v.22 Y los hombres de Israel dijeron a Gedeón: Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado [salvado] de la mano de Madián.
¿Se acuerdan de 7:2? Y el SEÑOR dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, diciendo:»Mi propia fortaleza me ha librado.”?
El peligro de malinterpretar la victoria como propia. Es el mismo principio: la acreditan a Gedeón, es decir, a sí mismos. Pero démosle crédito, la respuesta de Gedeón es un modelo de piedad:
v.23 Pero Gedeón les dijo: No reinaré sobre vosotros, ni tampoco reinará sobre vosotros mi hijo; el SEÑOR reinará sobre vosotros.
La ironía de la situación es que Gedeón mismo ha propiciado el asunto, ha actuado como rey, ejecutando justicias sumarias sobre quienes resisten su autoridad.
Hay un contraste marcado. En la primera parte (6:1-8) Gedeón es presentado como un tipo de piedad mosaica, dudoso pero obediente, desconfiado de su propia capacidad y apoyado solo en Jehová, quien lo comisiona, lo envía y le promete victoria.
En la segunda parte (8:4-28), cuando atraviesa el Jordán, su propósito declarado es atrapar los dos reyes madianitas y presiona a sus hombres hasta el límite y a los pueblos de Sucot y Peniel. Espera que los dos reyes serán capturados pero en el texto no hay indicación alguna del soporte de Jehová ni de motivaciones santas para hacerlo (contrasta 8:11-12 con 7:21-22). Desaparece el Gedeón dudoso, tira la diplomacia por la ventana, demanda soporte y amenaza a los pueblos del camino, que cumple con toda crueldad.
Ahora se apoya en sus propios recursos, su fortaleza de carácter y habilidades tácticas. Ejecuta venganza personal y en el camino expone incluso a su primogénito.
v.24-27 Les dijo también Gedeón: Quisiera pediros que cada uno de vosotros me dé un zarcillo de su botín (pues tenían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas). 25Y ellos dijeron: De cierto te los daremos. Y tendieron un manto, y cada uno de ellos echó allí un zarcillo de su botín. 26El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de mil setecientos siclos de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián y sin contar los collares que llevaban sus camellos al cuello. 27Y Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
De acuerdo a Génesis 25:1-12, Madián e Ismael fueron hijos de Abraham [con Cetura y Agar]. Génesis 37:25 dice que eran comerciantes de especias, por tanto, clanes muy ricos. (Al precio actual: 1,700 ciclos de oro =49 libras= 19.5 kilos; USD$1,268.70 la onza; 20,299.20 x libra; USD$994,660.80 aproximadamente).
Inconsistencia y decepción.
Por un lado dice Jehová reina, por otro pide oro para construir un efod… Conocemos la lucha, hacer nuestra práctica tan buena como nuestra teología. Sombra que arrastramos cada día, pero que no debiera excusarnos sino más bien hacernos levantar la vista al único Líder escogido por Dios (1 Pedro 2:6 HE AQUI, PONGO EN SION UNA PIEDRA ESCOGIDA, UNA PRECIOSA piedra ANGULAR, Y EL QUE CREA EN EL NO SERA AVERGONZADO), en quien no hay pecado ni decepción ni cargo alguno.
El efod (un delantal sin mangas) era parte de la vestimenta del Sumo Sacerdote (Exodo 28:1-35; 39:1-26). Estaba hecho de material costoso y piedras preciosas (oro, azul, púrpura, lino fino), pegado al delantal había el pectoral con las 12 piedras en 4 hileras y tenía un bolsillo que contenía al Urim y al Tumim (Exodo 28:30 Pondrás en el pectoral del juicio el Urim y el Tumim, y estarán sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del SEÑOR; y Aarón llevará continuamente el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante del SEÑOR), objetos utilizados para descubrir la voluntad de Dios sobre asuntos particulares (Números 27:21 El se presentará delante del sacerdote Eleazar, quien inquirirá por él por medio del juicio del Urim delante del SEÑOR. A su palabra saldrán y a su palabra entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, es decir, toda la congregación).
