Romanos 5.17

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TEMOR Y GRATITUD

Texto: Romanos 11:17-24

Idea central: Al pensar en los judíos o personas que se hayan apartado de Dios, nuestra reacción no debiera ser de orgullo, pensando que somos mejores que ellos, sino de reflexión, autoexamen, y gratitud.

Lecciones particulares: Si estamos bajo el Nuevo Pacto, siguiendo el Nuevo Testamento, en un nuevo pueblo… ¿Para qué darle mente a un pueblo que sabemos está bajo el juicio de Dios? ¿Debieran importarme los judíos (especialmente si no conozco ninguno)?

— Es cierto que parte de los judíos fueron cortados del pueblo espiritual de Dios y que nosotros, que “no éramos pueblo” (cf. Romanos 10:19), somos contados como descendencia de Abraham (cf. Ro. 2:28,29), pero esto no es excusa para enorgullecernos (vv.17,18a). Recuerda, la única diferencia entre ellos y tú es su incredulidad y la fe que tienes en Dios (vv.19,20a).

— No te enorgullezcas ni eches a un lado a los judíos (como platos de segunda mesa o reliquias del pasado), pues nuestra relación con Dios no sustenta la salvación de los santos del Antiguo Testamento, pero la relación de Abraham con Dios es la raíz de la que proviene nuestra salvación (v.18b; cf. Ro. 4:16,22-25).

— En lugar de motivarnos al orgullo, cuando pensemos en los judíos y su caída, debiéramos ser motivados a dos reacciones: 1. Humildad y sobriedad (v.20b), sabiendo que Dios no hace acepción de personas (v.22; cf. Ro. 2:11) y que, si nos enorgullecemos como ellos, seremos cortados por igual (v.21). Esto no significa que un electo pudiera llegar a ser “de-seleccionado” y perder su salvación, sino que “por sus frutos los conoceréis” y “árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego” (Mateo 7:16-23). [Ver Lecciones 4.4 y 4.12]. 2. Gratitud, considerando la gracia de Dios, quien nos injertó en su pueblo aunque no le buscábamos, ni le conocíamos, ni nos interesaba (v.22; cf. Ro. 10:19,20).

— Más aún, no te enorgullezcas contra los judíos porque, si Dios quiere, así como produjo fe en nosotros, también es capaz de producir fe en ellos, haciéndolos otra vez parte de su pueblo escogido (vv.23,24).

Preguntas de introspección:

¿Cuál es tu opinión de los judíos contemporáneos, como individuos y como nación? ¿Cuáles son tus sentimientos hacia ellos? ¿Qué te indican tu opinión y sentimientos (o ausencia de ellos) acerca de la actitud de tu corazón y tu percepción de tu elección? ¿Cómo puede una apreciación bíblica del pueblo judío permitirte apreciar las riquezasdel Antiguo Testamento (las promesas, el carácter de Dios…)? ¿Cómo puedes asegurarte de no entumecerte y olvidarte de los judíos que viven hoy? ¿Cómo puedes aportar consistentemente para su salvación?

¿Dónde están tus ojos cuando consideras la caída de grupos que antes seguían a Dios (e.g. los judíos, la iglesia católica, un sinnúmero de denominaciones e iglesias protestantes…)?

¿Dónde están tus ojos cuando consideras la caída de hombres que una vez fueron considerados santos? ¿Te enfocas en sus fallas y tus virtudes, o “pones tu barba en remojo” y reconoces la misericordia de Dios? ¿Por qué es importarte lidiar con el orgullo que pudiera surgir en nuestros corazones al compararnos con personas que han caído? Si hay orgullo en nuestro corazón, ¿permanecemos, realmente, en “la bondad (la gracia) de Dios – o estamos pensando en nuestros méritos?

Historia sugerida: 

Historia de Jonás y su opinión de Nínive (Jonás 4); parábola del hermano mayor del hijo pródigo (Lucas 15:25-32).

