Apuntes a Génesis II. 48:1 al 50:26

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TEMA XI. MUERTE DE JACOB Y DE JOSE.

De modo que José convierte a los egipcios en esclavos de Faraón mientras que Israel adquiere propiedades y prospera. ¡Vaya contraste con el primer capítulo en Exodo!
Solo la tierra de los sacerdotes egipcios, e Israel (un reino de sacerdotes), escapa a la servidumbre.

Jacob bendice a los hijos de José
48 1Y sucedió que después de estas cosas, le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2Cuando se le avisó a Jacob diciendo: He aquí, tu hijo José ha venido a ti, Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama. 3Entonces Jacob dijo a José: El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán; me bendijo, 4y me dijo: “He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré; y haré de ti multitud de pueblos y daré esta tierra a tu descendencia después de ti en posesión perpetua.”
5Ahora pues, tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto, antes de que yo viniera a ti a Egipto, míos son; Efraín y Manasés serán míos, como lo son Rubén y Simeón.
6Pero los hijos que has engendrado después de ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad. 7En cuanto a mí, cuando vine de Padán, Raquel se me murió en la tierra de Canaán, en el camino, cuando faltaba todavía cierta distancia para llegar a Efrata, y la sepulté allí en el camino a Efrata, esto es Belén.

José vive fuera de Gosén. Recordemos que es el segundo de Egipto, su lugar está al lado del Faraón. Pensemos en esto, la familia lleva 17 años viviendo en Egipto, significa que José está en los 50 y sus hijos alrededor de los 20 años de edad (borren de su mente la imagen de dos niñitos visitando al abuelito). Jacob estará anciano y débil pero no ha perdido la memoria; hay temas cruciales qué tratar, en especial la herencia de la bendición del pacto.
Lo primero que Jacob hace es maximizar el papel de Dios ¡por fin! (v.3), y acto seguido procede la ceremonia de adoptar a los dos hijos de José (de aproximadamente 20 años de edad) y elevarlos al estatus de hijos de Jacob (o padres de tribus de Israel! Coherederos con sus tíos!). Los jóvenes escuchan el mensaje, quizás por primera vez, recuerden que su madre es la hija de un sacerdote pagano, de modo que el lenguaje de Jacob es muy específico y puntual: estos muchachos han de ser integrados en la nación de Israel. En nuestra familia.

La autoridad de Jacob para hacer esto proviene de las teofanías que personalmente recibió. José nunca experimentó teofanías, no tiene tal autoridad, pero sí conoce lo que es ser elevado: al adoptar los muchachos como hijos, Jacob eleva a José al mismo nivel de Jacob, ahora ambos son patriarcas o padres ancestrales de las tribus de Israel.

8Cuando Israel vio a los hijos de José, dijo: ¿Quiénes son éstos? 9Y José respondió a su padre: Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos a mí, te ruego, para que yo los bendiga. 10Y los ojos de Israel estaban tan débiles por la vejez que no podía ver. Entonces José se los acercó, y él los besó y los abrazó. 11E Israel dijo a José: Nunca esperaba ver tu rostro, y he aquí, Dios me ha permitido ver también a tus hijos.
12Entonces José los tomó de las [los hizo salir de] rodillas de Jacob, y se inclinó con su rostro en tierra. 13Y José tomó a los dos, a Efraín con la derecha, hacia la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, hacia la derecha de Israel, y se los acercó.
14Pero Israel extendió su derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando adrede sus manos, aunque Manasés era el primogénito. 15Y bendijo a José, y dijo:
El Dios delante de quien anduvieron mis padres Abraham e Isaac,
el Dios que ha sido mi pastor toda mi vida hasta este día,
16 
el ángel que me ha rescatado de todo mal,
bendiga a estos muchachos;
y viva en ellos mi nombre,
y el nombre de mis padres Abraham e Isaac;
y crezcan para ser multitud en medio de la tierra.

Jacob no está ciego por completo, la pregunta es más bien de tipo ritual. La primera ceremonia formal fue la adopción y bendición de José, la segunda ceremonia formal es la bendición de los nietos, (Jacob es el único patriarca que se encuentra y relaciona con sus nietos).

El escritor de Génesis no revela razón de por qué Jacob ignora la ley de la primogenitura, Manasés no ha hecho nada para perder su posición y Jacob no ha recibido revelación especial (la ley prohibió tiempo después que un padre “seleccionara” al primogénito Deuteronomio 21:15-17).
La bendición viene siendo un testimonio en sí, la primera parte un testimonio de la primera y segunda generación y de cómo caminaron con Dios. Luego de cómo Dios es su pastor, una metáfora íntima de cómo Dios significa provisión, restauración, protección (primera vez que Dios es señalado como Pastor).
La tercera parte, el Angel, en Génesis aparece en momentos de turbulencia y peligro: Agar en el desierto; Abraham en el sacrificio de Isaac; el sirviente en su largo viaje a otro país; Jacob preparándose a huir de Labán; Jacob frente al prospecto de Esaú. No es sorpresa que ahora Jacob hable del ángel que me ha rescatado de todo mal, es decir, Jehová. Jacob aprendió la realidad de la presencia de Dios a través de la experiencia.
Ahora pide que los muchachos sean protegidos, bendecidos (multiplicados y fértiles), y conocidos como hijos de Jacob.

17Cuando José vio que su padre había puesto su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, esto le desagradó; y asió la mano de su padre para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18Y José dijo a su padre: No sea así, padre mío, pues éste es el primogénito. Pon tu derecha sobre su cabeza.
19Mas su padre rehusó y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; él también llegará a ser un pueblo, y él también será grande. Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y su descendencia llegará a ser multitud de naciones. 20Y los bendijo aquel día, diciendo:
Por ti bendecirá Israel, diciendo:
Que Dios te haga como Efraín y Manasés.
Así puso a Efraín antes de Manasés.
21Entonces Israel dijo a José: He aquí, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. 22Y yo te doy una parte más que a tus hermanos, la cual tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

José sabe muy bien que una vez pronunciada no es posible retirar la bendición. Aún más, no hay nada en la bendición que José pudiera objetar, de hecho Jacob bendijo a los dos por igual.
Su molestia es la aparente contradicción de las manos de Jacob. La respuesta del patriarca tiene su toque de ironía: Isaac bendijo a Jacob sin desearlo (sabía que debía hacerlo, pero su deseo era bendecir a Esaú); Jacob casi ciego sabe y deliberadamente sigue el plan divino no convencional.
La gracia soberana del Señor está por encima de cualquier convencionalismo social humano (Isaías 55:8-9). Abel vs. Caín; Isaac vs. Ismael; Jacob vs. Esaú, Fares vs. Zara, José vs. Rubén, Efraín vs. Manasés. En Génesis, repetidamente hemos visto como Dios escoge al menor, no al mayor, para llevar adelante la herencia familiar (Deuteronomio 33:17).

Profecía de Israel acerca de sus hijos
49 1Entonces Jacob llamó a sus hijos, y dijo: Reuníos para que os haga saber lo que os ha de acontecer en los días venideros.

Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
y escuchad a Israel vuestro padre.

Rubén, tú eres mi primogénito,
mi poderío y el principio de mi vigor,
prominente en dignidad y prominente en poder.

Incontrolable [desenfrenado] como el agua, no tendrás preeminencia,
porque subiste a la cama de tu padre,
y la profanaste: él subió a mi lecho.

Simeón y Leví son hermanos;
sus armas instrumentos de violencia.

En su consejo no entre mi alma,
a su asamblea no se una mi gloria,
porque en su ira mataron hombres,
y en su obstinación desjarretaron bueyes.

Maldita su ira porque es feroz;
y su furor porque es cruel.
Los dividiré en Jacob,
y los dispersaré en Israel.

A ti Judá, te alabarán tus hermanos;
tu mano en la cerviz de tus enemigos;
se inclinarán a ti los hijos de tu padre.

Cachorro de león es Judá;
de la presa, hijo mío, has subido.
Se agazapa, se echa como león,
o como leona, ¿quién lo despertará?
10 
El cetro no se apartará de Judá,
ni la vara de gobernante de entre sus pies,
hasta que venga Siloh[él venga a Siloh],
y a él sea dada la obediencia de los pueblos.
11 
El ata a la vid su pollino,
y a la mejor cepa el hijo de su asna;
él lava en vino sus vestiduras,
y en la sangre de las uvas su manto.
12 
Sus ojos están apagados por el vino,
y sus dientes blancos por la leche.
13 
Zabulón habitará a la orilla del mar;
y él será puerto para naves,
y su límite será hasta Sidón.
14 
Isacar es un asno fuerte,
echado entre los apriscos [alforjas].
15 
Al ver que el lugar de reposo era bueno
y que la tierra era agradable,
inclinó su hombro para cargar,
y llegó a ser esclavo en trabajos forzados.
16 
Dan juzgará a su pueblo,
como una de las tribus de Israel.
17 
Sea Dan serpiente junto al camino,
víbora junto al sendero,
que muerde los jarretes [talones] del caballo,
y cae su jinete hacia atrás.
18 
¡Tu salvación espero, oh Señor!
19 
A Gad salteadores lo asaltarán,
mas él asaltará su retaguardia [talón].
20 
En cuanto a Aser, su alimento será sustancioso [grasoso],
y él dará manjares de rey.
21 
Neftalí es una cierva en libertad,
que pronuncia palabras hermosas.
22 
Rama fecunda es José,
rama fecunda [hijo fecundo] junto a un manantial;
sus vástagos [hijas] se extienden sobre el muro.
23 
Los arqueros lo atacaron con furor,
lo asaetearon y lo hostigaron;
24 
pero su arco permaneció firme
y sus brazos fueron ágiles
por las manos del Poderoso de Jacob
(de allí es el Pastor, la Roca de Israel),
25 
por el Dios de tu padre que te ayuda,
y por el Todopoderoso [Shaddai] que te bendice
con bendiciones de los cielos de arriba,
bendiciones del abismo que está abajo,
bendiciones de los pechos y del seno materno.
26 
Las bendiciones de tu padre
han sobrepasado las bendiciones de mis antepasados
hasta el límite de los collados eternos;
sean ellas sobre la cabeza de José,
y sobre la cabeza del consagrado [distinguido] de entre tus hermanos.
27 
Benjamín es lobo rapaz [que despedaza];
de mañana devora la presa,
y a la tarde reparte los despojos.

Paradójicamente, lo que el escritor denomina como “bendiciones” más bien llegan a ser “anti-bendiciones” en el caso de Rubén, Simeón y Leví. Sin embargo, históricamente a final de cuentas Jacob salva al pueblo de Israel de un liderazgo equivocado, por tanto vuelven a ser “bendiciones.”
Jacob sigue un cierto orden y es evidente que ciertos temas del pasado vuelven cual fantasmas otra vez. Lo que está a punto de compartir es profecía inspirada sobre el destino de cada cual, extendible a la tribu que emane de cada hijo.
Rubén: Privilegio y rendición de cuentas. La enseñanza es clara, la conducta de un individuo afecta el destino de sus descendientes (Exodo 20:5). No hay profeta, juez, sacerdote o rey descendiente de Rubén.
Pero la promesa obra también en sentido positivo (Génesis 22:18; 26:4-5) y en la historia de Sodoma y Gomorra, donde un núcleo de justos garantizaría la supervivencia de una ciudad.
Simeón y Leví: el mismo principio sobre la conducta de una generación afectando las circunstancias de la siguiente. Eventual, la tribu de Simeón fue absorbida por la de Judá y los levitas nunca tuvieron territorio propio sino que fueron dispersos entre las demás tribus. Ahora bien, tiempo después Dios redimió la ferocidad levita (Exodo 32:25-29; Números 25:7-14).
Judá: se le otorga posición más honorable entre ellos, por los mismos hermanos, debido a sus resultados y a su carácter. Aunque esté reposando nadie osa penetrar en el territorio del león, tan poderoso es.
Zabulón: fue una de las dos tribus más alabadas en la lucha de Débora contra ls canaanitas; junto con Dan y Aser fueron de estirpe marina, más parecidos a los fenicios y filisteos que a los hebreos de tierra adentro. Si bien Jesús es de la tribu de Judá, su residencia en Nazaret lo acerca más a Zabulón (la orilla del mar de Galilea), además de su interés por los barcos y la pesca.
Isacar: algunos interpretan como un grupo que busca la comodidad por encima de cualquier otra cosa, y por ende pierde su independencia. El viejo pecado de Adán y Eva: la mujer vió que era bueno para comer. Los de Isacar vieron que era bueno para descansar. Pero bien puede ser que Jacob predice un modus vivendi donde no temen asumir tareas que requieran fuerza física.
Dan: sugiere que aunque pequeño, sería muy capaz de valerse por sí mismo, incluso de inducir pánico en un animal grande como un caballo.
Gad: sinónimo de guerra de guerrillas.
Aser: la tribu feliz, prosperidad agrícola.
Neftalí: poco se sabe de ellos.
José: el hijo favorito. Fecundo, bendecido por su familia y por los egipcios, Dios en el centro de sus pensamientos, Dios su sostén en todo tiempo, y ahora Jacob expresa lo que José ha sabido: fue Dios quien lo envió a Egipto, fue Dios quien lo puso en la casa de Faraón, fue Dios quien ha hecho todas estas cosas. Finalmente Jacob puede ver la mente de José. Y vemos también una profecía sobre Cristo.
Benjamín: el que más hijos tiene, esta tribu se convertirá en depredadora.
28Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía.
29Después les ordenó y les dijo: Voy a ser reunido a mi pueblo; sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón hitita, 30en la cueva que está en el campo de Macpela, que está frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual Abraham compró juntamente con el campo de Efrón hitita, para posesión de una sepultura. 31Allí sepultaron a Abraham y a su mujer Sara; allí sepultaron a Isaac y a su mujer Rebeca, y allí sepulté yo a Lea.
32El campo y la cueva que hay en él, fueron comprados de los hijos de Het.
33Cuando Jacob terminó de encargar estas cosas a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido a su pueblo [sus parientes].

Por favor noten quiénes están sepultados en Macpela: Abraham, Sara, Isaac, Rebeca, y Lea. Lea. Lea finalmente se queda con el hombre (Raquel fue sepultada alrededor de Belén) y es a través de Judá -hijo de Lea- que continuará la bendición.
De nuevo esta hermosa imagen de los últimos siendo primeros.
Jacob escogió a Raquel. Dios escogió a Lea.

Noten además que al final Jacob muere con honor, expira con la palabra de Dios en su boca y con la visión de Dios a la vista. Y ojo, el verbo empleado no es “morir” sino “expirar” porque el énfasis no es la muerte sino en que fue reunido a su pueblo.

Sepultura de Jacob
50 1José se echó sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2Y ordenó José a sus siervos médicos que embalsamaran a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel. 3Y se requerían cuarenta días para ello, porque este es el tiempo requerido para el embalsamamiento. Y los egipcios lo lloraron setenta días.
4Y cuando pasaron los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a Faraón, diciendo: 5“Mi padre me hizo jurar, diciendo: ‘He aquí, voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’ Ahora pues, te ruego que me permitas ir a sepultar a mi padre, y luego volveré.” 6Y Faraón dijo: Sube y sepulta a tu padre como él te hizo jurar.