Dado que el pectoral estaba unido al delantal, solicitar el efod del sacerdote equivalía a solicitar la dirección de Jehová por el Urim y el Tumim (1 Samuel 23:9 Y David supo que Saúl tramaba el mal contra él; así que le dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod…; 30:7-8 Entonces dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimelec: Te ruego que me traigas el efod. Y Abiatar llevó el efod a David. Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Perseguiré a esta banda? ¿Podré alcanzarlos? Y El le respondió: Persíguelos, porque de cierto los alcanzarás y sin duda rescatarás a todos).
El efod tenía sobre los hombros del Sumo Sacerdote los nombres de las 12 tribus de Israel. Llevaba a la presencia de Jehová a todo el pueblo, para interceder por él. El pectoral tenía también los nombres representados en 12 piedras preciosas. Debía estar sobre el corazón del sacerdote, en señal de juicio.
Las 8 prendas del sacerdote (8=reinicio, renovar, restaurar, es el número de Cristo):
- los calzoncillos (mijnasaim)
- la túnica (ketonet)
- cinturón (avnet)
- manto (meil)= sotana
- delantal (efod)
- pectoral de juicio (joshen)
- turbante (mitznefet o kova)
- diadema de oro (tzitz)
De ordinario, el efod estaría donde se hallara el Sumo Sacerdote junto con el arca y el tabernáculo. Aparentemente se encontraba en Silo al momento de la historia presente (Josué 18:1, 8-10; 19:51; 22:9; Jueces 18:31) y ocasionalmente en Bethel (Jueces 20:27-28).
Jehová había provisto sacerdote y efod para el santuario, donde los líderes y el pueblo recibirían dirección (Números 27:21 El se presentará delante del sacerdote Eleazar, quien inquirirá por él por medio del juicio del Urim delante del SEÑOR. A su palabra saldrán y a su palabra entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, es decir, toda la congregación). Si Jehová proveía dirección especial a uno de sus siervos, Gedeón en este caso, no quería decir que autorizaba tal siervo para convertirse en un canal alternativo de guía divina.
Y esta es la esencia de lo que hizo Gedeón, pretender convertirse en canal de Dios (rey de facto, no nombrado) aparte del sacerdote y del efod que ya existía.
27Y Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
Ofra, la mención de la ciudad nos invita a leer el final a la luz del principio. Era el sitio de culto del clan, un asunto de familia. Al final es el sitio de adoración de un pueblo.
Ironía de ironías: Gedeón, campeón de Jehová contra Baal, es quien preside la apostasía en Ofra. Sin embargo solo después de su muerte es que se cumple la consecuencia lógica (v.33 Y sucedió que al morir Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse con los baales e hicieron a Baal- berit su dios).
Hoy no contamos con efod y Sumo Sacerdote o Tabernáculo, pero seguimos con la misma sed de más. No nos conformamos con obediencia a la Escritura, caminar por fe y no por vista, confiar en la Providencia y la bondad. ¿Será verdad el Salmo 23:1?
Queremos más: una palabra específica, directa… y empezamos con aquello de.. “el Señor me habló, mira, me dijo que… el Espíritu me dijo que…” pienso que ignorar la provisión de Dios -la santa cena, por ejemplo- es una manera muy moderna de fabricar un efod. Luego planifican retiros, seminarios, encuentros, etc., mientras ignoramos la Cena del Señor.
No es crítica a realizar actividades, pero si la pasión es contar con experiencias enriquecedoras, extraordinarias, mientras se ignora el alimento ordinario que el Señor ha provisto, pues hay que revisarse.
Por último, por primera vez en Jueces vemos que el deslizamiento a la apostasía ocurre mientras en vida del mismo juez, y que él mismo contribuye a ello.
v.28 Así fue subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y ya no volvieron a levantar cabeza. Y el país tuvo descanso por cuarenta años en los días de Gedeón.