Romanos 5.16

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EN PROVIDENCIAS DIFÍCILES, ÉL PERMANECE FIEL

Texto: Romanos 11:11-16

Idea central: Dios no desecha para siempre ni castiga sin misericordia: su placer no está en herir (cf. Lamentaciones 3:31-33). Más bien, su propósito siempre es bueno y de bendición para los hijos de los hombres, y Él no olvida su pacto.

Lecciones particulares: Ahora, ¿por qué endureció Dios a Israel? ¿Fue que “cogió un pique” con ellos y los endureció para poder destruirlos tranquilamente? (v.11a)

— ¡No!, sino que Dios permitió que Israel se descarriara para que, a través del acto de provocarles a celos (cf. Romanos 10:19), la salvación y elección llegara al resto del mundo.

— La caída de Israel significó bendición para el resto de la humanidad (v.12a), reconciliación del mundo con Dios (v.15a). Sin embargo, esto no significa que ellos están excluidos definitivamente (v.15b; cf. vv.1-6).

— De hecho, el día en que suceda la readmisión colectiva de la nación de Israel, habrá una bendición mucho más grande para el mundo (v.12b; cf. vv.25-27), tanto que es como el producir vida de entre los muertos (v.15b).

— Sabemos que ocurrirá esta re-admisión del Israel colectivo porque Dios es el: la infidelidad de Israel no anula su intención original (cf. 2 Timoteo 2:13). Si Dios separó a Abraham, la raíz, para sí, dándole promesa de comunión, un día Él completará lo que comenzó (v.16).

— Nuestro pensamiento y nuestras acciones, por tanto, para con los judíos, aunque no tratemos con ellos directamente, deben tener la finalidad de producir en ellos el deseo de tener una relación con Dios como la que nosotros tenemos, de modo que también sean salvos (v.14).

Preguntas de introspección: ¿Cómo el estudio de este caso puede ayudarnos a procesar eventos como el nazismo, en los que el pecado corre rampante? ¿Cómo puede ayudarnos a entender el propósito de Dios al permitir que otras personas (incluyendo cristianos) pequen contra mí? ¿Cuál debe ser mi actitud y reacción, entonces, cuando me encuentre en una de esas circunstancias? ¿Cómo debo pensar de Dios al considerar estos temas? (Ver Romanos 9:14-26)

Cuando piensas en los judíos, ¿qué ideas y sentimientos hay en tu corazón? ¿Cómo cultivas un corazón similar al de Dios para con ellos? ¿En qué maneras prácticas puedes cultivar tu relación con Dios como para que un judío, quien tiene la ley y el linaje, diga “Wow… Ojalá yo pudiera tener eso”? ¿En qué maneras puedes vivir de tal modo que un judío vea tu vida y diga “Wow…Ojalá yo pudiera caminar con Dios en esa santidad”?

Historia sugerid: Historia de José y la provisión de Dios (Génesis 37:14-28; 41:38-44; 45:1-8; 50:18-21).

Romanos 5.16

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EN PROVIDENCIAS DIFÍCILES, ÉL PERMANECE FIEL

Texto: Romanos 11:11-16

Idea central: Dios no desecha para siempre ni castiga sin misericordia: su placer no está en herir (cf. Lamentaciones 3:31-33). Más bien, su propósito siempre es bueno y de bendición para los hijos de los hombres, y Él no olvida su pacto.

Lecciones particulares: Ahora, ¿por qué endureció Dios a Israel? ¿Fue que “cogió un pique” con ellos y los endureció para poder destruirlos tranquilamente? (v.11a)

—  ¡No! Dios permitió que Israel se descarriara para que a través del acto de provocarles a celos (cf. 10:19), la salvación y elección llegara al resto del mundo.

—  La caída de Israel significó bendición para el resto de la humanidad (v.12a), reconciliación del mundo con Dios (v.15a). Sin embargo, esto no quiere decir que ellos están excluidos definitivamente (v.15b; cf. vv.1-6).