Los hebreos no embalsamaban sus muertos, no tenían esa creencia; más bien insistían en enterrarlos lo más pronto posible (incluso hoy lo hacen en las primeras 24 hrs) porque era muy importante que tuvieran reposo apropiado en la tumba hasta la resurrección.
José embalsama a su padre por dignidad y preparar su cuerpo al prolongado viaje a la Tierra Prometida, la esperanza de Israel.
Piensen en la provisión de Dios aquí. Jacob quiere ser enterrado en Canaán y vive en el único lugar que sabe cómo preservar cuerpos. ¿Ven la providencia?

40 días para embalsamar, 70 días de luto, la nación entera llora al padre de su salvador hebreo. Luego Jacob es honrado en la muerte por el mismo Faraón.

7Entonces José subió a sepultar a su padre, y con él subieron todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; sólo dejaron a sus pequeños, sus ovejas y sus vacas en la tierra de Gosén. 9Subieron también con él carros y jinetes; y era un cortejo muy grande. 10Cuando llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí duelo con una grande y dolorosa lamentación; y José guardó siete días de duelo por su padre.
11Y cuando los habitantes de la tierra, los cananeos, vieron el duelo de la era de Atad, dijeron: Este es un duelo doloroso de los egipcios. Por eso llamaron al lugar Abel-mizraim [la pradera, duelo de Egipto], el cual está al otro lado del Jordán. 12Sus hijos, pues, hicieron con él tal como les había mandado; 13pues sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual Abraham había comprado de Efrón hitita, junto con el campo para posesión de una sepultura. 14Y después de sepultar a su padre, José regresó a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que habían subido con él para sepultar a su padre.

El tamaño del cortejo es majestuoso, digno de un rey. José, los oficiales de Faraón, los oficiales de su casa, los dignatarios egipcios de la corte, la familia cercana, la familia de su padre, carros, jinetes…

Muerte de José
15Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá José guarde rencor contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos.
16Entonces enviaron un mensaje a José, diciendo: Tu padre mandó antes de morir, diciendo: 17“Así diréis a José: ‘Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal.’” Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró cuando le hablaron.
18Entonces sus hermanos vinieron también y se postraron delante de él, y dijeron:
He aquí, somos tus siervos.
19Pero José les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.
21Ahora pues, no temáis; yo proveeré para vosotros y para vuestros hijos. Y los consoló y les habló cariñosamente.

Pero ahora los hermanos se preocupan, quizás el perdón de José era condicional, quizás fue solo para honrar a su padre y ahora que ya no está, bueno…
Los hermanos deciden enviar una comunicación prefabricada, ¡tratan a José como Dios, otorgándole derecho a perdonar! José llora. ¿Por qué llora?
Cuando los hermanos conocen la reacción de José entonces vienen en persona a ofrecerse como esclavos…
José rechaza jugar a Dios y les asegura que no tiene nada en su contra sino que Dios tornó su maldad para algo bueno. Además “yo seré guarda de ustedes” no como Caín.

José lloró por su padre y luego llora por sus hermanos quienes después de 17 años de experimentar la gentileza y perdón de su hermano todavía no creen que sea cierto y piensan en represalia. No han entendido lo que es el perdón y buscan maneras de cubrir sus culpas.
represalia
Del lat. mediev. reprensalia.
1. Respuesta de castigo o venganza por alguna agresión u ofensa.
2. Retención de los bienes de una colectividad con la cual se está en conflicto, o de sus individuos.
3. Medida o trato de rigor que, sin llegar a ruptura violenta de relaciones, adopta un Estado contra otro para responder a actos o determinaciones adversos de este.

La Escritura enseña que “el perfecto amor echa fuera el temor” pero los hermanos ni siquiera pueden ver el amor debido al peso de su culpa. José no presume estar en el lugar de Dios, solo Dios es quien administra justicia, solo Dios es quien obra lo justo.

Amadas, ¿cuántas podríamos decir como José “acaso estoy yo en lugar de Dios”? La respuesta a esta pregunta clave podría establecer el curso de nuestra vida.
A manera de ejercicio contrasten las vidas de Jacob y José y vean cómo contestaron esa preguntaron cada cual. ¿Acaso estoy yo en lugar de Dios [puedo confiar en Dios]?

22Y José se quedó en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.
23Y vio José la tercera generación de los hijos de Efraín; también los hijos de Maquir, hijo de Manasés, nacieron sobre las rodillas de José.
24Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os cuidará y os hará subir de esta tierra a la tierra que El prometió en juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25Luego José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os cuidará, y llevaréis mis huesos de aquí. 26Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.

El final de Génesis es el inicio. 430 años después, 2.5 millones de israelitas abandonaron Egipto. Alrededor del 50% de la población de Egipto de aquella época.
La promesa dada a Abraham una realidad, y contando.

¿Podemos confiar en Dios? Totalmente.

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan grande nube de testigos, gente de la cual el mundo no era digno… Abraham, Isaac, Jacob, José, Agar, Sara, Tamar, Raquel, Lea, Abel, todos ellos, testigos de la fidelidad de Dios, testigos de la carrera que tenemos por delante, despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos, puestos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe.

Vuelve y lee los comienzos: del pacto, la salvación, el evangelio, el sacrificio, el tiempo, el hombre, el pecado, tantos inicios en este libro, pero la pregunta principal del Libro de los Inicios es ¿qué ha iniciado en ti?

Según Hebreos, iniciar una revolución profunda, una fe arraigada y ferviente. De tu fe.
Y esta promesa: que Jesús, el autor y consumador de la fe, completará lo que ha iniciado en ti a medida que buscas primeramente el reino de Dios y su justicia, el testimonio de Su fidelidad de cara a la infidelidad humana y en ocasiones también frente a la fidelidad humana.

¿Que si podemos confiar en Dios? Totalmente.

Hebreos 11 Génesis
v.1-2 lo que hemos estudiado
v.3 Cap.1
v.4 Cap.4
v.5-6 Cap.5
v.7 Cap.6
v.8-10 Cap.12
v.11 Cap.21
v.17 Cap.22
v.18 Cap.27
v.20 Cap.47
v.22 Cap.50
v.38-39-40

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Apuntes a Génesis, 45:16 a 47:31

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TEMA X. JOSE GOBIERNA EGIPTO. Génesis 42 al 47
Génesis 45:16 a 47:31

16Cuando se oyó la noticia en la casa de Faraón, de que los hermanos de José habían venido, le agradó a Faraón y a sus siervos. 17Entonces Faraón dijo a José: Di a tus hermanos: “Haced esto: cargad vuestras bestias e id a la tierra de Canaán; 18y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí y yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.”
19Y a ti se te ordena decirles: “Haced esto: tomad carretas de la tierra de Egipto para vuestros pequeños y para vuestras mujeres, y traed a vuestro padre y venid. 20“Y no os preocupéis por vuestras posesiones personales, pues lo mejor de toda la tierra de Egipto es vuestro.”

Noten el deleite del Faraón al proveer autorización real a las palabras previas de José. ¿Por qué no? ¿Acaso no era un pequeño favor comparado con la salvación que este hombre había provisto a la nación?
Noten que Faraón hace mención de todos: incluso tus pequeños y tus mujeres, algo que ni el mismo José había hecho. El escritor de Génesis resalta la gratitud de este Faraón: ‘lo mejor de toda la tierra de Egipto es vuestro.” “Haced esto.”

21Y así lo hicieron los hijos de Israel; y José les dio carretas conforme a la orden de Faraón, y les dio provisiones para el camino. 22A todos ellos les dio mudas de ropa, pero a Benjamín le dio trescientas piezas de plata y cinco mudas de ropa. 23Y a su padre le envió lo siguiente: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de grano, de pan y de alimentos para su padre en el camino. 24Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban les dijo: No riñáis en el camino. 25Y subieron de Egipto y vinieron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob. 26Y le informaron, diciendo: José vive todavía, y es gobernante en toda la tierra de Egipto. Pero él se quedó atónito [su corazón languideció] porque no les podía creer.
27Pero cuando ellos le contaron todas las cosas [palabras] que José les había dicho, y cuando vio las carretas que José había enviado para llevarlo, el espíritu de su padre Jacob revivió.
28Entonces Israel dijo: Basta, mi hijo José vive todavía. Iré y lo veré antes que yo muera.

La brillante estrategia de José, retener su conocimiento en orden de probar y disciplinar a los hermanos, fue hecha de tal manera que incluso la audiencia -nosotros- dudamos de sus motivaciones. Noten cómo fue transformándose el sentido de grupo entre los hermanos, en lugar de agredir al hijo de Raquel (José) ahora se agrupan alrededor en su defensa (Benjamín); en lugar de continuar fríos e indiferentes con su padre, ahora son compasivos y generosos.
En el primer viaje, hace prisionero a Simeón para lograr que traigan a Benjamín. Pero al colocar el dinero en cada saco, literalmente José les ofrece la elección de regresar el dinero y garantizar la liberación del hermano, o quedarse con el dinero y dejar preso al otro.
En el segundo viaje, el mayordomo libera a Simeón después que los hermanos regresan el dinero (43:23). José vuelve a ponerlos a prueba al otorgar trato preferencial a Benjamín, pero los hermanos comen y beben con toda libertad, sin envidia.
En la tercera prueba, la prueba de lealtad final hacia un hermano necesitado. Benjamín aparece como culpable del robo de la copa de plata. Tanto José como su mayordomo aconsejan a los otros partir a Canaán e impedir que el resto de la familia sufra. Pero entonces Judá se ofrece como esclavo permanente en lugar de su hermano.

En retrospectiva es evidente que el duro trato de José sirvió para disciplinarlos y probarlos, no para ventilar venganza. Fue una misericordia severa, pero a través de ella confiesan su pecado y renuncian a sus malos caminos.
Confesar significa dar gloria a Dios al reconocer mi pecado y reconocer el derecho de Dios a castigarlo. A través de Judá, los hermanos reconocen su culpa corporativa (44:16) dando gloria a Dios. El clamor por Benjamín demuestra cuán sincera es su renuncia al agravio cometido.

Cuando se identifica como el hermano perdido de inmediato les asegura su buena voluntad aunque al final del libro los hermanos todavía cuestionan si es verdad.

Judá emerge como el líder indiscutible. Rubén ofreció la vida de sus hijos de manera cobarde y tonta; Judá pone su propia vida para garantizar la seguridad de Benjamín. El discurso de Judá a Jacob es respetuoso, sobrio, al punto, de tal modo que Jacob no tiene otro remedio que acceder ante la fuerza del argumento y deja ir a Benjamín.
El discurso de Judá ante José está lleno de verdad, proveniente del corazón de tal modo que capacita a José a desenmascarar su identidad, eliminar su disfraz egipcio y abrazar a sus hermanos.

Ambos, Judá y José prefiguran a Cristo.
En Egipto, todo el episodio gira acerca de la hospitalidad: otorgando lo mejor de la tierra y de su propiedad a una familia hambrienta y necesitada. La repetición de lo que se otorga e invitaciones hechas nos asegura que el Faraón y su PM satisfacer cada necesidad y alentarán la familia a emigrar.

46 1Y partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
2Y Dios habló a Israel en una visión nocturna, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. 3Y El dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí te haré una gran nación. 4Yo descenderé contigo a Egipto, y ciertamente, yo también te haré volver; y José cerrará tus ojos.
5Entonces Jacob partió de Beerseba; y los hijos de Israel llevaron a su padre Jacob, y a sus pequeños y a sus mujeres, en las carretas que Faraón había enviado para llevarlo.
6Y tomaron sus ganados y los bienes que habían acumulado en la tierra de Canaán y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con él: 7sus hijos y sus nietos con él, sus hijas y sus nietas; a toda su descendencia trajo consigo a Egipto.

Llegando a Beerseba Jacob ofrece sacrificios al Señor, designado aquí como el Dios de tu padre Isaac. Es interesante que el acto de adoración precede a la visión; es una expresión espontánea de gratitud por parte de Jacob.
No temas…” El Señor se identifica primero, le proporciona seguridad sobre un tema específico y le revela promesa. Pero entre líneas le dice que su viaje no es transitorio, si allí crecerás como nación pues… Por otra parte morirás ahí.
Jacob es la raíz de la nación a formar en la relativamente apartada región de Gosén, es decir fuera de las influencias que de otra manera pondrían en peligro su identidad.

8Estos son los nombres de los hijos de Israel, Jacob y sus hijos, que fueron a Egipto: Rubén, primogénito de Jacob.
9Los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.
10Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea. 11Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.
12Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara (pero Er y Onán murieron en la tierra de Canaán). Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.
13Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón.
14Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel.
15Estos son los hijos de Lea, los que le dio a luz a Jacob en Padán-aram, y además su hija Dina; todos sus hijos y sus hijas eran treinta y tres.
16Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli.
17Los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería y Sera, hermana de ellos. Y los hijos de Bería: Heber y Malquiel.
18Estos son los hijos de Zilpa, a quien Labán dio a su hija Lea, y que le dio a luz a Jacob estas dieciséis personas.
19Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín. 20Y a José, en la tierra de Egipto le nacieron Manasés y Efraín, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 21Los hijos de Benjamín: Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22Estos son los hijos de Raquel, que le nacieron a Jacob; catorce personas en total. 23Los hijos de Dan: Husim. 24Los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem.
25Estos son los hijos de Bilha, a quien Labán dio a su hija Raquel, y que ella le dio a luz a Jacob; en total siete personas.
26Todas las personas de la familia de Jacob, que vinieron a Egipto, descendientes directos suyos, no incluyendo las mujeres de los hijos de Jacob, eran en total sesenta y seis personas. 27Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, eran dos: todas las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto, eran setenta.

HIJOS DE LEA:
Rubén y 4 hijos………….. 5
Simeón y 6 hijos………… 7
Leví y 3 hijos……………. 4
Judá, 3 hijos, 2 nietos…. 6
Isacar y 4 hijos…………. 5
Zabulón y 3 hijos………. 4
Dina……………………… 1
Jacob……………………. 1
subtotal…………. 33

HIJOS DE ZILPA:
Gad y 7 hijos…… 8
Aser, 4 hijos, 1 hija, 2 nietos… 8
subtotal….. 16

HIJOS DE RAQUEL:
José y 2 hijos…….….. 3
Benjamín y 10 hijos.…11
subtotal….. 14

HIJOS DE BILHA:
Dan y 1 hijo…….. 2
Neftalí y 4 hijos….5
subtotal….7

SUMA TOTAL: 70

71 en realidad, pues Dios iba con ellos.

