).
Este asunto de la ley no es pequeño. Si meditamos cómo la ley se mantiene agrupada, donde no hay pequeñas piezas por aquí o por allá, donde no es una listilla para chequear que tal ando, bien aquí no muy bien por allá… la Ley es UNA sola porque ilustra el carácter de un Dios UNICO.
¿Cuál es el punto de Santiago?
Que si esto es así, necesitamos misericordia. Misericordia que ya hemos recibido, como hijas de Dios. La ley real, la ley de libertad, la palabra implantada, se aplica a nosotras, nos ha dado libertad del pecado y libertad para obedecer con alegría, esclavas de la justicia… ¿ley de la libertad que me hace esclava? interesante, pero miren quién escribe: Santiago, siervo [esclavo] del Señor JC.
13Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia; la misericordia triunfa sobre el juicio
Observen que en el v.12 se dirige al pueblo de Dios. Por tanto aquí se refiere a la misericordia mostrada por hombres, no por Dios. La misericordia que mostremos a otros demuestra nuestro deseo de obedecer la Ley del Reino, y en consecuencia, un corazón hecho justo por obra de la gracia divina.
Como creyentes merecemos juicio de Dios: imperfectos en todo sentido.
Pero nuestra actitud y acciones misericordiosas contarán como evidencias de la presencia de Cristo en nosotras. El castigo fue sobre Cristo, es en la unión con quien cumplió la ley a perfección que podemos confiar de vindicación.
No trates a los demás como se merecen, ten misericordia. Colócalos por encima de ti porque eso es lo que Cristo hizo: El abajo y nosotros arriba para la gloria de Su Padre.
Hemos sido escogidas por pura gracia, por pura misericordia.
La misericordia triunfa sobre el juicio si seguimos a Cristo y permitimos que la misericordia triunfe sobre el juicio en todas nuestras relaciones con otros.
¿Fácil? No, no es fácil.
¿Sacarán ventaja -se aprovecharán-? Sí. Completamente. Tendremos que recordar y recordar Quién nos ha concedido misericordia y por qué. De otra manera estaríamos proyectando una imagen equivocada del carácter de Dios mismo.
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