—  De hecho, el día en que suceda la re-admisión colectiva de la nación de Israel, habrá una bendición mucho más grande para el mundo (v.12b; cf. vv.25-27), tanto que es como el producir vida de entre los muertos (v.15b).

—  Sabemos que ocurrirá esta re-admisión del Israel colectivo porque Dios es fiel: la infidelidad de Israel no anula su intención original (cf. 2 Timoteo 2:13). Si Dios separó a Abraham, la raíz, para sí, dándole promesa de comunión, un día Él completará lo que comenzó (v.16).

—  Nuestro pensamiento y  acciones, por tanto, para con los judíos, incluso no tratemos con ellos directamente, deben tener la finalidad de producir en ellos el deseo de tener una relación con Dios como la que nosotros tenemos, de modo que ellos también sean salvos (v.14).

Preguntas de introspección: ¿Cómo este estudio de caso puede ayudarnos a procesar eventos como el nazismo, en los que el pecado corre rampante? ¿Cómo puede ayudarnos a entender el propósito de Dios al permitir que otras personas (incluyendo cristianos) pequen contra mí? ¿Cuál debe ser mi actitud y reacción, entonces, cuando me encuentre en una de esas circunstancias? ¿Cómo debo pensar de Dios al considerar estos temas? (Ver Romanos 9:14-26)

Cuando piensas en los judíos, ¿qué ideas y sentimientos hay en mi corazón? ¿Cómo cultivas un corazón similar al de Dios para con ellos? ¿En qué maneras prácticas puedes cultivar tu relación con Dios como para que un judío, quien tiene la ley y el linaje, diga “Wow… Ojalá yo pudiera tener eso”? ¿En qué maneras puedes vivir de tal modo que un judío vea tu vida y diga “Wow…Ojalá yo pudiera caminar con Dios en esa santidad”?

Historia sugerida: Historia de José y la provisión de Dios (Génesis 37:14-28; 41:38-44; 45:1-8; 50:18-21).

Romanos 5:15

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DIOS ES QUIEN ELIGE… DIOS ES TAMBIÉN QUIEN ENDURECE 2

Texto: Romanos 11:7-10

Idea central: Nuestro corazón es endurecido cuando Dios nos entrega a nuestros deseos y emociones desenfrenados, de manera que no podemos apreciar su gloria ni hacerle caso a sus palabras.

Lecciones particulares: ¿Qué podemos aprender acerca del endurecimiento del corazón?

—  Aunque en el ámbito puramente humano podemos decir que uno mismo se endurece contra Dios, si tomamos en cuenta la visión más exhaustiva, Dios es quien lleva a cabo el endurecimiento (v.8a).

—  “Endurecimiento” significa tener ojos que no pueden apreciar la gloria de Dios (v.8b; cf. Romanos 1:19,20) y tener oídos que no pueden escuchar su voz (v.8c; cf. Ro. 1:21,25). No significa salir de en medio de los que adoran a Dios; significa estar en la presencia de Dios y no poder percibirle (v.8a).

—  La manera en que este endurecimiento sucede es que aquello en lo que uno se apoya, en lo que uno confía y se deleita, se convierte en una trampa, enredándonos y enamorándonos (v.9a), oscureciendo nuestros ojos para que no podamos ver la realidad más allá (v.10a). El endurecimiento sucede cuando nos enfocamos tanto en algo que se convierte en una interferencia en el camino a Dios (v.9b).

—  En otras palabras, el endurecimiento del corazón es lo que sucede cuando Dios entrega a una persona a sus propios dioses, cualesquiera que estos sean, convirtiéndolo en un esclavo de sus pasiones y deseos (v.10b). Es la retribución, el pago obtenido (v.9b), de la labor de desechar a Dios y darle su lugar a cualquier otra cosa en nuestras vidas (cf. Ro. 1:23,26,28).

Preguntas de introspección: Nuevamente, ¿es Jehová un dios domesticado, o reconocemos que Él es indomable? ¿Cómo podemos congraciar el hecho de que Dios es justo (por tanto, con derecho a juzgar) con el hecho de que Él es quien endurece (ver lección 5.4)?