28Y Jacob envió a Judá delante de sí a José, para indicar delante de él el camino a Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29Y José unció su carro y subió a Gosén para ir al encuentro de su padre Israel; y apenas lo vio, se echó sobre su cuello y lloró largamente sobre su cuello. 30Entonces Israel dijo a José: Ahora ya puedo morir, después que he visto tu rostro y sé que todavía vives.
31Y José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón, y le diré: “Mis hermanos y la familia de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí; 32y los hombres son pastores de ovejas, pues son hombres de ganado; y han traído sus ovejas y sus vacas, y todo lo que tienen.”
33Y sucederá que cuando Faraón os llame y os diga: “¿Cuál es vuestra ocupación?”, 34vosotros responderéis: “Tus siervos han sido hombres de ganado desde su juventud hasta ahora, tanto nosotros como nuestros padres”, a fin de que habitéis en la tierra de Gosén; porque para los egipcios todo pastor de ovejas es una abominación.

José claramente ansioso por ver a su padre no espera a que llegue, va a su encuentro, como Jesús en la parábola de los dos hijos (Lucas 15:20). Jacob, Israel ahora, nos recuerda el encuentro de Simón en el templo, sin embargo vivirá 17 años más luego de este reencuentro feliz.
Posterior, José prepara a su familia para el encuentro con Faraón, anticipa posibles preguntas y les ofrece posibles respuestas, auto designándose como siervos, ganaderos por generaciones.
José alienta a su familia hacia la honestidad, con inteligencia.

47 1Entonces José vino e informó a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas, sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán; y he aquí, están en la tierra de Gosén. 2Y tomó cinco hombres de entre sus hermanos, y los presentó delante de Faraón. 3Entonces Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestra ocupación? Y ellos respondieron a Faraón: Tus siervos son pastores de ovejas, tanto nosotros como nuestros padres. 4Dijeron también a Faraón: Hemos venido a residir en esta tierra, porque no hay pasto para los rebaños de tus siervos, pues el hambre es severa en la tierra de Canaán. Ahora pues, permite que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.
5Y Faraón dijo a José: Tu padre y tus hermanos han venido a ti; 6la tierra de Egipto está a tu disposición. En lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; que habiten en la tierra de Gosén, y si sabes que hay hombres capaces entre ellos, ponlos a cargo de mi ganado.

¡Cuán correcto estaba José en su suposición! El Faraón inicia la conversación con una pregunta. Escoge cinco de sus hermanos, no sabemos quienes, pero noten sus respuestas: medalaganarias a la máxima expresión. Pastores de ovejas (sabiendo que el término era abominación), venido a residir (porque no teníamos otra opción), queremos ser jefes (de tu ganado en Gosén; la terminología sugiere que lo mejor del ganado egipcio pastaba en Gosén). Ni siquiera mencionan a José, o la invitación de su hermano, o del mismo Faraón.
Nos trajo la necesidad.
¡Y Faraón consiente! Este hombre fue magnánimo. Evidencia de su benignidad hacia José.

7José trajo a su padre Jacob y lo presentó a Faraón; y Jacob bendijo a Faraón. 8Y Faraón dijo a Jacob: ¿Cuántos años tienes? 9Entonces Jacob respondió a Faraón: Los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los años de mi vida, y no han alcanzado a los años que mis padres vivieron en los días de su peregrinación. 10Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de su presencia.
11Así, pues, José estableció allí a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramsés, como Faraón había mandado. 12Y proveyó José de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de sus hijos.

Faraón ha enriquecido la familia de Jacob. La respuesta apropiada es bendecir a Faraón. He aquí uno de los pocos pasajes en Génesis donde tanto el sujeto como el objeto de la bendición son seres humanos.
Faraón no pregunta la ocupación de Jacob, sino su edad, quizás le pareció muy viejo.
Lo interesante es la respuesta de Jacob, ha vivido 130 años y vivirá 17 más, en total 147. ¿Pocos y malos? Es verdad que Isaac vivió 180 y Abraham 175, pero…!
Sin embargo Jacob habla de “peregrinación” y además provee información no solicitada: un resumen autobiográfico de su vida, justo la clase de información que un extraño no comparte y mucho menos delante de un Faraón.

La Escritura no revela comentario alguno. Jacob bendice otra vez al Faraón y sale, como si Jacob hubiera terminado la conversación, junto con los cinco hijos acompañantes.
José establece a la familia en la tierra de Ramsés (Exodo 1:11; 12:37; Números 33:3,5), al noreste del Nilo. Ramsés = Re la creó.

13No había alimento en toda la tierra, de modo que el hambre era muy severa, y la tierra de Egipto y la tierra de Canaán languidecían a causa del hambre. 14Y José recogió todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán a cambio del grano que le compraban, y José trajo el dinero a la casa de Faraón.
15Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todos los egipcios vinieron a José, diciendo: Danos alimento, pues ¿por qué hemos de morir delante de ti?, ya que nuestro dinero se ha acabado.
16Entonces José dijo: Entregad vuestros ganados y yo os daré pan por vuestros ganados, puesto que vuestro dinero se ha acabado. 17Trajeron, pues, sus ganados a José, y José les dio pan a cambio de los caballos, las ovejas, las vacas y los asnos; aquel año les proveyó de pan a cambio de todos sus ganados.
18Y terminado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubriremos a mi señor que el dinero se ha acabado, y que el ganado pertenece a mi señor. No queda nada para mi señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19¿Por qué hemos de morir delante de tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra a cambio de pan, y nosotros y nuestra tierra seremos siervos de Faraón. Danos, pues, semilla para que vivamos y no muramos, y no quede la tierra desolada.

José establece reformas severas, de tipo feudal.
A cambio de dinero les proveyó raciones.
A cambio del ganado les proveyó alimentos.
A cambio de tierras y personas les proveyó semillas.
Excepto la clase sacerdotal, todo lo demás pasó a manos del Faraón.

Las primeras dos medidas aliviaron necesidades inmediatas. La última para necesidades futuras. Parecerían medidas drásticas, poco éticas, pero si analizan vean que José permite recuperar el 80% de la cosecha y solo un 20% es para el Faraón. Egipto fue esclavizado, pero salvaron su vida. Para el estándar oriental de la época lo usual era 33 y ⅓ % de interés, un 20% era bajo.

27E Israel habitó en la tierra de Egipto, en Gosén; y adquirieron allí propiedades y fueron fecundos y se multiplicaron en gran manera. 28Y Jacob vivió en la tierra de Egipto diecisiete años; así que los días de Jacob, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años. 29Cuando a Israel se le acercó el tiempo de morir, llamó a su hijo José y le dijo: Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon ahora tu mano debajo de mi muslo y trátame con misericordia y fidelidad: Por favor, no me sepultes en Egipto. 30Cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.
Y José respondió: Haré según tu palabra. 31Y Jacob dijo: Júramelo. Y se lo juró. Entonces Israel se inclinó en adoración en la cabecera de la cama.

Jacob sobrepasó el promedio de vida egipcio por mucho. Usual 110 años, Jacob llegó hasta 147, sobrepasó 37 años. José queda a cargo de cumplir la voluntad de Jacob respecto a su entierro, probablemente porque tiene el poder y porque Jacob mismo lo anticipa al reconocer su dependencia de José.

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x

Apuntes a Génesis, 44:18 a 45:15

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TEMA X. JOSE GOBIERNA EGIPTO. Génesis 42 al 47
Génesis 44:18-45:15

18Entonces Judá se le acercó, y dijo: Oh señor mío, permite a tu siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, pues tú eres como Faraón mismo. 19Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: “¿Tenéis padre o hermano?” 20Y respondimos a mi señor: “Tenemos un padre ya anciano y un hermano pequeño, hijo de su vejez. Y su hermano ha muerto, así que sólo queda él de los hijos de su madre, y su padre lo ama.” 21Entonces tú dijiste a tus siervos: “Traédmelo para que yo lo vea.” 22Y nosotros respondimos a mi señor: “El muchacho no puede dejar a su padre, pues si dejara a su padre, éste moriría.” 23Tú, sin embargo, dijiste a tus siervos: “Si vuestro hermano menor no desciende con vosotros, no volveréis a ver mi rostro.”
24Aconteció, pues, que cuando subimos a mi padre, tu siervo, le contamos las palabras de mi señor. 25Y nuestro padre dijo: “Regresad, compradnos un poco de alimento.”
26Mas nosotros respondimos: “No podemos ir. Si nuestro hermano menor va con nosotros, entonces iremos; porque no podemos ver el rostro del hombre si nuestro hermano no está con nosotros.”
27Y mi padre, tu siervo, nos dijo: “Vosotros sabéis que mi mujer me dio a luz dos hijos; 28el uno salió de mi lado, y dije: ‘Seguro que ha sido despedazado’, y no lo he visto desde entonces. 29“Y si también os lleváis a éste de mi presencia, y algo malo le sucede, haréis descender mis canas con dolor al Seol.”
30Ahora pues, cuando yo vuelva a mi padre, tu siervo, y el muchacho no esté con nosotros, como su vida está ligada a la vida del muchacho, 31sucederá que cuando él vea que el muchacho no está con nosotros, morirá. Así pues, tus siervos harán descender las canas de nuestro padre, tu siervo, con dolor al Seol.
32Porque yo, tu siervo, me hice responsable del muchacho con mi padre, diciendo: “Si no te lo traigo, que lleve yo la culpa delante de mi padre para siempre.” 33Ahora pues, te ruego que quede este tu siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos.
34Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?

El discurso humano más largo de Génesis. En vv.18-32 comprime nueve diálogos previos, y en vv.33-34 habla del momento presente. Judá es muy cuidadoso en su lenguaje, sigue el protocolo en todo momento (tu siervo, tus siervos), le sugiere a José que su insistencia de conocer al menor ha sido un tanto egoísta, que su padre es incapaz de sobrevivir sin el muchacho y solo hasta el final evidencia su propia participación como garante de la seguridad de Benjamín.

El clímax es su propuesta de quedarse él, Judá, en lugar de Benjamín. ¡Vaya metamorfosis espiritual de este Judá! El mismo hombre endurecido que dirigió la venta del hermano, lleno de ira y envidia, ahora está dispuesto a servir como esclavo de José para que el resto de sus hermanos, en especial de Benjamín, puedan ser libres y volver a Canaán. Noten lo increíble del argumento: ¡utiliza el favoritismo de Jacob como razón para su auto sacrificio!
Una prueba de amor filial tan irresistible que finalmente rompe el dique de las defensas de José.

45 1José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él, y exclamó: Haced salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. 2Y lloró tan fuerte que lo oyeron los egipcios, y la casa de Faraón se enteró de ello. 3José dijo a sus hermanos: Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre? Pero sus hermanos no podían contestarle porque estaban atónitos delante de él.
4Y José dijo a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto.
5Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros. 6Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega.
7Y Dios me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida mediante una gran liberación.
8Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios; y El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.

El discurso de Judá prueba sin lugar a dudas que los hermanos son ahora motivados por el amor de unos para con otros, integridad para con sí mismos y de unos para con otros.
Que los ocupantes de la casa de Faraón escucharan sus lloros significa que la casa de José estaba muy cercana a la de Faraón.
Pero los hermanos están chocados, atónitos, incapaces de responder las preguntas de José. Este quiere saber de su padre otra vez, si efectivamente vive, y afirma algo que solo ellos y el mismo José saben: vosotros me vendisteis a Egipto.
Pero de inmediato ofrece consuelo. Les explica que “Dios me envió delante, para preservar sus vidas.” Porque faltan cinco años de hambruna.

El concepto del v.5 es el razonamiento de José, producto de sus experiencias, percibidas paso a paso a lo largo de su vida. No amonesta, dirige la mirada de los hermanos hacia la gracia de Dios (Números 21:8-9). Si analizamos, hasta ahora no hay indicios que nos hagan pensar que José tenía esta perspectiva cuando llegó a Egipto. No, fue creciendo en fe, en conocimiento y estatura y gracia, al modelo futuro de Cristo. No tenía esta convicción cuando llegó a Egipto con 17 años. Doctrina de la santificación progresiva.
Ahora tiene 39 años de edad.

La doctrina del remanente. José percibe que hay mucho más que la supervivencia familiar en juego. Se trata de la supervivencia del plan de redención anunciado a Abraham. Esta doctrina se convertirá en el tema principal de los Profetas, Dios preservará un remanente del cual vendrá el Mesías. El remanente, junto al Mesías, gobernará la tierra (Miqueas 4-5). En la actualidad Dios tiene un remanente étnico israelita dentro de la Iglesia y Pablo implica que el día vendrá cuando el Israel étnico participará en el nuevo pacto establecido mediante la sangre de Cristo (Romanos 11:1-27).
Observen el lugar central de Dios en el pensamiento de José, habla más de Dios que del mismo José.

remanente
Del lat. remănens, -entis, part. act. de remanēre ‘quedar’.
1. Que queda o sobra.
2. Parte que queda de algo.
El término denota descendientes que sobreviven una gran catástrofe. La metáfora incompleta significa que el embrión de nación “al escapar en estrecho es como un remanente que lleva la semilla de esperanza de su existencia futura.”

9Daos prisa y subid adonde mi padre, y decidle: “Así dice tu hijo José: ‘Dios me ha hecho señor de todo Egipto; ven a mí, no te demores. 10‘Y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tus vacas y todo lo que tienes. 11‘Allí proveeré también para ti, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no pases hambre tú, tu casa y todo lo que tienes.’”
12Y he aquí, vuestros ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que os habla. 13Notificad, pues, a mi padre toda mi gloria en Egipto y todo lo que habéis visto; daos prisa y traed aquí a mi padre.
14Entonces se echó sobre el cuello de su hermano Benjamín, y lloró; y Benjamín también lloró sobre su cuello. 15Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.

¡Quizás los hermanos crean estar alucinando! José inicia el mensaje a su padre Jacob naturalmente mencionando a Dios en primer lugar, le informa que sus canas bajarán a vida, no al Seol como creyó, que encontrará favor y compasión, en todo momento dando crédito a Dios.
Respecto a Gosén, el nombre parece ser de origen semita, no egipcio. Gosén es un distrito localizado al este en el delta del Nilo.
Noten que los hermanos siguen mudos. Finalmente José se acerca, los abraza, los besa, llora con ellos y entonces “sus hermanos hablaron con él” señal de restauración de la brecha que existía desde 37:4 cuando “no podían hablarle amistosamente.”

