¡No!
¡No te cortes aún las venas!
Porque el tiempo rueda y pasa,
reconoce tus cadenas,
retrocede y vuelve a casa.
Ven, porque aún hay pan y hay agua. Hay un Dios y hay una manera,
no te canses de su fragua,
que la suerte es pasajera.
Siempre habrá nieve altanera descansando en el camino
y agua humilde batallando en la rueda del molino.
Siempre habrá guitarras que acompañen para que otras tengan brillo.
Siempre brillará en el cielo un sol que cobra, un sol que paga,
que haga un llanto de la nieve,
que convierta en lluvia el agua,
selle nuestros labios, haciéndonos más buenos y más sabios.
Dí, ¿qué provecho saca el hombre en ganar el mundo entero,
si su corazón no encuentra el reposo verdadero?
¿Si todo lo que no es eterno se derrite como la cera?
¿De qué sirve tu apariencia cuando el alma desespera?
Siempre habrá nieve altanera descansando en el camino
y agua humilde batallando en la rueda del molino.
Siempre habrá guitarras que acompañen para que otras tengan brillo.
Siempre brillará en el cielo un sol que cobra, un sol que paga,
que haga un llanto de la nieve,
que convierta en lluvia el agua,
selle nuestros labios, haciéndonos más buenos y más sabios.
Marcos Vidal
(España, 1971- ) Letra y Música