¿Has considerado con sobriedad lo que significa “estar endurecido”? ¿Entiendes que puedes estar endurecido en medio del pueblo de Dios, en medio de su iglesia, en medio de cristianos? ¿Qué evidencia tienes en tu vida de que aprecias la gloria de Dios? ¿Qué evidencia tienes de que escuchas su voz?

¿Qué cosas, legítimas o no, están distrayéndote de tu relación con Dios? Repasa la parábola del sembrador… ¿Qué aprendes acerca de la semilla que cayó entre espinos? ¿Qué pasos prácticos puedes llevar a cabo para disminuir la influencia del mundo y de tus deseos sobre ti y tu relación con Dios? Si Dios es quien endurece, ¿por qué debiéramos nosotros estar en guardia contra el endurecimiento?

Historia sugerida: Historia de Judas, el traidor (Lucas 6:12-16; Juan 6:67-71; 12:3-6; Mateo 26:6-16; 13:21-30; Lucas 22:47,48; Mateo 27:1-8; Hechos 1:15-20).

Romanos 5.14

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DIOS ES QUIEN ELIGE… DIOS ES TAMBIÉN QUIEN ENDURECE 1

Texto: Romanos 11:7-10

Idea central: La elección de un remanente para fidelidad automáticamente significó el endurecimiento del resto del pueblo de Israel: Dios, en su gracia, eligió; y, en su soberanía, endureció.

Lecciones particulares: Ahora, ¿qué significó la elección de este grupo en medio de la nación de israelitas? Y, ¿qué significa para nosotros?

—  Israel, como nación, no pudo obtener la relación con Dios, la justicia, que quería (v.7a): aunque no les faltó el buen deseo, quisieron hacerlo a su manera (cf. Ro. 9:31,32; 10:3)

—  Dios, en su gracia y buena voluntad, otorgó su santidad y entró en una relación personal con los individuos que Él libremente eligió (v.7b; cf. Ro. 11:5,6).

—  El resto del pueblo de Israel fue endurecido (v.7c; cf. Ro. 9:18), no porque fuera peor que los que fueron elegidos, sino simplemente porque no fueron seleccionados en la soberanía de Dios (cf. Ro. 9:15,16).

Preguntas de introspección:  ¿En qué formas tu propia opinión y sabiduría interfieren con tu relación con Dios, incluso cuando tienes el buen deseo de hacer algo para Él? ¿Cómo puede suceder eso en una iglesia y cómo sucede en tu iglesia? ¿Cómo puedes usar este conocimiento para acercarte y acercar tu iglesia a Dios?

¿Te has detenido a meditar en los billones de opciones que Dios tenía cuando te eligió a ti? ¿Has sido agradecido para con Él? ¿Cómo se lo has expresado?

¿Qué rige tu idea de Dios, la cultura cristiana o la Biblia? ¿Dónde es más probable que esté el error y qué tiene que cambiar si tu opinión de lo que debiera ser difiere de lo que la Biblia enseña? ¿Por qué tiene Dios el derecho de endurecer (considera repasar las lecciones 5.2-5.4)?

Historia sugerida:  Historia de la elección de Jacob y Esaú (Génesis 25:20-34; cf. Ro. 9:10-13; Malaquías 1:2,3).

Romanos 5.13

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CASTIGADOS, PERO NUNCA DESECHADOS

Texto: Romanos 11:1-6

Idea central: Aunque el pueblo de Israel fue infiel a su pacto con Dios, Dios continuó siendo fiel: por gracia, Él ha elegido un grupo de israelitas para salvación.