La escena expone la anatomía de la reconciliación:
1) Lealtad a un miembro de la familia en necesidad, aún cuando él o ella parezcan culpables;
2) Dar gloria a Dios al reconocer el pecado y las consecuencias;
3) Pasar por alto la ofensa (favoritismo en este caso);
4) Ofrecerse uno para salvar al otro;
5) Demostrar verdadero amor mediante actos concretos de sacrificio y crear un contexto de confianza;
6) Descartar control y el poder del conocimiento en favor de intimidad;
7) Abrazar la compasión profunda, sentimientos de ternura, sensibilidad y perdón;
8) Restaurar comunicación unos con otros

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Apuntes a Génesis, 43:1 a 44:17

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TEMA X. JOSE GOBIERNA EGIPTO. Génesis 42 al 47
Génesis 43:1-33; 44:1-17

43 1Y el hambre iba agravándose en la tierra. 2Y sucedió que cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: Volved allá y compradnos un poco de alimento. 3Pero Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre claramente nos advirtió: “No veréis mi rostro si vuestro hermano no está con vosotros.”
4Si envías a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y compraremos alimento; 5pero si no lo envías, no descenderemos; porque el hombre nos dijo: “No veréis mi rostro si vuestro hermano no está con vosotros.”
6Entonces Israel respondió: ¿Por qué me habéis tratado tan mal, informando al hombre que teníais un hermano más? 7Pero ellos dijeron: El hombre nos preguntó específicamente acerca de nosotros y nuestros familiares, diciendo: “¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano?” Y nosotros contestamos sus preguntas. ¿Acaso podíamos nosotros saber que él diría: “Traed a vuestro hermano”?
8Y Judá dijo a su padre Israel: Envía al muchacho conmigo, y nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros como tú y nuestros pequeños. 9Yo me haré responsable de él; de mi mano lo demandarás.
Si yo no te lo vuelvo a traer y lo pongo delante de ti, que lleve yo la culpa para siempre delante de ti; 10porque si no hubiéramos perdido tiempo, sin duda ya habríamos vuelto dos veces.

Como si nada, Jacob pide a sus hijos que regresen a Egipto a comprar alimento (un poco más de granos), como si Egipto estuviera al final de la cuadra. ¿Habrá olvidado el ultimátum que recibió de “aquel hombre”?
Judá sale al frente y confronta a su padre, le recuerda las normas establecidas por el “egipcio.” Aquel hombre tiene el control. Judá es el hijo mayor que mantiene prestancia delante de Jacob; recordemos que Jacob desechó a Rubén y su débil garantía y Simeón está preso en Egipto. De ahora en adelante Judá y su tribu tomará prominencia en Israel (49:8-10; Mateo 1:2,17; Lucas 3:23,33).
Judá no usurpará a su padre. Los hermanos no van a raptar a Benjamín y salir huyendo.
Argumenta con solidez: “si nos quedamos en Canaán, moriremos tú, tus hijos y tus nietos (tres generaciones); si viajamos a Egipto, con o sin Benjamín, tenemos posibilidades. Decide.”

Sabiamente habla de Benjamín como “el muchacho” apelando al corazón de Jacob. Benjamín no es un adolescente. José tiene al menos 37 años, Benjamín un poco menos, aunque soltero. Judá sabe que no hay alternativa, pero razona con su padre y le ofrece seguridad en caso de que le sucediera cualquier cosa al muchacho.
Finalmente, por un instante Judá se impacienta y en esencia amonesta a su padre por su morosidad para actuar, utilizando una hipérbole sarcástica.

morosidad
Del lat. morosĭtas, -ātis.
1. Lentitud, dilación, demora.
2. Falta de actividad o puntualidad.

procrastinar
Del lat. procrastināre.
Diferir, aplazar.

hipérbole
Del lat. hyperbŏle, y este del gr. ὑπερβολή hyperbolḗ.
1. Aumento o disminución excesiva de aquello de que se habla.
2. Exageración de una circunstancia, relato o noticia.

11Entonces su padre Israel les dijo: Si así tiene que ser, haced esto: tomad de los mejores productos de la tierra en vuestras vasijas, y llevad a aquel hombre como presente un poco de bálsamo y un poco de miel, resina aromática, mirra, nueces y almendras. 12Y tomad doble cantidad de dinero en vuestra mano, y llevad de nuevo en vuestra mano el dinero que fue devuelto en la boca de vuestros costales; tal vez fue un error.
13Tomad también a vuestro hermano, levantaos y volved a aquel hombre; 14y que el Dios Todopoderoso [El Shaddai] os conceda misericordia ante aquel hombre para que ponga en libertad al otro hermano vuestro y a Benjamín. En cuanto a mí, si he de ser privado de mis hijos, que así sea.

Jacob cede y decide enviarlos con regalos y doble cantidad de dinero (etiqueta y protocolo, pero además restitución). La miel es silvestre, como la que se da en rocas (Deuteronomio 32:13), en árboles (1 Samuel 14:25-26) y en esqueletos de animales (Jueces 14:8). Fuente básica para endulzar, altamente apreciada, considerada también medicinal, buen regalo. Un egipcio seguro la agradecería en tiempos de hambre.

Jacob utiliza el título de El Shaddai, Dios Todopoderoso, en alusión a las promesas del pacto (17:1). Se resigna a su destino pero no como antes, sino reconociendo que El Shaddai es quien tiene la decisión final.

15Tomaron, pues, los hombres este presente, y tomaron doble cantidad de dinero en su mano y a Benjamín, y se levantaron y descendieron a Egipto y se presentaron delante de José.
16Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa: Haz entrar a estos hombres a casa, y mata un animal y prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía. 17El hombre hizo como José le dijo, y llevó a los hombres a casa de José.
18Y los hombres tenían miedo porque eran llevados a casa de José y dijeron: Por causa del dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez hemos sido traídos aquí, para tener pretexto contra nosotros y caer sobre nosotros y tomarnos por esclavos con nuestros asnos.
19Entonces se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa, 20y dijeron: Oh señor mío, ciertamente descendimos la primera vez para comprar alimentos; 21y sucedió que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí, el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, todo nuestro dinero. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano. 22También hemos traído otro dinero en nuestra mano para comprar alimentos; no sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales.
23Y él dijo: No os preocupéis [la paz sea con vosotros], no temáis. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os ha dado ese tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Entonces les sacó a Simeón.
24Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies; y dio forraje a sus asnos. 25Entonces prepararon el presente para la venida de José al mediodía; pues habían oído que iban a comer allí.

Noten el paralelo de las acciones de José con el padre de la parábola del hijo pródigo cuando al regreso del hijo da la orden de “traer el becerro gordo y matarlo” (Lucas 15:23). Aquí tenemos 11 hombres que han soportado años de hambre, y que de repente se hallan invitados a un banquete.
Atemorizados es la palabra, cero gratitud. Para un culpable, hasta la hospitalidad resulta ominosa. Ni siquiera se les ocurre que José tiene el suficiente poder para arrestarlos en el acto, ¡sin tener que fingir una invitación!
El mayordomo es quien literalmente les dice “shalom” y repite no temáis. Los hermanos se atropellan, hablan a coro, proclaman inocencia y adelantan información que nadie les ha solicitado. Lo interesante es que para nada tocan el tema de Benjamín.

Algo más, el mayordomo habla de tesoro, no de dinero. Liberta a Simeón y curiosamente no encontramos ninguna evidencia de reunión feliz.

26Cuando José regresó a casa, le trajeron el presente que tenían en su mano a la casa y se postraron ante él en tierra.
27Entonces él les preguntó cómo se encontraban, y dijo: ¿Cómo está vuestro anciano padre de quien me hablasteis? ¿Vive todavía? 28Y ellos dijeron: Tu siervo nuestro padre está bien; todavía vive. Y ellos se inclinaron en reverencia. 29Al alzar él sus ojos y ver a su hermano Benjamín, hijo de su madre, dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor de quien me hablasteis? Y dijo: Dios te imparta su favor, hijo mío.
30Y José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó donde llorar; y entró en su aposento y lloró allí. 31Después se lavó la cara y salió, y controlándose, dijo: Servid la comida.
32Y le sirvieron a él aparte, y a ellos aparte, y a los egipcios que comían con él, también aparte; porque los egipcios no podían comer con los hebreos, pues esto es abominación para los egipcios.
33Y los sentaron delante de él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el más joven conforme a su juventud, y los hombres se miraban unos a otros con asombro. 34El les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se alegraron con él.

José regresa a casa, ellos lo siguen en silencio y entregan los regalos, que no vuelven a ser mencionados en todo el relato. Los 11 hermanos se postran ante José, cumpliendo así el primero de sus sueños.
Al preguntar por su padre, los hermanos identifican a Jacob como “tu siervo nuestro padre” en un gesto de dependencia. Luego José reconoce a Benjamín y lo bendice como lo haría un hombre de autoridad a un inferior. Con todo, la emoción lo traiciona.
Quienes ocupan puestos de autoridad no lloran en público, aunque hagan llorar a otros.

Mientras que los canaanitas estaban dispuestos a integrar y absorber al pueblo de Israel, los egipcios los desdeñaban. El matrimonio de Judá en Génesis 38 mostró el peligro del sincretismo canaanita al embrión de familia israelita.

sincretismo
Del gr. συγκρητισμός synkrētismós ‘coalición de dos adversarios contra un tercero’.
1. Combinación de distintas teorías, actitudes u opiniones.
2. Sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes.
3. Expresión en una sola forma de dos o más elementos lingüísticos diferentes.

La segregación cultural egipcia viene a garantizar que el embrión de nación pueda desarrollarse dentro de sus límites.

La comida es servida a tres grupos diferentes: José, los hermanos, y a los colegas egipcios de José. Pero están cercanos, pues podían “pasar” la comida. El asombro de los hermanos se aplica también a los colegas egipcios, viendo la hospitalidad de José extendida a semejantes extranjeros.

¿Cómo entender el tamaño de la porción de Benjamín? Tal parece que José prueba el celo de los hermanos con un toque de favoritismo. Un banquete, comieron y bebieron y se alegraron con él.

44 1Entonces José ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal. 2Y mi copa, la copa de plata, ponla en la boca del costal del menor, con el dinero de su grano. Y él hizo conforme a lo que había dicho José.
3Al rayar el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos. 4Cuando habían salido ellos de la ciudad, y no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: Levántate, sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: “¿Por qué habéis pagado mal por bien? 5“¿No es esta la copa en que bebe mi señor, y que de hecho usa para adivinar?
Obrasteis mal en lo que hicisteis.”

Ahora es el turno de Benjamín. A estas alturas el mayordomo debe estar consciente de que José anda detrás de algo grande, con el misterio del dinero en los sacos, el prisionero, las idas y venidas, etc. ¿Y ahora la copa de plata en el saco del menor?
Cuando el mayordomo investigue los sacos todos parecerán culpables de robo; sin embargo el hombre los exonerará de cargos excepto a Benjamín. Si los hermanos tuvieran motivaciones egoístas, no el bien de la familia, se les ofrece razón para liberarse de esclavitud y abandonar a Benjamín.
¿Serán leales al hermano de José aunque parezca culpable de robo?
¿O lo abandonarán en Egipto como lo hicieron con el inocente José?

Las copas de adivinación se consideraban especiales. Las técnicas o formas de adivinación comunes se conocían como hidromancia (verter agua sobre aceite), oleomancia (aceite sobre agua), enomancia (vino sobre otro líquido). Se estudiaban los patrones de superficie formados y el practicante adivinaba el futuro, el problema, la verdad, etc. Pero José recibía revelación solamente de Dios.

Comer con hebreos era anatema para los egipcios. Intentar conocer la voluntad de una deidad estudiando el movimiento del aceite y del agua no lo era. El primer punto era abominación para un egipcio (43:32). El segundo era abominación para los hebreos (Levítico 19:26: Números 23:23; Deuteronomio 18:10).
Años después los hebreos se “hicieron egipcios” en su actitud de comer con otros. ¿Recuerdan la sorpresa de la mujer samaritana? (Juan 4:9) Pero ni los egipcios ni nadie en la antigüedad se “hicieron hebreos” en el sentido de repudiar técnicas de adivinación.

6Así que los alcanzó, les dijo estas palabras. 7Y ellos le dijeron: ¿Por qué habla mi señor de esta manera? Lejos esté de tus siervos hacer tal cosa. 8He aquí, el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer de la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, habíamos de robar de la casa de tu señor plata u oro? 9Aquel de tus siervos que sea hallado con ella, que muera, y también nosotros entonces seremos esclavos de mi señor.
10Y él dijo: Sea ahora también conforme a vuestras palabras; aquel que sea hallado con ella será mi esclavo, y los demás de vosotros seréis inocentes.
11Ellos se dieron prisa; cada uno bajó su costal a tierra, y cada cual abrió su costal.
12Y él registró, comenzando con el mayor y acabando con el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudad.
14Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él. 15Y José les dijo: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo puede ciertamente adivinar?
16Entonces dijo Judá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Dios ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue encontrada la copa.
17Mas él respondió: Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre.

Los hermanos niegan enfáticamente y llegan al punto de ofrecer un juramento de muerte, que el mayordomo delicadamente cambia por esclavitud. Cuando finalmente la copa es hallada en el saco de Benjamín ¡los hermanos no dicen ni media palabra! Rasgaron sus vestidos y no abandonaron a su hermano, todos regresan a Egipto.

Es la tercera vez que son admitidos a la presencia de José, pero esta vez echan por tierra toda cortesía y caen a tierra delante de él. ¡Cuán difícil debe haber sido para José mantener la compostura!

Judá elabora un primer discurso a nombre de todos. Uno es culpable, pero todos pagamos, dice Judá. Sin embargo él sabe que no es culpable de robo de copa alguna. Al hablar, confiesa su dilema como debido al juicio de Dios por culpas pasadas, merecen lo que está sucediendo aún cuando no son culpables de este crimen particular. El énfasis radica en la justicia de Dios: los errores serán retribuidos, de alguna manera, alguna vez.

José, sin embargo, rechaza la proposición de Judá: esclavizar al inocente con el culpable, o condonar culpa por asociación sería violación de la ley divina. Solo uno es culpable, el resto es libre de irse.
¿Dejarán preso a Benjamín y regresarán a Canaán? ¿Tendrán compasión del padre y lealtad hacia Benjamín?

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Apuntes a Génesis, 42:1-38

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TEMA X. JOSE GOBIERNA EGIPTO. Génesis 42 al 47

Génesis 42:1-38

Luego de la exaltación de José en Egipto la historia regresa a Jacob, quien lleva alrededor de 20 años en Canaán. La profecía original dada a José será prontamente cumplida: 1) por los diez hermanos (42:1-38); 2) por ellos y Benjamín el menor (43:1 a 45:28); 3) por los 11 hermanos y Jacob (46:1-27).

42 1Viendo Jacob que había alimento en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? 2Y dijo: He aquí, he oído que hay alimento en Egipto; descended allá, y comprad de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos. 3Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto. 4Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda algo malo. 5Y fueron los hijos de Israel con los que iban a comprar grano, pues también había hambre en la tierra de Canaán.

Cuando el episodio de Dina, los hijos de Jacob se enojaron con el padre por su falta de voluntad para actuar. Ahora es Jacob quien muestra turbación ante la inoperancia e incompetencia de sus hijos; una familia disfuncional, incapaz de ayudarse unos a otros.
El escritor habla ahora de “los 10 hermanos de José” en lugar de “los hijos de Jacob” en preparación para la escena que vendrá, es interesante que no hay protestas, quejas, ni siquiera una palabra; obediencia pasiva, en silencio, arman el viaje a Egipto.
Vean que Jacob reemplazó a José con Benjamín, los otros son “gastables” pero nada malo puede pasarle a Benjamín.

