Banquete de tiranos

Estándar

Hay una raza vil de hombres tenaces,
de sí propios e inflados y hechos todos,
todos del pelo al pie
de garra y diente,
y hay otros
como flor que al viento exhalan
en el amor del hombre
su perfume.

Como en el bosque hay tórtolas y fieras,
y plantas insectívoras y puras,
sensitivas y claveles en los jardines,
de alma de hombres
los unos se alimentan,
los otros,
su alma dan a que se nutran
y perfumen su diente los glotones
tal como el hierro frío en las entrañas
de la virgen que mata,
se calientan.

A un banquete se sientan los tiranos
pero cuando la mano ensangrentada
hunden en el manjar del mártir muerto
surge una luz que les aterra:
flores, grandes como una cruz,
súbitos surgen y huyen
rojo el hocico y pavoridos
a sus negras entrañas los tiranos.

Los que se aman así,
los que la augusta razón
a su avaricia y gula pone,
los que no ostentan en la frente honrada
ese cinto de luz
que en el yugo funde
como el inmenso sol que en ascuas
quiebra los astros
que a su seno se abalanzan,
los que no llevan del decoro humano
ornado el sano pecho,
los menores y los segundones
de la vida,
solo son ruin y medro atentos
y no al concierto universal

Danzas,
comidas,
músicas,
areles,
jamás la aprobación de un hombre honrado;
y si acaso sin sangre hacer se puede,
hágase,
clávalos,
¡clávalos en el horcón más alto del camino!
por la mitad de la villana frente,
a la grandiosa humanidad traidores,
como implacable obrero
que a un féretro de bronce
clavetea,
los que contigo
se parten la nación a dentelladas.

José Martí
Cuba (1853-1895)
[Pablo Milanés Canta a José Martí, Album]

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s