Lecciones particulares: Luego de que Israel se resistiera a Dios (Romanos 11:21) y buscara su propia gloria (Romanos 10:3), Dios incorporó un “pueblo que no es pueblo”. ¿Significa esto que Dios abandonó el pueblo de Israel para no relacionarse más con ellos? (v.1a)

— ¡De ninguna manera! (vv.1b,2a; cf. Isaías 54:8)
— Pablo, uno de los apóstoles elegidos por Dios, es israelita de pura cepa (v.1c).
— Si Dios desechara el pueblo de Israel, estaría desechando al pueblo que Él mismo conoció y, en su gracia, escogió antes (v.2b).

 —  La realidad es que, aunque parezca como si no hubiera un solo israelita que no haya buscado activamente (i.e. adorado) su propia justicia (vv.2c,3), la realidad es que Dios eligió y reservó un grupo fiel a Él (vv.4,5).
—  Ahora bien, la delidad de este grupo de israelitas elegidos no es la causa [sino la consecuencia] de la elección de Dios. O Dios elige 100% en su gracia y buena voluntad, o Dios elige 100% porque una persona es perfecta y se lo merece, pero no en combinación (v.6). La elección por gracia y la elección por obras son mutuamente excluyentes, como el agua y el aceite.
Preguntas de introspección: ¿Por qué es consolador el hecho de que Dios  decidiera no desechar a Israel, a quien había elegido anteriormente?
¿Qué aprendes del carácter de Dios al ver la manera en que Él lidió con la infidelidad del pueblo de Israel?
¿Cuál es tu verdadero dios, Jehová o tú mismo? ¿Qué aprecias y adoras, la gracia de la justicia de Dios o la satisfacción de tu propia justicia? ¿Cómo puedes estar seguro de que tu respuesta a esa pregunta es lo que en verdad hay en tu corazón y no una respuesta de la boca para afuera?
¿Eres cristiano en verdad o simplemente un fariseo moderno?
¿Cómo puede esta verdad servirte de estímulo cuando estás rodeado de lo que parece ser un grupo de fariseos y religiosos?
¿A qué acciones debiera guiarte esta verdad si te llegaras a encontrar en la posición de Elías?

 

Historia sugerida: Historia de la conversación de Elías con Dios (1 Reyes 19:1-18).

Romanos 5.12

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UNA RELACIÓN CON UN PUEBLO QUE NO ES PUEBLO

Texto: Romanos 10:18-21

Idea central: El evangelio no está limitado a un pueblo sino que Dios lo ha anunciado a todo el mundo, para celo e ira de Israel. Dios así lo planificó para mostrar una imagen de su celo e ira cuando preferimos adorar a cualquier otra cosa.

Lecciones particulares:

Dios ha revelado su gloria sin fronteras (Salmo 19:4) y, de manera particular, su evangelio llegará a todas las naciones (Mateo 24:14). Aunque no todos crean, ¡Dios se aseguró de que todo el mundo recibiera su llamado! (v.19). ¿Por qué fue esto un choque tan grande para los judíos? ¿Fue, realmente, una sorpresa?

—  Aunque inicialmente Dios escogió al pueblo de Israel para ser su pueblo, ellos no vivieron en agradecimiento, sino que provocaron a Dios a celos e ira con su insistencia en vivir para sus propios ídolos (v.21; cf. Deuteronomio 32:21a; Isaías 65:2-5; Romanos 1:18-23).

—  Por ende, Dios decidió entrar en una relación personal con gentes que no eran del pueblo de Israel (v.19b; cf. Dt. 32:21b). En otras palabras, Dios le restregó en la cara a Israel que Él no se iría con un pueblo mejor que ellos, sino que los dejaría por un pueblo que no conocía su ley (cf. Romanos 9:3-5) y que ni siquiera tenía el deseo de agradarle (cf. Ro. 10:2). Ellos ni siquiera tendrían el consuelo de que habían sido cambiados por “algo mejor”… Igual como ellos cambiaron a Dios por “lo que no es dios”, Dios los cambió por “lo que no es pueblo” (Deuteronomio 32:21a; cf. Romanos 1:23).

