La Iglesia debe estimular a los cristianos a no ser meros consumidores de cultura, sino hacedores de cultura.
La Iglesia necesita preparar cristianos que sean artistas, músicos, novelistas, directores de películas, periodistas, abogados, maestros, científicos, ejecutivos de negocios, etcétera, enseñando al pueblo de Dios que cada vocación secular es una esfera de ministerio cristiano, un modo de servir a Dios y al vecino asentado en la verdad divina.
El pueblo de Dios debe ser estimulado a ser líder en sus diferentes campos, en lugar de seguidores que buscan agradar a otros, trabajando, obrando, desde la óptica de la cosmovisión bíblica, no de los clichés de la cultura que los rodea.
J. Gresham Machen