“La gran diferencia entre un ser humano y un ser supremo es esta precisamente: Fuera de Dios yo no existo. Fuera de mí Dios existe.
Dios no me necesita para ser El.
Yo necesito a Dios para poder ser yo… somos dependientes, somos frágiles… ningún ser humano tiene el poder para ser en sí mismo.
Vivimos la vida entre dos hospitales. Necesitamos sistemas de soporte desde que nacemos hasta que morimos para sostener esa vida. Somos como flores que florecen y luego desvanecen y se caen, y así es como diferimos de Dios. Dios no se desvanece. Dios no desaparece. Dios no es frágil.”
R.C. Sproul