—  Dios hizo esto sabiendo que los israelitas se sentirían insultados (v.19) – del mismo modo en que una mujer adúltera se sentiría insultada cuando su esposo la deja y prefiere casarse con otra que es más fea, más bruta y que cocina peor. A Israel le fue dado sentir los celos y la ira que Dios siente cuando le traicionamos (cf. Ezequiel 16:35-42).

—  Esto no fue un “plan B”, sino que Dios lo tuvo en mente desde el principio (v.19a; cf. Deuteronomio 31:30; 32:21).

Preguntas de introspección:  Si Dios fuera a describirte, ¿qué tanto se parecería tu descripción a la del pueblo de Israel? ¿Te has detenido a considerar Ezequiel 16 y cómo describe cada vez que damos rienda suelta a nuestros deseos? ¿En qué areas puedes trabajar para crecer en una relación fiel con Dios? ¿Qué te revela la reacción natural del pueblo de Israel para con la inclusión de los gentiles acerca de la reacción de Dios para con la inclusión de otros dioses en tu corazón?

¿Cómo, estudiar el punto de vista de Dios e Israel, modula la manera en que entiendes textos como 1 Corintios 1:26-31? ¿Has meditado en lo distinto que sería el mundo hoy si Dios nos hubiera dejado (a nosotros, no israelitas) que siguiéramos sin influencia del carácter de Dios?

Historia sugerida: Parábola de la gran cena (Lucas 14:16-24).

Romanos 5.11

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EL LLAMADO PARTICULAR DE JESÚS

Texto: Romanos 10:16,17

Idea central: Si bien la fe surge del escuchar el evangelio, el evangelio, por sí mismo, no salva a nadie. Si Jesús no habla, en vano se predica y en vano se escucha.

Lecciones particulares: Dios se ha ocupado de todo lo necesario para que tengamos una relación con Él, desde satisfacer todos los requisitos espirituales (cf. Romanos 1-8) hasta asegurarse de que nosotros seamos enterados (Romanos 10:14,15). Sin embargo…

—  Así como hay personas que se acercan a Dios cuando oyen el evangelio, así hay otros que prefieren no hacerle caso (v.16a).

—  De hecho, habrá ocasiones en que nos parecerá que nadie ha hecho caso (v.16b), que nuestros esfuerzos son en vano.

—  Por tanto, aunque es cierto que confiar en Dios es consecuencia de oír las buenas noticias de paz en Jesús (v.17a), que el oír el evangelio es pre-requisito para creer (v.14), simplemente “oír” el evangelio no es suficiente.

—  El “oír” que transforma viene a través de la palabra de Cristo (v.17b): ¡es necesario que Dios diga “Sea la luz” para que la luz sea hecha! Ni siquiera el oír para fe es algo que surge de nosotros (Hechos 4:2; cf. Salmo 127:1,2; Romanos 9:16,18), sino que también es don de Dios (cf. Efesios 2:8,9).

Un par de ideas sueltas… Primero, esto es de gran motivación para seguir predicando a aquellos que amamos y que no hacen caso: por muy dura y terca que sea su naturaleza, no depende de ellos, sino de la palabra de Dios. Segundo, si depende de Cristo, no nos enorgullezcamos, sino que asegurémonos de constantemente depender de Él y pedir su bendición al predicar. Tercero, notemos cómo la soberanía de Dios no nos excusa de responsabilidad: si bien el oír es a través de la palabra de Cristo, el creer sucede cuando se oyen las buenas noticias. Finalmente, la realidad de estos versos hace tambalear (de nuevo) las ideologías que hablan a favor del libre albedrío.

Preguntas de introspección: Tú que predicas el evangelio, ¿le has hecho caso al evangelio de Dios? ¿Es el evangelio predicado en tu vida con la misma fuerza que en tus palabras?¿Dónde encuentras el estímulo para continuar predicando?

¿Dónde está tu esperanza cuando le predicas a tus seres amados? ¿Están tus ojos en quien oye, en la palabra predicada, en tus habilidades (o las del predicador), o en Dios soberano? ¿Qué rol juega la oración en tu predicación y corazón?