6Y José era el que mandaba en aquella tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se postraron ante él rostro en tierra. 7Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.
8José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido.
9José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Sois espías; habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra. 10Entonces ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos.

Para preservar sus vidas, sin saberlo, los hermanos comienzan a cumplir el sueño de José (37:5-7). José es el gobernador (administrador), y el que dispensa las provisiones (el financiero). Hay varias razones por qué los hermanos no le reconocieron: asumían que había muerto; estaba afeitado; les habla a través de un intérprete; viste como egipcio; tiene nombre egipcio. Pero lo más importante es que lo verdadero a nivel físico es también real a nivel espiritual: la falla de los hermanos radica en su falla para reconocer al José que Dios estaba preparando que fuese. Los hermanos carecen de conocimiento y de discernimiento.
¿Y José? ¿Qué piensa en su interior?
José mantiene el poder de conocimiento para sí mismo. Alguien que vende a su hermano como esclavo no es de confianza; es mejor retener esta clase de poder sobre ese alguien.

José había olvidado aflicciones, pero ahora recuerda sus sueños. Observa que solo hay diez hermanos presentes. ¿Dónde está el 11?
Así como planificó una estrategia basado en el sueño de Faraón, ahora comienza a desarrollar una estrategia para salvar a su familia física y espiritualmente.

Acusa a sus hermanos de ser espías. Sugiere que han venido a conocer las debilidades de Egipto. Acusación que repetirá cuatro veces, hasta llevarlos al paroxismo y romper su resistencia.

11Todos nosotros somos hijos de un mismo padre; somos hombres honrados, tus siervos no son espías. 12Pero él les dijo: No, sino que habéis venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra. 13Mas ellos dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe. 14Y José les dijo: Es tal como os dije: sois espías. 15En esto seréis probados; por vida de Faraón que no saldréis de este lugar a menos que vuestro hermano menor venga aquí. 16Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras vosotros quedáis presos, para que sean probadas vuestras palabras, a ver si hay verdad en vosotros. Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente sois espías. 17Y los puso a todos juntos bajo custodia por tres días.

Por primera vez los hermanos dicen la verdad. Niegan con vehemencia y añaden detalles creyendo que les dará mayor credibilidad cuando en realidad le están dando a José la información que necesita.
Para afirmar su seriedad, José encarcela a los hermanos por tres días: culpables hasta no probar su inocencia.

18Y José les dijo al tercer día: Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios: 19si sois hombres honrados, que uno de vuestros hermanos quede encarcelado en vuestra prisión; y el resto de vosotros, id, llevad grano para el hambre de vuestras casas; 20y traedme a vuestro hermano menor, para que vuestras palabras sean verificadas, y no moriréis. Y así lo hicieron.
21Entonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
22Y Rubén les respondió, diciendo: ¿No os dije yo: “No pequéis contra el muchacho” y no me escuchasteis? Ahora hay que rendir cuentas por su sangre.
23Ellos, sin embargo, no sabían que José los entendía, porque había un intérprete entre él y ellos. 24Y se apartó José de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos.

25José mandó que les llenaran sus vasijas de grano y que devolvieran el dinero a cada uno poniéndolo en su saco, y que les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos. 26Ellos, pues, cargaron el grano sobre sus asnos, y partieron de allí.

Les da a probar durante tres días lo que él pasó ¡13 años! Observen la razón para revertir su plan: “yo temo a Dios.” José planta en la mente de sus hermanos la posibilidad de que también ellos teman a Dios, de que haya conciencia común de proveer al hambriento y proteger al indefenso.
Su cambio de planes, uno se queda y nueve se van, revela que él teme a Dios y no es alguien motivado por deseo de venganza. Sabe, además, que la cantidad de grano comprada no les alcanzará para el tiempo de hambruna, tendrán que regresar por más y traer a Benjamín.

El diálogo interno entre los hermanos revela que ellos conocían la doctrina de la retribución. Y ahora vemos que José no aceptó pasivamente su suerte sino que imploró y lloró ante la indiferencia de ellos. Rubén tiene buena memoria, pero ¿hasta qué punto su argumento es para colocarse fuera de la candidatura a quedarse en Egipto?
José escoge a Simeón, quizás por su reputación de hombre cruel (34:25; 49:5-7).
De las tres órdenes finales, una es para sus necesidades futuras (las vasijas), otra para las inmediatas (provisiones para el camino), pero la segunda orden (devolver el dinero) tuvo que cumplirse en secreto porque José prueba la lealtad de sus hermanos a Simeón.

Conoce a sus hermanos. A él lo vendieron por dinero. ¿Aceptarán el dinero e ignorarán a Simeón? ¿O les importará la liberación del hermano y por ende la salvación futura del hambre familiar?

27Y cuando uno de ellos abrió su saco para dar forraje a su asno en la posada, vio que su dinero estaba en la boca de su costal. 28Entonces dijo a sus hermanos: Me ha sido devuelto mi dinero, y he aquí, está en mi costal. Y se les sobresaltó el corazón, y temblando se decían el uno al otro: ¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?

29Cuando llegaron a su padre Jacob en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido: 30El hombre, el señor de aquella tierra, nos habló duramente y nos tomó por espías del país. 31Pero nosotros le dijimos: “Somos hombres honrados, no somos espías. 32“Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno ya no existe, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.” 33Y el hombre, el señor de aquella tierra, nos dijo: “Por esto sabré que sois hombres honrados: dejad uno de vuestros hermanos conmigo y tomad grano para el hambre de vuestras casas, y marchaos; 34pero traedme a vuestro hermano menor para que sepa yo que no sois espías, sino hombres honrados. Os devolveré a vuestro hermano, y podréis comerciar en la tierra.”

35Y sucedió que cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que el atado del dinero de cada uno estaba en su saco; y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor. 36Y su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José ya no existe, y Simeón ya no existe, y os queréis llevar a Benjamín; todas estas cosas son contra mí. 37Entonces Rubén habló a su padre, diciendo: Puedes dar muerte a mis dos hijos, si no te lo traigo; ponlo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré. 38Pero Jacob dijo: Mi hijo no descenderá con vosotros; pues su hermano ha muerto, y me queda sólo él. Si algo malo le acontece en el viaje en que vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol [región de los muertos].

Por primera vez los hermanos mencionan a Dios. Sus conciencias despiertas pueden ver la mano de Dios detrás del crimen y el castigo.
Relatan a Jacob los sucesos, le hablan con suavidad pero noten que no hablan de los 3 días presos, de Simeón atado y preso, de su remordimiento y las protestas de Rubén, ni tampoco de haber encontrado el dinero en el primer saco.

Es posible que Jacob les haya creído, hasta que empezaron a vaciar los sacos y apareció el dinero en ellos. Jacob sabe que sus hijos no son muy confiables que digamos. ¿Pensará que vendieron a Simeón? El dinero los hace parecer culpables.
El discurso vuelve al mismo patrón jacobino de autocompasión que ya conocemos. Habla sin saber cuán ciertas son sus palabras esta vez: “me habéis privado.” No les da tiempo a responder, el dinero es prueba suficiente de su culpabilidad.
Su autocompasión es entendible, pero no justificable. Continúa destruyendo la familia al exhibir favoritismo hacia los hijos de Raquel.

El colmo se lo lleva Rubén. Debilidad y estupidez. En Egipto no sabe decir otra cosa que “se los dije.” Y ahora, en lugar de ofrecer su vida, pone la de sus dos hijos. ¿Qué beneficio o consuelo traería matar dos nietos de Jacob?

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Apuntes a Génesis, 40 y 41

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TEMA IX. JOSE EN EGIPTO. Génesis 37 al 41

40 1Después de estas cosas, sucedió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. 2Y Faraón se enojó contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos. 3Y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel, en el mismo lugar donde José estaba preso.
4El capitán de la guardia se los asignó a José, y él les servía; y estuvieron bajo custodia por algún tiempo.
5Entonces el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban encerrados en la cárcel, tuvieron ambos un sueño en una misma noche, cada uno su propio sueño, y cada sueño con su propia interpretación. 6Y [cuando] José vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos.
7Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?
8Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis.

José lleva alrededor de 10 años en esclavitud, en la casa del capitán de la guardia, es decir de Potifar. Pero en esta ocasión le asignan la tarea de servir a estos VIP de Faraón.
En la historia de los sueños, lo que perturba a ambos señores no son los sueños, sino que no tienen quien interprete los sueños (v.8) y casi en automático José testifica a los dos: Dios es el intérprete por excelencia. José no ha perdido su fe.
Tampoco ha perdido educación. Noten su modestia y el uso apropiado del protocolo: por un lado fe en Dios y modestia en su capacidad y por otro lado sensibilidad, están presos y con el semblante bajo, y no tienen quien les interprete.

Los sueños jugaban papel importante en el antiguo Egipto y su interpretación se consideraba una especialidad. Sin embargo José les enseña con sutileza que las interpretaciones no son asunto de aprendizaje y manipulación, sino dones de Dios. Dios confiere este regalo a quien le place (1Corintios 12; Efesios 4;7-13; Daniel 2:24-49).
Noten que el copero, el panadero (y José) asumen que la interpretación del sueño será actualizada después mediante algún hecho histórico.

9Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a José, y le dijo: En mi sueño, he aquí, había una vid delante de mí, 10y en la vid había tres sarmientos. Y al brotar sus yemas, aparecieron las flores, y sus racimos produjeron uvas maduras. 11Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón.
12Entonces José le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza [te perdonará], te restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano como acostumbrabas antes cuando eras su copero.
14Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. 15Porque la verdad es que yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y aun aquí no he hecho nada para que me pusieran en el calabozo.

Observen que el texto no ofrece indicación de que José haya orado buscando explicación divina. No. Su respuesta fue automática, instintiva y sin adjetivos. Las tres ramas son tres días. Da la interpretación y noten que el momento propicio para solicitar un favor es cuando uno ha traído una noticia agradable: solo te pido que te acuerdes de mí… y noten el argumento: fui secuestrado y no he hecho nada malo.
“Te está ayudando un extranjero que no te debe nada, que adora a un Dios diferente, que tiene un conocimiento distinto.”

16Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a José: Yo también vi en mi sueño, y he aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza; 17y sobre la cesta de encima había toda clase de manjares hechos por un panadero para Faraón, y las aves los comían de la cesta sobre mi cabeza.
18Entonces José respondió, y dijo: Esta es su interpretación: las tres cestas son tres días; 19dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti, te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne.
Textos jeroglíficos listan 38 tipos de manjares y 57 clases de pan. Que las aves comían directamente de su cabeza implica que no hacía nada por espantarlas (¡porque estaba muerto!).

20Y sucedió que al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos. 21Y restauró al jefe de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos de Faraón; 22pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado José.
23Mas el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.

No es un lapsus mental. Es un lapsus moral. La ingratitud proviene de la falta de memoria.

Hay una cadena de reveses serios para José:
Al compartir su sentido de destino divino es vendido como esclavo por sus hermanos (Cap.37). Al rechazar comprometer su estándar moral y sentido del deber es acusado falsamente y puesto en prisión (Cap.38). A pesar de ayudar a un alto funcionario de Faraón preso, este hombre rechaza u olvida reciprocar el bien que ha recibido.

41 1Y aconteció que al cabo de dos años, Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo. 2Y de pronto, del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas, y pacían en el carrizal. 3Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas subieron del Nilo detrás de ellas, y se pararon junto a las otras vacas a la orilla del Nilo; 4y las vacas de mal aspecto y flacas devoraron las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Entonces Faraón despertó. 5Se quedó dormido y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. 6Y he aquí que siete espigas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquéllas. 7Y las espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces Faraón despertó, y he aquí, era un sueño. 8Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

José ha estado languideciendo en la cárcel durante dos años más. El panadero murió. El copero fue restaurado. Hasta que los sueños perturbaron el espíritu de Faraón, mejor dicho un mismo sueño en dos partes.
Parecería que el sueño no es tan obtuso, como no lo fueron los de José a sus hermanos quienes no necesitaron intérprete alguno. Quizás los adivinos egipcios fingieron ignorancia, esto es, que le dieron mayor valor a la diplomacia que a la honestidad, pero ninguno convenció a Faraón y esto le abrió la puerta a José.

Viento solano. Siroco= viento de otoño y primavera que fluye hacia Egipto proveniente del sur, de los desiertos árabes o del Sahara.

9Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Quisiera hablar hoy de mis faltas. 10Cuando Faraón se enojó con sus siervos y me puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos, 11él y yo tuvimos un sueño en una misma noche; cada uno de nosotros soñó según la interpretación de su propio sueño. 12Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, un siervo del capitán de la guardia; y se los contamos, y él nos interpretó los sueños. A cada uno interpretó su sueño. 13Y aconteció que tal como nos lo había interpretado, así sucedió; a mí me restableció Faraón en mi puesto, pero al otro lo ahorcó.

Tal parece que el copero escucha la conversación con los magos y ve la oportunidad de alcanzar favor con Faraón y que al mismo tiempo entienda que no ha obrado por maldad.
Sin embargo crea la falsa impresión de que ellos, el copero y el panadero, fueron quienes tuvieron la iniciativa de hablar con José; tampoco menciona la humilde respuesta de José. Su punto es que todo lo que dijo resultó verdad.

14Entonces Faraón mandó llamar a José, y lo sacaron aprisa del calabozo; y después de afeitarse y cambiarse sus vestidos, vino a Faraón. 15Y Faraón dijo a José: He tenido un sueño y no hay quien lo interprete; y he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar. 16José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable.

Faraón toma acción inmediata. Noten la discreción de José: ¿cómo es que este poderoso Faraón conoce del talento de un esclavo hebreo preso? José sabe cómo, pero no hace preguntas ni señas al copero, a quien no ha visto en dos años.

Noten también que no es reticente para nada en hablar de Dios en presencia del mismito Faraón, si bien habla al personaje en tercera persona, lo hace con rectitud, tacto, sensibilidad, sin rodeos. Recuerden que la figura del Faraón era considerada una deidad encarnada.
1) José inicia con una negación moderada: “no está en mí”
2) Identifica a la única fuente: “Dios”
3) Profetiza: “dará una respuesta favorable” (en el hebreo: shalom, paz, prosperidad).
He aquí un profeta cuyas palabras de paz no son promesas vanas de “paz, paz, donde no hay paz” (Jeremías 6:14; Ezequiel 13:10). Tan grande es su convicción en Dios que habla incluso ¡antes de saber el contenido de los sueños del Faraón!

17Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18Y vi siete vacas gordas y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal. 19Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas, de tal fealdad como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto. 20Y las vacas flacas y feas devoraron las primeras siete vacas gordas. 21Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté. 22Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña. 23Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquéllas; 24y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos, pero no hubo quien me lo pudiera explicar.

José, tantas veces antagonista, ahora catapultado al protagonismo. Si comparan la primera descripción de los sueños con las palabras actuales del Faraón notarán pequeñas diferencias que nos hacen pensar en el nivel de ansiedad que tenía este hombre pensando una y otra vez en el asunto y en que nadie podía interpretarlo.
Un hombre considerado divino por su pueblo.

25Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que El va a hacer. 26Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno. 27Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre. 28Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. 29He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto; 30y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra. 31Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa. 32Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.

José primero interpreta el significado del número: años. Siete años.
En segundo lugar, José interpreta el número en sí: años de abundancia y años de escasez.
En tercer lugar, José claramente enfatiza los siete años de escasez y hambruna.

Dios ha revelado lo que El hará. José discierne el significado limpiamente, así como lo hizo antes con el copero y el panadero. No ofrece razón del por qué Dios obrará así, pero Faraón debe saber que tanto él como su imperio están bajo la mano poderosa del Dios de José. Quiere que el Faraón sepa que la interpretación es de Dios; el sueño es de Dios; su cumplimiento es de Dios.
Tus súbditos creerán que eres una deidad, alguien que influye en las cosechas, José le hace ver que Dios tiene el control. Dios ha ordenado lo que sucederá. Si quieres, te puedes sentar y mirar, o te pones a planificar.

33Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. 35Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan. 36Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.

Hablando siempre en tercera persona, respetuosamente, José se lanza al ruedo: habla al futuro y al presente. “Busque Faraón” un hombre inteligente y sabio (Deuteronomio 4:6; Oseas 14:9; Proverbios 10:13; 14:33; 16:21), “capaz de planificar y llevar a cabo a través de medidas económicas importantes.”
¿Está José siendo un tanto cuanto sarcástico? ¿Apuntando hacia sí mismo? No.
Sin embargo quizá el narrador estira aquí sus dotes de escritor, recuerden que Faraón ha consultado sus mejores adivinos y le han fallado. Es mejor que ¡no se equivoque otra vez!

La segunda parte del plan es que el supervisor tenga ayudantes (intendentes) por todo el país que recojan y almacenen alimentos, bajo protección. Oooh. ¿Por qué?
Por la conducta impredecible de todo aquél que padece hambre y trata de sobrevivir.

Con resolución y audacia, José establece un plan maestro general de tres puntos (un supervisor, intendentes locales, un plan de racionamiento), curiosamente deja al final la motivación principal: a fin de que el país no perezca. ¡La consecuencia es juicio!
El plan no es opcional, ahora es un mandato…

37Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos. 38Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? 39Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú. 40Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes [besará a causa de tu boca]; solamente en el trono yo seré mayor que tú. 41Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello. 43Lo hizo montar en su segundo carro, y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso en toda la tierra de Egipto. 45Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat-panea [Dios habla; él vive], y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On [Heliópolis]. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
46José tenía treinta años cuando se presentó ante Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto.

TU eres ese hombre. ¿Se imaginan? Faraón entendió y captó de un solo golpe a quién tenía enfrente: un hombre talentoso y divinamente equipado. “¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien está el espíritu de Dios?
Lo inviste de toda autoridad, con los símbolos de su posición.
Noten que José no habla ni pío. Consiente, es cooperador, asume responsabilidad, pero no habla.
Ahora tiene nuevo trabajo, nuevo nombre, nueva esposa. No objeta, pero tampoco está en posición para hacerlo. Ahora bien, el narrador no vuelve a mencionar el nombre egipcio ni a la esposa egipcia.

Heliópolis o la Ciudad del Sol (Jeremías 43:13), once km al noreste del Cairo, en el Bajo Egipto. Es decir que ahora pertenece nada menos que a la nobleza de Egipto.

47Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia. 48Y él recogió todo el fruto de estos siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades; y guardó en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos. 49Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo porque no se podía medir [era sin número].

No se reportan problemas con el agua, pudo haber sido enfermedad de las plantas y las cosechas (Amós 4:9), invasiones de insectos (Joel 2:1), o resultados de guerras (2 Reyes 6:24-29).

50Y le nacieron a José dos hijos antes de que llegaran los años de hambre, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On [Heliópolis]. 51Y al primogénito José le puso el nombre de Manasés [el que hace olvidar], porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre. 52Y al segundo le puso el nombre de Efraín [fecundo], porque dijo: Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción.

Posiblemente sea “sufrimiento en casa de mi padre.”
Manasés por el Dios que preserva.
Efraín por el Dios que bendice.
Dios vive en el pensamiento de José. Los nombres e sus hijos son evidencia de su fidelidad. ¿Saben que olvidar puede ser un don? ¿Olvidas las heridas recibidas? ¿Ruegas a Dios te permita olvidar las heridas que recibes? Pienso que José oraba por esto. Pasó 13 largos años aprendiendo a olvidar los hechos de maldad que recibió y aprendiendo a perdonar a la gente que le hizo esos males.

53Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto, 54y comenzaron a venir los siete años de hambre, tal como José había dicho, entonces hubo hambre en todas las tierras; pero en toda la tierra de Egipto había pan. 55Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan; y Faraón dijo a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os diga. 56Y el hambre se extendió sobre toda la faz de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto. 57Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra.

José es un anti-tipo de Noé, construye almacenes mientras que el otro un arca. Los almacenes son para supervivencia de muchos, el arca para supervivencia de uno solo y su familia.

La historia es un recuento sobre la fidelidad divina a Sus promesas, ahora mediante actos de la Providencia y dones. Luego de 13 años de amargura Dios exalta a José sobre todo Egipto e indirectamente sobre todo el mundo conocido, le confiere el don de interpretar sueños, sabiduría en abundancia, ser hombre de Estado y discernimiento.
José expresa la idea central: Dios decide el curso de la Historia, la ha decidido y lo hará.
Da gloria a Dios, rechaza toda adulación real y otorga a sus hijos nombres hebreos en alabanza a Dios, quien le hace olvidar sus miserias y más tarde le bendice.

La soberanía de Dios es la plataforma donde se asienta la actividad humana.
En Egipto, José acomoda su apariencia pero no sus principios (en el mundo, pero no del mundo). Al igual que Daniel en Babilonia, se ponen ropa pagana, reciben nombres paganos, Daniel y sus amigos fueron a una escuela pagana.
Sin embargo, Daniel y sus amigos rehusaron violar las leyes explícitas de Israel sobre la comida; José nunca violó la ley de Dios escrita en su corazón. Se casa con una egipcia, pero da nombres hebreos a sus hijos en alabanza a Dios.

Interesante para los que gobiernan, José es modelo a seguir. La narración nos enseña que el poder es algo bueno; celebra la capacidad de poder tomar decisiones fuertes, de enfrentar crisis, de practicar la prudencia de tal manera que un imperio pueda ser alimentado… Es poder público para el bien público.

JOSE: UN TIPO DE CRISTO

Descripción JOSE CRISTO

1

  37:3 Mateo 3:16-17

2

  37:3 Apocalipsis 1:12-14

3

  37:2,5,8 Juan 5:18; 6:41; 8:40;

Lucas 4:28-29

4

  37:6-7, 9-10 Mateo 26:64

5

  37:12-13 Hebreos 10:7; Juan 6:38

6

  37:18 Marcos 12:6-7; Juan 1:11

7

  37:19-20 Mateo 27:62-66

8

  37:23 Mateo 27:27,28

9

  37:28; 39:1 Mateo 26:14-16

10

  39:19-20 Lucas 23:3-4

11

  39:20 Lucas 22-25

12

40:1-19 Lucas 32-43

13

  40:14 Lucas 22:19

14

  41:14 Juan 20:6-7

15

  41:45 Filipenses 2:9

16

  41:45 Lucas 10:22

17

  41:39-40 Filipenses 2:9; Hebreos 1:3

18

  40:42 Hebreos 2:9

19

  41:43 Filipenses 2:10

20

  41:57 Juan 6:32-33

 

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Apuntes a Génesis, 39:1-23

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TEMA IX. JOSE EN EGIPTO. Génesis 37 al 41
Capítulo 39:1-23 José y Potifar

La historia de Judá ilustra la necesidad de separar la familia del pacto de Canaán. Persecución, comodidades, amenazan la existencia del pueblo de Dios. La familia, que vive en la tierra sin un altar, comienza a matrimoniarse con pueblos canaanitas y a perder su propósito de bendecir la tierra.
Dios enfrenta tal amenaza enviando a José a un Egipto segregado (Génesis 43:32 y 46:34). En Egipto, a través de hambre y esclavitud, la familia será preservada y preparada para ser una gran nación.
39 1Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá. 2Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y estaba en la casa de su amo el egipcio. 3Y vio su amo que el Señor estaba con él y que el Señor hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía. 4Así encontró José gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía. 5Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el Señor bendijo la casa del egipcio por causa de José; y la bendición del Señor estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campo. 6Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de José, y con él allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era José de gallarda figura y de hermoso parecer.

Sucedió hace unos 35 siglos y todavía la historia tiene el poder de dejarnos sin aliento.
Potifar, capitán de la guardia, oficial egipcio, compra un esclavo hebreo: José.
En el párrafo, el escritor nos señala al menos en cinco ocasiones que, en situación muy precaria, pero José no estaba solo, el Señor -Jehová- está con él. E interesante, nos advierte que José es ascendido en su trabajo hasta mayordomo principal porque su amo observa, percibe, que José cuenta con el favor de Dios. ¿En qué se dio cuenta Potifar?
El texto no lo dice, sin embargo Jehová prospera a José y bendice a Potifar y su casa por el buen trato que este dispensa a José (así como antes bendijo a Labán por causa de Jacob).
Como principal, José está a cargo de todo el manejo de la casa y posesiones de Potifar, excepto la preparación de su comida, quizás por la preocupación egipcia respecto a la cocción de alimentos (43:32), pero una tradición rabínica considera la frase un eufemismo, en referencia a la esposa de Potifar.
eufemismo
Del lat. euphemismus, y este del gr. εὐφημισμός euphēmismós.
1. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

Y era José de gallarda figura y de hermoso parecer.
Stop. Muchos de los héroes y heroínas bíblicos no están descritos físicamente. Así que piensen (por cierto, la descripción nos recuerda a la de su madre Raquel).
He aquí un jovencito de 17 años, hermoso y atractivo por donde lo vean, recién llegado del campo, desempacado en el lujo corrupto de la vida citadina en la casa de un alto oficial del faraón. Un joven soltero, de gallarda figura y nada feo, en casa de una mujer rica y poderosa, dizque abandonada (el marido es capitán de la guardia, trabaja fuera).
7Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: Acuéstate conmigo. 8Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee. 9No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?
10Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a [no escuchó para] acostarse con ella o a estar con ella. 11Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro; 12entonces ella lo asió de la ropa, diciendo: ¡Acuéstate conmigo! Mas él le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera.

La mujer no fue sutil para nada. Esposa de un hombre poderoso, estaba acostumbrada a lograr exactamente lo que quería.
José ejemplifica lo que significa nobleza de carácter. Su rechazo espontáneo, inmediato, cita dos razones básicas: abuso de confianza o la violación de los derechos de Potifar y gratitud o el pecar contra Dios. Su excelencia moral brilla todavía más si recordamos su condición de esclavo dentro de una sociedad caracterizada por la promiscuidad sexual.
Noten que le habla de Dios a la mujer de Potifar, asume que ella entiende sus palabras, lo cual es realmente interesante. Le recuerda que adulterar es pecar contra Dios, es una ofensa contra su esposo y contra la Deidad porque es una violación de los límites que El ha colocado a la expresión sexual.

Amadas, ¿de cuántos pecados nos libraríamos si tuviéramos presente que hacerlos es pecar no contra hombres sino contra Dios mismo?

Incluso en tiempos antiguos el adulterio era uno de los pecados más serios. La única pena considerada suficiente era la muerte. El castigo era apropiado por los agravantes: se comete en secreto, con deliberación, sin dejar rastros físicos.

José mantiene a Dios en el centro del discurso en todo momento. El centro de su discurso porque es el centro de sus pensamientos. Si tenemos dificultad para mantener a Dios como nuestra motivación para no pecar, caramba, no esperemos hasta encontrarnos en mitad de la tentación! Haz todo lo que esté a tu alcance para tener al Señor en el centro de tu pensamiento de modo que cuando tengas qué actuar, haya una respuesta proveniente del lugar donde reposa tu corazón.

Día tras día…¿se imaginan? Cada vez una situación más tensa y difícil para José, que por muy santo y piadoso que fuera, es un hombre. La mujer se mueve de la seducción a la agresión y literalmente José tiene que salir huyendo de la casa (¿casualidad que no había nadie más en la casa?). Primero perdió su túnica de colores, ahora perdió hasta la ropa interior.
¿Qué hacemos cuando llega la tentación?
Luego creemos que podemos vivir o caminar próximo a Siquem, o a Sodoma, sin que nada nos pase…
En José por fin conocemos alguien que comprende lo que significa la frase “el pecado está a la puerta, pero tú puedes dominarlo.” José huye.
13Y cuando ella vio que él había dejado su ropa en sus manos y había huido afuera, 14llamó a los hombres de su casa y les dijo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros; vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz. 15Y sucedió que cuando él oyó que yo alzaba la voz y gritaba, dejó su ropa junto a mí y salió huyendo afuera. 16Y ella dejó junto a sí la ropa de él hasta que su señor vino a casa. 17Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí; 18y [sucedió que] cuando levanté la voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó afuera.

prevaricación
Del lat. praevaricatio, -ōnis.
Delito consistente en que una autoridad, un juez o un funcionario dicte a sabiendas una resolución injusta.

De la pasión a la prevaricación. No tiene a José, pero tiene la ropa de José. Observen cómo de manera sutil arregla los hechos, reordenándolos: el escritor nos dice que José dejó la ropa en sus manos y huyó, luego ella grita a los sirvientes. Cuando la mujer habla, ella dice que atrae la atención con sus gritos y que entonces José huye y abandona la ropa a su lado (como si él se hubiera quitado la camisa voluntariamente).
Ella hace aparecer a José como el iniciador, como el que se desviste por sí mismo.
Encima de todo culpa al mismo Potifar: “el esclavo que nos trajiste…
Interesante, los sirvientes -todos- guardan silencio cuando la mujer de Potifar acusa a José. Meros espectadores silentes, testigos mudos de la historia que ella -la víctima- relata sobre el villano -José- a su marido.
19Y aconteció que cuando su señor escuchó las palabras que su mujer le habló, diciendo: Esto es lo que tu esclavo me hizo, se encendió su ira. 20Entonces el amo de José lo tomó y lo echó en la cárcel, en el lugar donde se encerraba a los presos del rey; y allí permaneció en la cárcel.
21Mas el Señor estaba con José y le extendió su misericordia, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel. 22Y el jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era responsable. 23El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la responsabilidad de José [en su mano], porque el Señor estaba con él, y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar.

¿Contra qué o contra quién se incendia la ira de Potifar? Encarcela pero no ejecuta a José, quizás porque no está muy convencido de la veracidad de la historia de su mujer, o peor aún, porque sabe muy bien qué es su media naranja, “pura como el lodo.”