Un descanso trágico, en cierto modo: no hubo más incursiones invasoras, pero es la última ocasión del libro que habla de descanso.
Hasta ahora Jueces parece llevar un ciclo de 4R’s: rebelión, arrepentimiento, rescate y reposo. La realidad no es así. La realidad es la progresiva desintegración de un pueblo que no sirve al Dios que les ha salvado. Un pueblo que persiste en apostasía a pesar del regalo recibido encontrará que dicho regalo se retira. Jueces enseña que la misericordia del Señor es profunda, pero no fácil de llevar.
Romanos 2:4 ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
Es difícil terminar bien. Cualquier creyente sabe que su fortaleza es Cristo (1 Corintios 1:8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Filipenses 1:3-6 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros, por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús).
En su libro La Mortificación del Pecado, John Owen (1654) establece 3 principios fundamentales:
- creyentes, libres del poder condenatorio del pecado, debieran hacer la obra cotidiana de mortificar el poder interno -que habita en uno- del pecado;
- solo el Espíritu Santo es suficiente para esta obra;
- la vida, vigor y consuelo de la vida espiritual del creyente depende mucho de esta obra de mortificar el pecado.
Owen comienza diciendo lo que no es mortificar: no es destruir el pecado, tampoco es esconder el pecado; mortificar no es mejorar la disposición personal o experimentar alguna conquista ocasional. Mortificar es la tarea habitual de debilitar el pecado, es decir la lucha constante contra la carne.
Obvio, uno ha de ser creyente en Cristo; haber buscado la mortificación universal antes de ir y mortificar cada pecado particular.
¿Cómo mortificarlo? Ofrece 9 direcciones como preparación a la mortificación:
- considera si el pecado que estás combatiendo tiene algún síntoma peligroso acompañante;
- ten claro y profundo sentido de tu propia mente y conciencia sobre la culpa, peligro y maldad del pecado
- carga tu conciencia con ello
- ten anhelo constante por ser liberado del poder del mismo
- considera si el mismo está enraizado en tu naturaleza y exacerbado por tu temperamento
- considera las ocasiones y ventajas que toma el pecado para expresarse y fortalecerse, y vigila en su contra
- elévate con poder sobre las primeras acciones y concepciones de tu pecado
- medita de tal manera que estés completamente humillado y lleno de pensamientos sobre tu propia bajeza
- escucha lo que Dios dice a tu alma y no te hables de paz a ti mismo antes de que Dios lo haga, escucha lo que El dice a tu alma
Exhortación:
- coloca tu fe en la obra redentora de Cristo en la cruz para matar el pecado
- la obra entera de mortificación ha de ser hecha en el poder del Espíritu
Ejemplo: un santo varón que lucha contra inmoralidad sexual… ¿cómo mantenerse en santidad? a menudo existe una visión corta, muy lejos de la verdadera justicia. Si bien es algo bueno no mirar a una mujer como un objeto de codicia, en el poder del Espíritu este hombre ha de dar un paso más allá: el objetivo no es la ausencia de pensamientos codiciosos sino el desarrollo de un aprecio santo por esa mujer. Luego se limitan a evitar la mujer (o X), cuando más bien debieran empezar a tratarla con dignidad, ofreciendo palabras de edificación en lugar de deshumanizarla de los pensamientos. Codicia reemplazada por respeto y amor genuino.
Santificarse es dar muerte al pecado y ser libres para amar y obedecer.
Ejemplo: lidiar con chismosería no solo es abstenerse de chismear (la obra de mortificar), además es la creación eventual de un ambiente de estímulo, de edificación, de paz, de confianza (la obra de santificar), fruto del Espíritu presente y vivo.
v. 28 Así fue subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y ya no volvieron a levantar cabeza. Y el país tuvo descanso por cuarenta años en los días de Gedeón.
Al menos un aspecto de la crisis quedó resuelta: Madián fue subyugada, pero el otro aspecto crucial (la infidelidad de Israel a Jehová) se volvió más aguda.
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