Historia sugerida: Historia de Micaías y Acab (1 Reyes 22:1-38; cf. 2 Crónicas 18).

Romanos 5.10

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¡CUÁN HERMOSOS LOS PIES DEL QUE NOS ANUNCIA PAZ!

Texto: Romanos 10:14,15

Idea central: Si queremos acercarnos a tener una relación con Dios, es necesario que surja de un corazón que confía en Él porque le conoce y sabe quién Él es.

Lecciones particulares: La justicia (la santidad) de Dios es una realidad increíblemente fuera de nuestro alcance. Sin embargo, en Jesús, Dios la ha acercado a nosotros, de manera que podemos acercarnos a Él y encontrar refugio, paz, santidad. ¿Cómo puedo acercarme a Dios así? ¿Cómo puedo ayudar a que otros se acerquen a Dios y encuentren este refugio?

  1. Entiende que Dios quiere ser encontrado. ¿Puede alguien acceder a los secretos del Dios todopoderoso que habita en luz inmarcesible si Él no los revela? Él ha enviado una fuente confiable (v.15a; cf. Juan. 1:18; 15:15) y ha asegurado que llegue a todos los suyos (Mateo 28:19- 20).
  2. Comprende que la imaginación no es suficiente para tener una relación real, honesta, con Dios. Es vital que haya una fuente fiel que nos hable de Él (v.14c); si no, nuestra relación con Él no estará basada en la realidad.
  3. Asegúrate de conocer y dar a conocer (en palabras y en tu vida) quién Dios es, qué Él ha hecho, por qué Él es alguien en quien podemos confiar. No es posible confiar en Dios sin conocerle, y mientras más le conozcamos, mientras más tangible sea ese conocimiento, más fácil será confiar en Él (v.14b).
  4. Sabiendo en quién has confiado, acércate a Dios, búscale (v.14a). Encontramos refugio en Dios, encontramos salvación, cuando nos acercamos confiando en Él porque le conocemos y sabemos quién Él es.

¡Cuán hermosos, pues, cuán deseados, son sobre los montes los pies de aquellos que, cuando hemos perdido la esperanza, cuando ya no hay luz, cuando la derrota está cercana, nos traen noticias de aliento! ¡Cuán hermosos son los pies de los que nos dicen que la paz está cerca, que el gozo está cerca, que la salvación está cerca, que nuestro Dios reina y no nos ha olvidado! (Isaías 52:5-7).

Preguntas de introspección:

¿Dónde buscas esperanza cuando todo parece oscurecer para nunca aclarar, cuando ves tu pecado? ¿Cómo le hablas paz a tu corazón y cómo te aseguras de que realmente puedes hacerlo?

¿Entiendes que Dios quiere que puedas llegar a Él, que Él lucha a tu lado por ti y que no está contra ti? ¿Cuál es la fuente de la cual proviene todo conocimiento de Dios?

¿Qué canales identificas en tu vida que Dios usa para conectarte a esa fuente y cómo puedes cultivarlos? ¿Te esfuerzas por digerir, hacer palpable e incrementar tu conocimiento de Dios?

¿Eres tú una fuente fiel (luz y sal, en palabras y en hechos) de quién Dios es para los que te rodean? ¿Entiendes que la fuerza de tu fe y tu capacidad de bendecir la fe de otros depende directamente de cuánto conozcas a Dios? ¿Eres activo en tu búsqueda de Dios? ¿Te acercas a Él con confianza?

¿Cómo puedes hacer que tu presencia… tu persona… tus pies… sean hermosos para los que te rodean? ¿Cómo se vería en tu vida diaria un plan real de aplicar estas cuatro realidades para (1) crecer en tu relación con Dios y (2) ayudar a otros a encontrar esta relación con Él?

Historia sugerida: Historia de Abraham, cuando confío en Dios y ofreció a Isaac (Génesis 22:1-14, esp. v.8).

