Mira ese árbol que a los cielos
sus ramas eleva erguido;
en ellas columpia un nido
en que duermen tres polluelos.
Ese nido es un hogar;
no lo rompas,
no lo hieras:
sé bueno y deja a las fieras,
el vil placer de matar.
Juan de Dios Peza. México (1852-1910)