Tal como soy, de pecador, sin más confianza que tu amor, ya que me llamas, acudí; Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, buscando paz en mi desgracia y mal tenaz, conflicto grande siento en mí; Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, me acogerás; perdón, alivio, me darás; pues tu promesa ya creí; Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, to compasión vencido ha toda oposición, ya pertenezco solo a Ti; Cordero de Dios, heme aquí.
Carlota Elliot.