 

 

Romanos 5.9

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COMPRENDIENDO EL ESTÁNDAR DE DIOS 2

Texto: Romanos 10:5-13; Deuteronomio 30:6-18

Idea central: Comprender la justicia de Dios implica entender que Él ya la acercó a nuestro alcance a través de la vida y muerte de Jesús. El estándar de Dios para nosotros es simple: confiar y confesar.

Lecciones particulares: 

— Nos es imposible ganar la aprobación de Dios haciendo cosas buenas, no porque seamos incapaces de hacer cosas buenas, sino porque el mínimo aceptable es absoluta perfección (Isaías 64:6). Este es el inicio de la comprensión de la justicia de Dios.

— Entender correctamente la justicia de Dios también implica entender que el guardar perfectamente su ley es el regalo que Él nos ha acercado en Cristo (vv.6,7; Deuteronomio 30:11-13), en su vida perfecta (v.6c) y su sacrificio aceptado (v.7b).

— De esta manera, para agradar a Dios es necesario que comprendamos que su estándar de justicia es tan glorioso que es imposible que lo alcancemos. Pero también es necesario que entendamos que Él lo ha acercado a nosotros en Jesús: ¡es posible que Dios se agrade al contemplar nuestro corazón y nuestra vida diaria! (v.8).

— La justicia que agrada a Dios es un corazón que cree en la promesa de que Dios aceptó el sacrificio de Jesús por nosotros (vv.7,9b,10a; cf. Romanos 4:23-25). La justicia que agrada a Dios es una persona que, partiendo de ese corazón (cf. Dt. 30:10b,16), vive en el día a día, en lo externo, una vida que confiesa y refleja que Jesús es Señor (vv.9a,10b), una vida marcada por sumisión y obediencia a Jesús.

— Esto fue cierto para los judíos, pero también es cierto para todos nosotros. No importa quiénes seamos, qué hayamos hecho, o de dónde vengamos…

1. No podemos trucar a Dios para que piense que somos lo suficientemente buenos.

2. Seremos salvos, no seremos olvidados o avergonzados, si confiamos en Él y nos acercamos a Él desesperados, comprendiendo nuestra incapacidad, invocándole (vv.11-13). Dios tiene suficiente para todos los que buscan refugio en Él (v.12b).

Preguntas de introspección:

¿Aprecias el regalo de la vida y el sacrificio de Jesús? ¿Meditas en el hecho de que Él se tomó la molestia de descender del cielo, para luego estar y subir de entre los muertos, para acercarte la justicia de Dios? ¿Hay paz en tu corazón sabiendo que, en Jesús, Dios se agrada al considerar tu corazón, al considerar tu vida, a pesar de que tú seas fallido, imperfecto, indigno?

¿Confías en la promesa de salvación que Dios te hizo en Jesús? ¿Qué puedes hacer para crecer en la fuerza con la que le crees a Dios? ¿Es tu vida diaria un testimonio, una confesión pública y sonora, del señorío de Jesús?

¿Entiendes la relación inseparable que existe entre un corazón que cree (para justicia) y una vida que confiesa (para salvación)? ¿Qué pasos prácticas ya has implementado a lo largo de este estudio para crecer en obediencia a Jesús? ¿En qué areas has sido haragán y siervo infiel? ¿Cómo puedes, confiando en Él, crecer en santidad en esas áreas de infidelidad?

¿Qué repercusión tiene entender esta doctrina en la forma en que piensas acerca de “los publicanos y pecadores”? ¿Cómo afecta esto la manera en que piensas, hablas y actúas en tus relaciones con inconversos? ¿Cómo afecta esto la manera en que te relacionas con otras culturas, especialmente aquellas en las que el cristianismo es “una opción más” o “una opinión”?

Historia sugerida: Historia de la vida y conversión de John Newton, con meditación en las letras de “Sublime gracia”. Un buen resumen (en inglés, sorry): https://en.wikipedia.org/wiki/Amazing_Grace#John_Newton.27s_ conversion