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Apuntes a Génesis, 38:1-30

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TEMA IX. JOSE EN EGIPTO. Génesis 37 al 41
Capítulo 38:1-30 Judá y Tamar

Cualquiera se preguntaría por qué incluir la historia de Judá y Tamar en medio de la biografía de José. Tal parece que es el momento adecuado pues “Sucedió por aquel tiempo” significa que el matrimonio de Judá se dio al mismo tiempo de la venta de José y su traslado a Egipto.
Transcurren 13 años entre la venta de José y su posterior exaltación como Primer Ministro de Egipto (tenía 17 años en 37:2 y 30 años en 41:46), 13 años de aflicción, mientras ocurren el matrimonio de Judá, el nacimiento de sus tres hijos y de sus dos nietos por vía de Tamar.

38 1Sucedió por aquel tiempo que Judá se separó de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Hira. 2Y allí vio Judá a la hija de un cananeo llamado Súa; la tomó, y se llegó a ella. 3Ella concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Er [vigilante]. 4Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Onán [vigor]. 5Aún dio a luz a otro hijo, y le puso por nombre Sela; y fue en Quezib que lo dio a luz.
6Entonces Judá tomó mujer para Er su primogénito, la cual se llamaba Tamar.
7Pero Er, primogénito de Judá, era malvado ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida.

Observen a este Judá: se casa con una mujer canaanita y tiene 3 hijos. Tenemos la impresión que desde el incidente de Dina, Jacob tiene menos control de su familia.
Tamar, esposa de Er, era una mujer joven comprometida en matrimonio con el primer hijo de Judá. En aquellos tiempos (y todavía hoy), se consideraba el matrimonio como una fuente de seguridad y protección para la mujer. Un hombre tendría responsabilidad de ella, y, como cualquier novia, ella estaría agradecida y feliz.
Pero Er era un hombre malvado. No sabemos la clase de infierno a que Tamar fue sometida. Lo único que sabemos de este Er es que fue un hombre tan pero tan malvado que el Señor decidió quitarle la vida.
Dios es paciente, Dios es bueno, pero Dios disciplina a su tiempo como El considera.
Ahora Tamar es viuda, y en dicha época, si había algo peor que estar soltera era estar viuda.

En su justicia, Dios provee en Deuteronomio 25:5 (Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado) el matrimonio por levirato, donde el otro hermano debía ser el medio para proveer descendencia al fallecido para que retuviera privilegios de heredero.

8Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano. 9Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia a su hermano. 10Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Señor; y también a él le quitó la vida.

Onán se niega a proveer descendencia a su hermano, Dios también lo disciplina.
¿Se imaginan lo que estará pensando esta mujer? En la desesperación total.
¿Y Judá? “¡Mis hijos se han casado con una viuda negra! ¡No es verdad que le voy a entregar otro!” Tengo un plan:

11Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: Quédate viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela; pues pensaba: Temo que él muera también como sus hermanos. Así que Tamar se fue y se quedó en casa de su padre.

Por favor pónganse en su lugar. Viuda, incasable, sin un centavo, de vuelta en casa de su padre, vestida de luto por siempre [proclamando su identidad]…
Observen: Judá es tan ignorante de su propia condición espiritual que culpa a Tamar de la muerte de sus primeros hijos, ¿ven sus cálculos? “Dos hijos muertos, una nuera, y tú todavía estás viva… debe ser su culpa, ella es responsable.”
De ahí su plan, cuando crezca mi hijo… ¿cuándo? Nunca.

12Pasaron muchos días y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Y pasado el duelo, Judá subió a los trasquiladores de sus ovejas en Timnat, él y su amigo Hira adulamita. 13Y se lo hicieron saber a Tamar, diciéndole: He aquí, tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas.
14Entonces ella se quitó sus ropas de viuda y se cubrió con un velo [manto], se envolvió bien y se sentó a la entrada de Enaim que está en el camino de Timnat; porque veía que Sela había crecido, y ella aún no le había sido dada por mujer.
15Cuando la vio Judá, pensó que era una ramera, pues se había cubierto el rostro. 16Y se desvió hacia ella junto al camino, y le dijo: Vamos, déjame estar contigo; pues no sabía que era su nuera. Y ella dijo: ¿Qué me darás por estar conmigo?
17El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño. Y ella dijo: ¿Me darás una prenda hasta que lo envíes? 18Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.
19Entonces ella se levantó y se fue; se quitó el velo y se puso sus ropas de viuda.

La primera parte del capítulo describe la situación de Tamar, años de angustia. Un primer marido. Un segundo marido. Luego forzada a vivir su viudez en casa de su padre.
De repente le informan que Judá el suegro enviudó, que el tercer hijo debe haber crecido, que el tiempo ha pasado y que nananina… han pasado años para que Tamar perciba la realidad de la situación en que se encuentra.

Interesante del pasaje, el plan de Tamar funciona. Es evidente que Tamar conoce al ex-suegro.

20Cuando Judá envió el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para recobrar la prenda de mano de la mujer, no la halló. 21Y preguntó a los hombres del lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera que estaba en Enaim, junto al camino? Y ellos dijeron: Aquí no ha habido ninguna ramera [de culto pagano]. 22Y él volvió donde Judá, y le dijo: No la encontré; y además, los hombres del lugar dijeron: “Aquí no ha habido ninguna ramera.” 23Entonces Judá dijo: Que se quede con las prendas, para que no seamos causa de burla. Ya ves que envié este cabrito, y tú no la has encontrado.
24Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Judá dijo: Sacadla y que sea quemada.

Vaya vaya, si ella vive en casa de su padre, ¿qué le importa a Judá?
¿No debiera haber reconocido su propia falta en no dar su tercer hijo como mandaba la ley?
Y en cuanto a la ley, ¿por qué quemarla? ¿en base a cuál ley?

25Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello, este cordón y este báculo.

Oh-oh-oh! exactamente lo mismo que hizo Judá cuando entregó la túnica de José manchada con sangre de cabra a Jacob! “Examina y ve si es la túnica de tu hijo.”
Judá lideró la venta de José.
Judá lideró el traer la túnica a Jacob.
Judá lideró el mensaje a su padre en Génesis 37:32 “Padre, examina…”

26Judá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Sela. Y no volvió a tener más relaciones con ella.

¿Vemos ahora por qué reconoce que ella ha ganado? Ella ha demostrado la injusticia del corazón de Judá. No es una historia de feminismo ni de los derechos de la mujer ni de prostitución, es una historia sobre la justicia, y en el Libro de Ruth se menciona a Tamar como ejemplo de las mujeres piadosas de Israel.

Ahora bien, el estándar de justicia de Judá no es muy alto que digamos.
Se casó con una canaanita.
Crió dos hijos malvados
Culpó a Tamar de la muerte de sus hijos malvados.
Mintió y colocó a Tamar en una posición muy vulnerable.
Juzgó a la mujer y procuró matarla en venganza.

¿Quien rescató y salvó a Tamar?
Tamar pecó, es cierto, pero Dios derramó gracia sobre ella. Dios sabía todo lo que sucedía en la vida de esta mujer, incluso la decisión que tomó, y en lugar de condenarla por su pecado, el Señor derramó gracia sobre ella. Le regaló dos hijos a quien no habría tenido ninguno, y en lugar de morir como viuda Dios puso su nombre en el linaje de Cristo.

27Y sucedió que al tiempo de dar a luz, he aquí, había mellizos en su seno.
28Aconteció, además, que mientras daba a luz, uno de ellos sacó su mano, y la partera la tomó y le ató un hilo escarlata en la mano, diciendo: Este salió primero.
29Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Fares [brecha]. 30Después salió su hermano que tenía el hilo escarlata en la mano; y le pusieron por nombre Zara [amanecer, resplandor].

¡Mellizos! Vean otra vez como el último será primero. Un tema recurrente en toda la Escritura, para pensar.

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Apuntes a Génesis 37:1-36

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TEMA IX. JOSE EN EGIPTO. (Génesis 37 al 41).

Amadas, hemos visto a Jacob luchando con sus debilidades, enterrar sus ídolos, enterrar su pasado. Muere Isaac su padre, su hermano se va de Canaán, Jacob asume el liderazgo de la familia. Pero el favoritismo continúa siendo un problema serio en la familia.
¡Cuánta gente problemática en la genealogía de Cristo!
Lo cual viene a ser de consuelo para nosotros, porque nos confirma que ¡solo Dios salva!

favoritismo
De favorito e -ismo.
1. Preferencia dada al favor sobre el mérito o la equidad, especialmente cuando aquella es habitual o predominante.

37 1Y Jacob habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Canaán. 2Esta es la historia de las generaciones de Jacob:

Como de pasada, una referencia a Jacob para indicarnos que él se había establecido donde Abraham había peregrinado. Quizás piensa que ahora puede “retirarse,” jugar golf, departir con los amigos, etc. Está a punto de despertar de su sueño.
Recordemos que Moisés escribe para que sus oyentes sepan responder cuál es el origen del pueblo de Israel. Escribe a la generación que anda errante por el desierto después que salen de Egipto. ¿Cómo llegaron ahí, en primer lugar?

José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos.

Hasta ahora, la vida de José ha transcurrido en total tranquilidad, apacentando rebaños junto con sus hermanos. Lo que está haciendo en su adolescencia es exactamente lo mismo que hará como adulto -cuidar y proveer a quienes dependen de él. Pero, ¿en qué sentido se esperaría que el menor pastoreara a sus medio hermanos mayores?

El verso dice que José trajo a su padre malos informes de los mayores, ¿por qué?
El escritor no ofrece detalles, uno esperaría que José pasara por alto ofensas (Proverbios 10:12; 11:12-13; 12:23). Pero nos presenta a José como el chismoso hijo menor…

3Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores [larga].

El nacimiento de este niño tuvo un final feliz. Cuando Benjamín, ganó un hijo pero perdió la esposa. Jacob amaba a José hasta el delirio.
Por supuesto que era consciente de las fricciones potenciales en una casa con un favoritismo tan obvio. El mismo había sufrido en carne propia las consecuencias. Y, sin embargo, actúa con total favoritismo y lo establece sin lugar a dudas.
En hebreo, la palabra para túnica tiene dos significados: uno de realeza, otro de ropa que se extendía hasta las extremidades (manos y pies), o sea una ropa larga y de mangas largas (2 Samuel 13:18: una túnica de diversos colores), nada útil para andar entre montes pastoreando animales.
De modo que la famosa túnica establece a José como superior, supervisor, de sus hermanos. Jacob ha designado públicamente a José como gobernante.
Por tanto, si trae malos informes, únicamente está cumpliendo su tarea.
Lo que se supone que debe hacer.

4Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente [en paz].

Era obvio. Todos lo veían: la suma del amor que Jacob tenía a los hermanos era menor que el amor hacia un solo hijo, José. De modo que no podían ni siquiera darle el saludo común tradicional “la paz sea contigo.” Igual que Caín: “¿soy yo acaso guarda de mi hermano?”
Ahora bien, la traducción al español sugiere que el resentimiento de los hermanos se dirigía contra José. ¿Por qué José?
No fue José quien mandó hacer el traje.
No fue José quien solicitaba trato especial.
En el hebreo aparece la posibilidad de que el resentimiento se dirigiera contra el mismo Jacob. De hecho estarían acostumbrados a hablarle ásperamente (34:31). Como padre, su credibilidad estaba en ruinas luego de lo ocurrido en Siquem.

Amadas analicen resultados del favoritismo. Seamos cuidadosas de no comunicar esto a un hijo, ni siquiera inadvertidamente, mucho menos deliberadamente. Tus hijos aprenderán a odiar al hermano(a) favorecido. Considera esto: la hermandad, espiritual o física, es mucho más que tolerarse unos a otros.

5Y José tuvo un sueño y cuando lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más. 6Y él les dijo: Os ruego que escuchéis este sueño que he tenido. 7He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.

¡Ay José! ¿Es que no te has dado cuenta de la atmósfera “hogareña”? ¿De la fealdad de los sentimientos de tus hermanos hacia ti? Lo odiaban desde antes, y luego con más fuerza aún.
Saben, la mayoría de los adolescentes ven al mundo solo desde su perspectiva. No tienen otra. Es muy probable que José ni siquiera se ha dado cuenta del favoritismo desplegado con él y de los sentimientos que suscita. Quizás se pregunta por qué no puede llevarse bien con los otros. Es joven, ingenuo, y no percibe nada.
¡Los invita a que escuchen con atención!

8Y sus hermanos le dijeron: ¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros? Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras.

Los hermanos no necesitaron de ningún intérprete particular. Lo odiaron por la información y por la forma como les habló.

9Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. 10Y él lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti? 11Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho.

Se las compone para exacerbar los ánimos contando el segundo sueño a toda la familia reunida. Hasta Jacob lo reprende por su impertinencia.
Amadas, ¿Quién es el dador de revelaciones? Jehová Dios. Es la primera vez que Dios no habla en sueños. Hay una progresión aquí: (1) de teofanía, Génesis 1-11, (2) a sueños y visiones, Génesis 12-35, (3) ahora mediante la providencia Génesis 36-50.
Es interesante que Jacob reflexionó sobre los sueños de su hijo, quizás recuerda que él mismo recibió sueños así, otorgados por Dios, de modo que reflexiona, se pregunta. Mmm.

12Después sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Siquem.
13E Israel dijo a José: ¿No están tus hermanos apacentando el rebaño en Siquem? Ven y te enviaré a ellos. Y él le dijo: Iré [heme aquí].
14Entonces Israel le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem.

Jacob, ¿a Siquem? ¿Se te olvidó lo sucedido?
Parece ser completamente ignorante del odio que incita su favoritismo: envía a su adorado José donde los hermanos que masacraron Siquem.
Significa que los hermanos han escondido su odio.
¿Respuesta de José? Heme aquí. El mismo patrón del hijo -siervo- fiel y obediente que responde a su padre.

15Y estando él dando vueltas por el campo, un hombre lo encontró, y el hombre le preguntó, diciendo: ¿Qué buscas? 16Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me informes dónde están apacentando el rebaño. 17Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo les oí decir: “Vamos a Dotán.” Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán.

José sale del Valle de Hebrón, al norte hacia Siquem (80.4 km) y luego 21 km más hasta Dotán. Ninguna pequeña excursión. Dotán era una ciudad localizada en la ruta de las caravanas, Siquem no.
José anda vagando por los campos en busca de sus hermanos, pero Dios en Su soberanía ha ido acercando una caravana hacia Dotán, día tras día…
Un hombre no identificado informa a José… y experimentaremos la transición de un hijo crecido en un ambiente de amor, aceptación y quizás hasta heredero, a otro de hostilidad y rechazo.

18Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo.

Plural, igual que en Babel, hombres reunidos conspirando para el mal. No pierden tiempo ventilando su ira y frustración contra José.

19Y se dijeron unos a otros: Aquí viene el soñador [el experto en sueños].
20Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: “Una fiera lo devoró.” Entonces veremos en qué quedan sus sueños.

Furiosos porque los denunciaba con su padre, furiosos porque vestía como rey, más furiosos por los grandiosos sueños declarados por el mismo José a juzgar por la identificación que le dan.

21Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.
22Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. Esto dijo para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.
23Y sucedió que cuando José llegó a sus hermanos, despojaron a José de su túnica, la túnica de muchos colores que llevaba puesta; 24y lo tomaron y lo echaron en el pozo.
Y el pozo estaba vacío, no había agua en él.

¿Rubén en defensa del hermano aborrecido?
Estaba en problemas con Jacob, lo sabía requetebién. Busca ganar tiempo y al devolver a José quizás restablecer su condición de primogénito, alguien que recibiría doble porción de herencia.
Los pozos del desierto eran tipo cisterna, excavaciones profundas con forma de botella, anchos abajo y de abertura pequeña que se cubría con una piedra. Solían recubrirse por dentro de un material deslizante a prueba de agua.
Es decir que José no tenía escapatoria. Desnudo, moriría de frío, sed y hambre.

25Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos y miraron, he aquí, una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, que iban bajando hacia Egipto.

¡Se sentaron a comer!

26Y Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? 27Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.
¿Quién habla? Judá. Luego segundos pensamientos son mejores que primeros, pero nada sucede fuera del control soberano de nuestro Señor, segundos no significa mejores.
La motivación que argumenta es interesante: no derramar sangre (inocente), y liberar de ese modo sus conciencias, porque la sangre clamaría por venganza desde la tierra (Job 16:18; Isaías 26:21; Ezequiel 24:7-8). Propone la venta y los hermanos le hacen caso, ellos mismos han destituido a Rubén del primer lugar.
El colmo es la ironía en las palabras de Judá: un líder frío, calculador; salva a su hermano de muerte inminente para luego obtener ganancia dejándolo muerto en vida (esclavo).

La venta es ofensa capital, tanto la ley bíblica como el Código de Hammurabi prohibían lo que Judá & Co. hicieron a José (Exodo 21:16; Deuteronomio 24:7). Todos los hermanos son gobernados por el mal.

28Pasaron entonces unos mercaderes madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata.
Y éstos llevaron a José a Egipto.

El precio de acuerdo a la tasa del mercado para alguien de su edad (Levítico 27:5). Libran sus conciencias y de paso obtienen ganancia monetaria e incluso pueden fabricar su muerte, ¡un éxito!

29Cuando Rubén volvió al pozo, he aquí, José no estaba en el pozo; entonces rasgó sus vestidos. 30Y volvió a sus hermanos y les dijo: El muchacho no está allí; y yo, ¿adónde iré?

Miren los pronombres. ¿Cuál es la preocupación de Rubén? El mismo. No tiene ningún otro plan, no sabe qué hacer, ¿por qué no confrontó a los hermanos desde el primer momento? ¿Por qué no lo rescató antes, por qué lo dejó a merced de los otros?
Tirarlo dentro del pozo dejaba el problema sin resolver.

31Entonces tomaron la túnica de José y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre; 32y enviaron la túnica de muchos colores y la llevaron a su padre, y dijeron: Encontramos esto; te rogamos que lo examines para ver si es la túnica de tu hijo o no.
33El la examinó, y dijo: Es la túnica de mi hijo. Una fiera [fiera mala] lo ha devorado; sin duda José ha sido despedazado.

El lenguaje traiciona las divisiones: no hablan de su hermano, sino de tu hijo. Estudian la forma como presentarán las noticias: se distancian del hermano, no dicen mucho, hacen preguntas sugerentes “¿no es…?” El poder de la sugestión es mayor que el poder de la explicación: dejan que Jacob saque su propia conclusión, que es justo la que los hermanos darían.

34Y Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días. 35Y todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: Ciertamente enlutado bajaré al Seol [región de los muertos] por causa de mi hijo. Y su padre lloró por él.
36Mientras tanto, los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

Engañado con una ropa mezclada con sangre de cabra, así como él engañó a su padre Isaac vistiendo piel de cabra. Los hijos han sido habilidosos para fabricar su mentira.

Dios revela su soberanía tanto en sueños como en la providencia. El mensaje de los sueños de José (el concepto mismo de predestinación) es fuerte; precisamente lo que incentiva el odio de los hermanos.
predestinación
Del lat. praedestinatio, -ōnis.
1. Destinación anterior de algo.
2. Ordenación de la voluntad divina con que ab aeterno tiene elegidos a quienes por medio de su gracia han de lograr la gloria.

Muchos hay que se sienten ofendidos por la Doctrina de la Elección de Dios (Romanos 9:10-24). Dios trata con justicia a todos, pero tiene misericordia de algunos (Mateo 20:1-16).
En la justicia de Dios el hombre cosecha lo que siembra. Los crímenes cometidos por los hijos contra Jacob son comparables a los de Jacob contra su hermano Esaú. Dios concedió misericordia a Jacob, pero castigó sus malas obras.
Sin embargo, el Señor nos sorprende con su elección. He aquí una familia dividida, plagada de favoritismo, celos, inmadurez y venganza, escogida para cumplir Sus propósitos y en el proceso producir su transformación radical y posterior restauración.
¡Oh profundidad de las riquezas del amor de nuestro Señor!
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Apuntes a Génesis 35-36

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TEMA VIII. MÁS HISTORIAS DE MELLIZOS (Génesis 34-36)

Reanudamos apuntes a Génesis luego de unos meses de descanso. Gracias por su paciencia y atención.  El Señor les bendiga y guarde.

35:1 Entonces Dios dijo a Jacob: Levántate, sube a Betel y habita allí; y haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

9Y Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando volvió de Padán-aram, y lo bendijo. 10Y Dios le dijo:
Tu nombre es Jacob;
no te llamarás más Jacob,
sino que tu nombre será Israel.
Y le puso el nombre de Israel.
11También le dijo Dios:
Yo soy el Dios Todopoderoso [El Shaddai].
Sé fecundo y multiplícate;
una nación y multitud de naciones vendrán de ti,
y reyes saldrán de tus lomos.
12 
Y la tierra que di a Abraham y a Isaac,
a ti te la daré;
y daré la tierra a tu descendencia después de ti.

13Entonces Dios subió de su lado, en el lugar donde había hablado con él. 14Y Jacob erigió un pilar en el lugar donde Dios había hablado con él, un pilar de piedra, y derramó sobre él una libación; también derramó sobre él aceite. 15Y Jacob le puso el nombre de Betel [casa de Dios] al lugar donde Dios había hablado con él.

Génesis trata principalmente sobre cómo Dios establece su reino a través del pueblo que ha escogido. Vean cómo toma la iniciativa otra vez para llevar a cabo Su plan, habrá que vencer muchas adversidades: hambruna, esterilidad, enemigos, etc., pero miren cuál ha sido el mayor obstáculo: la depravación del mismo pueblo.
depravar
Del lat. depravāre.
1. Viciar, adulterar, pervertir, especialmente a alguien.

Así como Abraham falló en Egipto e Isaac en Filistea, Jacob lo hizo en Siquem. Interesante, tales fallas se convierten en piedras de apoyo a su fe.
Después de la debacle en Siquem hubo arrepentimiento y renovación del pacto.
En respuesta, Jacob recibe la bendición completa del pacto de Abraham.

Jacob rumbo a Betel es parte del itinerario final en el regreso a Hebrón. La escena comienza a responder quién será líder de las 12 tribus de Israel.
a) Completa las bendiciones que Isaac profirió a Jacob (28:3-4);
b) Dios repite las provisiones del pacto que hizo con Abraham: fertilidad, idea de nación, bendición a las naciones, posesión de Canaán. Jacob adora, levantó un pilar la primera vez, re-dedica el monumento la segunda vez, para conmemorar la experiencia.
c) En este capítulo la teofanía completa la revelación del pacto abrahámico a Jacob. La similitud con el capítulo 17 es sorprendente:
> la misma apertura: “El Señor/Dios apareció” (17:1 y 35:9);
> el mismo marco: Dios “apareció” y “subió” (17:1 y 35:9; 17:22 y 35:13);
> el mismo título divino: “Dios Todopoderoso” (17:1 y 35:11) El Shaddai;
> cambio de nombres: Abram en Abraham (17:5), Jacob en Israel (35:10);
> frases y promesas similares: multiplicación en exceso, comunidad de personas, reyes de sus lomos, tierra a los descendientes (17:6,8 y 35:11-12);
> la fórmula que concluye la revelación: “Dios subió con Abraham” y “Dios subió de su lado” (17:22 y 35:13)
d) La nueva proclamación como Israel se conecta al hecho de convertirse en comunidad de naciones;
e) Contraste en la obediencia de Jacob:
A. Establecido en Siquem, construye un altar ahí
B. Secuestro y violación en Siquem
A’ Establece en Betel, construye un altar
B’ Dios aparece a Jacob y renovación del pacto: comunidad de naciones

2Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos; 3y levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado. 4Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina que había junto a Siquem.

En el interim, Jacob recoge toda clase de idolillos y amuletos, enterrándolos sin ninguna ceremonia. Los mismos sobre los cuales se habían sentado ahora son denigrados en su entierro final.
Jacob hace un llamado a la pureza, Israel debe encontrar la manera de permanecer en el país de Canaán y al mismo tiempo ser fiel. De ahí el simbolismo radical de los rituales como forma de preservar la fidelidad.
La nueva comunidad tendrá 4Rs como estandarte: Renunciación, Re-nombrar, Re-vestir, y Recibir la promesa.

5Al proseguir el viaje, hubo gran terror [de Dios] en las ciudades alrededor de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob. 6Y Jacob llegó a Luz, es decir, Betel, que está en la tierra de Canaán, él y todo el pueblo que estaba con él. 7Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-Betel [el Dios de Betel], porque allí Dios se le había manifestado cuando huía de su hermano.

Si Jacob hubiera confiado en Dios en primer lugar, no habría despertado temor. Ahora es Dios mismo quien induce pánico en los alrededores, validando así la confesión hecha por Jacob sobre la Presencia de Dios. El pánico no es contra Jacob e hijos, sino a causa del Dios de Jacob, necesario porque su reputación varió de pastores pacíficos a guerreros rapaces luego de Siquem.

8Y murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina; y ésta fue llamada Alón-bacut [encina del llanto].

No hay mención de la muerte de Rebeca. La Escritura recuerda a la fiel nodriza, no la matriarca, probablemente por el engaño cometido contra Isaac, y además porque Jacob no estuvo presente cuando su madre murió.
Interesante, una de las primeras experiencias de Jacob al regresar a casa es confrontar la muerte de la nodriza.
La vida del patriarca, luego de los eventos en Peniel, está llena de tragedias: el trauma de enfrentar a Esaú, la violación de Dina, la violencia de sus hijos en Siquem, la muerte de la nodriza Débora, la muerte de Raquel al nacimiento de Benjamín. Y todavía falta.

16Entonces partieron de Betel; y cuando aún faltaba cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel comenzó a dar a luz y tuvo mucha dificultad en su parto. 17Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, la partera le dijo: No temas, porque ahora tienes este otro hijo. 18Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni [hijo de mi tristeza]; pero su padre lo llamó Benjamín [hijo de la mano derecha].
19Murió, pues, Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén.
20Y erigió Jacob un pilar sobre su sepultura; ese es el pilar de la sepultura de Raquel hasta hoy. 21Entonces partió Israel y plantó su tienda más allá de Migdal-eder [torre de rebaño].
22Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra,

Interesante, la partera es quien intenta consolar a Raquel, ¿y Jacob? Está presente pero no ofrece consuelo. Benjamín será el único hijo nacido en Canaán, el único hijo nombrado por su padre.
Raquel cree que su muerte es castigo por haber robado y mentido sobre los idolillos de su padre (hijo de mi tristeza) pero Jacob transforma el nombre para representar imágenes de fortuna, bondad y fortaleza (hijo de mi mano derecha), dado su propio cambio de nombre y la serie de promesas recién recibidas.

Apenas ha terminado el funeral de la nodriza, he aquí ahora el de Raquel, la esposa amada.

22Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre; e Israel lo supo.

Rubén no viola a la concubina. Su accionar no es mero apetito sexual.
En el AT hay otros pasajes cercanos a esta perturbadora experiencia.
a) Is-boset, hijo de Saúl, reclamó a Abner -general de David- porque interpretó la acción del general como una movida sutil para quedarse con el trono (2 Samuel 3:7).
b) Ahitofel le dió consejo al joven Absalón para que tomara las 10 concubinas de su padre (2 Samuel 16:20-22) e hiciera pública su intención de usurpar el trono.
c) Salomón mismo interpretó así la petición de su propia madre respecto a Abisag sunamita (1 Reyes 2:22).
Bilha era la sirviente de Raquel, al deshonrarla, Rubén asegura que Bilha no pueda suplantar a Lea como matrona de la familia (2 Samuel 20:3) y, por otra parte, intenta usurpar el liderazgo de Jacob (1 Reyes 2:13-25).

Jacob y su falta de respuesta en Siquem claramente le costó gran pérdida de credibilidad con su propia familia. ¿Qué hará ahora? Jacob no demuestra sus emociones, pero tiempo después le envía su anti-bendición (Génesis 49:3-4).
El pasaje resulta tan ofensivo a la moral judía que durante mucho tiempo cayó en la categoría de material bíblico para ser leído pero no traducido en las lecturas de la Torah en la sinagoga.

Y los hijos de Jacob fueron doce. 23Hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, después Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. 24Hijos de Raquel: José y Benjamín. 25Hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí. 26E hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos son los hijos de Jacob que le nacieron en Padán-aram.

La secuencia es importante: primero los hijos de Lea, luego Zilpa, luego los de Raquel y finalmente Bilha.
Simeón y Leví, 2do y 3er hijos de Lea, se descalificaron a sí mismos como herederos a la primogenitura cuando la masacre en Siquem. Rubén, el primogénito, se descalifica ahora al pretender usurpar al padre.
Los siguientes en línea son Judá, hijo de Lea, o José el primogénito de Raquel. Recuerden que el derecho de primogenitura es cronológico, no según preferencias paternas (Deuteronomio 21:15-17), de modo que le correspondería a Judá, y así el escritor nos prepara a la introducción del carácter de este hombre más adelante.

27Jacob fue a su padre Isaac en Mamre de Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían residido Abraham e Isaac.
28Y vivió Isaac ciento ochenta años. 29 Y expiró Isaac y murió, y fue reunido a su pueblo, anciano y lleno de días; y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.

Tres muertes en el capítulo, ahora Isaac. Ambos hermanos se reúnen por última vez.
Algunos santos vuelan con alas de águilas, otros corren, otros solo caminan; pero todos completan su jornada. Isaac vivió largos años, pero el texto no dice “murió en buena vejez” como Abraham.

36:1-43 es uno de los capítulos más largos de Génesis, que reuniremos en una frase: genealogía de Esaú. Para que veamos cuán extensa y poderosa se hizo esta familia, los edomitas en sentido general.
Esaú está fuera del pacto de la promesa, sin embargo las bendiciones de Jehová alcanzan a su progenie y alcanza prosperidad. Abandona Canaán a la muerte de su padre, pero de forma diríamos amistosa, sin ira ni resentimientos.
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